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La Mañana Raúl Alfonsín

El día que Raúl Alfonsín conoció a su ahijada neuquina y el "Ahora, Fertineu" que no fue

Romina Bruzzone es la séptima hija de Elsa y Raúl, quienes dieron detalles de cómo fue el encuentro con el ex presidente cuando visitó Neuquén para anunciar el proyecto fallido de la fábrica de fertilizantes.

El 30 de octubre de 1983, el abogado y dirigente radical Raúl Ricardo Alfonsín fue electo Presidente de la Nación con el 51,75% de los votos. Era la vuelta a la democracia después de siete años y seis meses de una dictadura militar, responsable de múltiples crímenes de lesa humanidad. El hecho fue un suceso político histórico: fueron a votar más de 15 millones de argentinos, muchos de los cuales lo hicieron por primera vez. Hubo una participación electoral del 85,61 por ciento, una marca que nunca volvió a repetirse en una elección presidencial. Alfonsín asumió la presidencia de la Nación el 10 de diciembre de ese año.

En Neuquén, en tanto, Felipe Sapag fue electo gobernador de la provincia. El caudillo y fundador del Movimiento Popular Neuquino se alzó con una victoria contundente. Obtuvo el 55.26% de los votos, seguido por el justicialista Oscar Massei con el 22.62% y Armando Vidal de la UCR, que cosechó el 20.06%.

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Elsa y Raúl en su casa del barrio Provincias Unidas, en donde residen desde 1976.

Elsa y Raúl en su casa del barrio Provincias Unidas, en donde residen desde 1976.

En una de sus visitas a la provincia en 1987, Alfonsín vivió un hecho anecdótico que también tuvo como protagonista al cutralquense Sergio Valenzuela (fallecido en agosto de 2020 por COVID). En medio del discurso que daba en Chos Malal por el aniversario de la localidad, el ex presidente fue letal con su comentario: “A vos no te va tan mal, gordito”. Esa frase y episodio tomó relevancia en todos los medios del país, en tiempos de país que sufría una fuerte crisis económica y una inflación imparable. En 1989 llegó al 3079,5 %.

Histórico y única ahijada neuquina

Sin embargo, existe otro acontecimiento que a lo mejor muchos neuquinos desconocen. En septiembre de 1984, Alfonsín arribó para participar del 80° Aniversario de Neuquén. Y en esa visita también aprovecharía para conocer a su ahijada neuquina: Romina Bruzzone. La joven, que actualmente tiene 42 años, es hija de Elsa Erice y Raúl Bruzzone, quienes llevan 56 años de casado. En 1968, el matrimonio se conoció en un baile en el club Barrio Nuevo, en donde tocaba la banda Los Americanos, grupo fundado por Ángel de Caro, que en ese tiempo animaba fiestas y bailes en la zona.

Romina es la séptima de nueve hermanas: Sandra, Graciela, Karina, Gilda, Elsa, Mariela, Romina, Nadia y Nair. “Todos fueron partos normales. Una bendición. Las chicas se llevan entre dos y tres años. Graciela y Karina se llevan 11 meses”, aseguró Elsa, abuela de nueve nietos y nueve nietas. Sandra, la mayor de las hermanas, tiene 55 años, mientras la menor (Nair) 35. “Tenía 17 años cuando tuve a Sandra”, contó.

La Ley 20843 marca que la séptima hija o hijo de una familia (consecutivo) es directamente apadrinado por el presidente de la Nación. La ley, impulsada en la tercera presidencia de Perón, otorga beneficios económicos y educativos al ahijado/a.

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Romina junto a sus padres. La joven decidió no participar de la charla porque se encuentra haciendo reposo tras una intervención.

Romina junto a sus padres. La joven decidió no participar de la charla porque se encuentra haciendo reposo tras una intervención. "No la pasé bien", se limitó a decir sobre lo que significó convertirse en la ahijada del ex presidente de la Nación.

