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La Mañana FMI

FMI: para fin de mes se espera que se apruebe una dispensa para la Argentina

El gobierno argentino incumplió la meta de acumulación de dólares que le exigía el acuerdo de abril. Se espera que haya una dispensa pero probablemente haya un llamado de atención a Buenos Aires.

Para fin de mes se espera que el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe la revisión de las cuentas de la Argentina. Aunque la misión que enbezó el nepales Bika Joshi ya se fue hace varios días de Buenos Aires, las conversaciones continuaron en Washington.

Hasta allí fueron el secretario de Finanzas, Pablo Quirno (verdadera mano derecha del ministro Luis Caputo) y el viceministro José Luis Daza.

Ambos tienen la tarea de convencer a los funcionarios del Fondo de que a pesar de no haber cumplido con la meta de acumulación de reservas internacionales pactada para junio, desembolsen unos u$s2.000 millones más en la segunda mitad dell 2025, por encima de los u$s13.000 millones que ya recibió el Banco Central.

En rigor, lo que tienen que hacer Quirno y Daza es pedir un “waiver” o “dispensa” del organismo por no haber logrado una de las metas del acuerdo que era obligaria. Y eso se negocia.

No se trata de que venga un directivo del Fondo y les dé una palmadita en el hombre mientras les dice “bueno, no importa, sabemos que uds tienen voluntad y ganas de salir adelante”. Se trata de documentos muy precisos en los cuales el Gobierno argentino va a tener que asumir nuevos compromisos para enmendar el “error” cometido hasta el momento.

Por qué no sumó dólares el BCRA

El Banco Central no ha comprado dólares para las reservas porque decidió no intervenir en el mercado de cambios como uno de los principales demandantes de divisas. Si lo hubiera hecho, hubiera competido con otros demandantes, como la industria e importadores varios, por lo cual el tipo de cambio tendría que haber sido mas alto que los $1,245 al que cerró esta semana.

Al mantener lo más “planchado” posible el BCRA evitó que subiera de valor y junto con ello la inflación. Pero la estrategia para llegar a las elecciones con una inflación en torno al 1% mensual también tiene fallos.

De hecho, analistas del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA consideras que la inflación promedio mensual hasta fin de año podría ser del 2%, con meses en que “comenzará con 1%” y otros en el que el IPC podría estar por encima del 2.

De ocurrir eso, el gobierno habría retrasado adrede nuevamente el tipo de cambio, para usarlo como ancla contra la inflación, y no habrá acumulado reservas internacionales. Es decir, un escenario parecido al que había hasta marzo cuando la inflación saltó al 3,7% y el gobierno había desacelerado la tasa de devaluación del peso frente al dólar del 2% al 1% mensual.

El gobierno tuvo que salir a anunciar un nuevo programa con el FMI con una salida parcial del cepo (las empresas siguen con restricciones) y una banda de flotación de entre $1.000 y $1.400.

Cuál era el espíritu del programa de abril

El espíritu de ese programa era que se le autorizaba al BCRA comprar dólares por encima del piso, con la finalidad de engrosar las reservas. Con un dólar mas alto se habría desalentado el turismo al exterior y habrían incrementado las exportaciones. Y entonces el gobierno habría comprado reservas.

La estimaciones de la sociedad de bolsa Cohen Aliados Financieros de hace un mes eran la siguientes: en 2024 las reservas netas habían quedado en terreno negativo por u$s2.400 millones. El gobierno profundizó el problema en el primer trimestre agregando unos u$s5.000 millones al déficit. De manera que al finalizar el segundo trimestre del año se le pedía que sumara u$s5.000 millones como para volver al punto de partida del 2024.

Para lograr ese objetivo Luis Caputo tenía autorizado a computar algunos desembolsos de organismos, pero tenía que comprar, estiman en Cohen, unos u$s2.000 millones. No se llegó a eso. Y entonces en el Palacio de Hacienda salieron a buscar dólares prestados a través de un crédito de bancos a una tasa del 8,5% en dólares (muy alta) y mediante la colocació de bonos en pesos sucribibles en dólares (Bonte 2030) con los que lograron u$s1.500 millones.

Dicho en términos muy sencillos: el FMI le dio a la Argentina un programa para que resolviera el problema de su crónica falta de dólares, y al final de todo vuelve a caer en el mismo problema. En palabras del ex ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay, tanto Quirno como Daza “van a tener que convencer al Fondo que lo que se firmó no era lo que ellos creían que habían firmado”.

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