Primeros pobladores y el padre Juan San Sebastián

El 18 de febrero de 1976, Raúl y Elsa se instalaron en su casa ubicada sobre la calle Islas Malvinas y Gabriel Borlenghi en el barrio Provincias Unidas. Hace 49 años que el matrimonio reside en ese lugar. “Era todo barda y se podía ver hasta el río Neuquén. En el 69 vivíamos en un ranchito en el barrio Sapere. Estábamos cerca del monolito (el ícono histórico que recuerda el ingreso de las tropas expedicionarias del general Julio A. Roca, emplazado en la margen derecha del río Neuquén, en las cercanías del puente carretero) y el padre Juan San Sebastian nos ayudó”, contó Elsa, quien nació en Loncopué.

“Él (por el cura) nos dio chapas y maderas para el ranchito y veía si necesitábamos alimento. Tenía un Citroën (2 cv) y cuando Sandra se enfermaba nos llevaba al hospital en el auto porque en el barrio no había salita", agregó.

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En ese tiempo Raúl no tenía trabajo y fue el padre Juan quien decidió visitar a dos arquitectos. “Eran dos hermanos y vivían en la esquina de la diagonal del cementerio. Lamentablemente no tenían trabajo para darme en alguna obra. Luego uno de los arquitectos le dio a Juan un sobre con dinero y me salvó”, acotó Raúl. El sacerdote murió a los 74 años, en el año 2003. Sus restos descansan en la capilla San Cayetano, que él mismo construyó.

La mano de Don Felipe

Don Felipe vivió lagos años en su caserón, ubicado en la calle Belgrano al 500, propiedad que se construyó en 1965. La planta baja, diseñada por su esposa, Doña Chela, tenía un formato circular que conectaba la cocina, el living, el comedor, el recibidor y la oficina. De esa manera, todos los visitantes que a diario acudían a Don Felipe, tendrían una espera placentera, con un cafecito a disposición y espacio para circular y conversar con los demás visitantes, según describió en una nota para otro medio, Emiliano Sapag, uno de los nietos de ex gobernador.

A ese recinto llegó Bruzzone iniciada la década del ‘80. “Me atendió en su casa y me preguntó si tenía Cedula Federal. Después me consultó si tenía algún antecedente y me dijo ‘Te voy a mandar a una empresa muy buena’ y terminé trabajando en Ocasa (empresa de logística y transporte). Y ahí nos acomodamos. Hacíamos 17 mil kilómetros por mes”, contó.

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 Septiembre de 1984. Raúl Alfonsín y Felipe Sapag en el balcón del municipio de la ciudad.

Septiembre de 1984. Raúl Alfonsín y Felipe Sapag en el balcón del municipio de la ciudad.

“La empresa nos regalaba todos los útiles escolares para las chica, hasta botas y capas de agua. Hasta gané un viaje a Buenos Aires por no faltar nunca al laburo”, agregó.

El varón más buscado

Gilda, la cuarta de las hijas, recién había nacido cuando los Bruzzone tuvieron su nueva casa en el barrio Provincias Unidas. “La casa era parte del plan Alborada. Fueron unas 50 (propiedades) que se extienden desde Río Atuel hasta Río Carcaraña”, detalló Elsa y, agregó: “En esa época se encontraba el barrio Supe (Sindicato Unidos Petroleros del Estado) y Empleados de Comercio”, describió Elsa.

Si algo deseaba Raúl para su familia era la llegada de un varón, algo que siempre la pareja buscó, pero la ecografía siempre dio otro resultado. “Y bueno… teníamos un fábrica”, lanzó Bruzzone con humor. "Hasta pensamos en adoptar un varón", confesó.

Esa insistencia por el varón hizo que Elsa y Mariela llegaran a este mundo. Luego sería el turno de Romina, quien se ganaría la atención por ser la ahijada del presidente de Argentina. “Sabíamos algo pero nunca le habíamos dado importancia (al padrinazgo presidencial). Se dio por la Ley nacional pero nadie le daba mucha bolilla. Pero me llamaron de Nación o de provincia, no recuerdo bien, para decírmelo”, contó.

Bautismo, Sobisch y el “no” a Liliana

Después del aviso la familia Bruzzone recibió una carta proveniente de Nación, donde se le pedía reunir toda la documentación de sus hijas. “Tenían que estar todas las hermanas bautizadas y nos dieron un plazo de 30 días. Había algunas de las chicas que no estaban bautizadas. Romina tuvo su bautismo en la parroquia Santa Teresa y después nos vinimos para casa”, expresó.

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Jorge Sobisch, intendente de la ciudad en 1983, ocupó el lugar de Raúl Alfonsín durante el bautismo de Romina. El padre Juan San Sebastián llevó adelante la celebración cristiana.

Jorge Sobisch, intendente de la ciudad en 1983, ocupó el lugar de Raúl Alfonsín durante el bautismo de Romina. El padre Juan San Sebastián llevó adelante la celebración cristiana.

Alfonsín no estuvo presente para el bautismo de Romina. Jorge Sobisch, intendente de la ciudad en ese entonces, fue quien ocupó su lugar. “Liliana (Planas) la mujer de Jorge (Sobisch) quería ser la madrina y no quise porque ya había elegido a mi hermana. Además, en cuestión de tiempo después se iban a olvidar”, reveló. Si bien Alfonsín no se comunicó el día del evento cristiano, Sobisch se encargó de organizar todo, según recordó.

El gran encuentro y Fertineu

Finalmente, un lluvioso día de septiembre de 1984, el jefe del Estado nacional llegó a la ciudad para anunciar la planta de fertilizantes de Plaza Huincul, Fertineu (Fertilizantes Neuquén). El acto central se realizó en la Municipalidad, en donde estuvieron presentes el gobernador de Neuquén, Felipe Sapag; y de Río Negro, Osvaldo Álvarez Guerrero; el intendente de la capital neuquina, Sobisch; además de ministros y jueces.

“La planta de Fertilizantes de Plaza Huincul, Fertineu, se hará porque media para ellos una decisión política”, expresó Alfonsín desde el balcón del municipio ante una multitud. "Ahora, Fertineu", proclamó.

“Recuerdo que vino a dar la noticia de Fertineu. Fuimos a la Municipalidad con la nena para que la conozca. Había todo un protocolo y él (Alfonsín) dijo ‘Me quiero sacar una foto con mi ahijada’ y se corrió todo el mundo”, reveló Elsa.

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Raúl Alfonsín y su primer encuentro con Romina en el municipio capitalino, en donde el jefe de Estado salió al balcón a dar su discurso en 1984.

Raúl Alfonsín y su primer encuentro con Romina en el municipio capitalino, en donde el jefe de Estado salió al balcón a dar su discurso en 1984.

“Recuerdo que hizo una seña con la mano y no quedó nadie, se abrieron todos. . En ese momento alguien me dijo que había gente del Servicio de inteligencia. Habían venido como custodia y no se despegaban de él (por Alfonsín)”, acotó Raúl.

El 31 de marzo de 2009, Raúl Alfonsín falleció afectado por un cáncer de pulmón. “Después que murió vinieron a vernos de los medios para que hiciéramos algo. Con esas cosas nosotros somos muy respetuosos” aseguró Elsa.

“En 1999 sufrió un accidente automovilístico en Bariloche y estuvo grave. En ese momento nos comunicamos y Romina también habló con él (Alfonsín)", reveló sobre los contactos que tuvo.

Una beca casi ausente y la medalla: ¿quién la tendrá?

Respecto a los beneficios que tenía Romina debido a la Ley 20843, que le aseguraba la realización gratuita de los estudios de nivel primario, secundario, universitario, la joven no tuvo mucha suerte. “Hubo que hacer trámites para una beca para que Romina continuara con sus estudios en la universidad. Pero fue todo manoseado. Estudiaba saneamiento ambiental y tuvo que dejar en el segundo año porque económicamente no estábamos y después porque quedó embarazada. Fue muy poco lo que le dieron. Juan Dutto (ex concejal de la ciudad y ex Defensor del Pueblo) se acercó y colaboró con Romina”, contó Elsa.

El Estado sigue con la entrega de esos fondos. Según un informe de 2023, para el nivel inicial y primario la cifra es de $ 40.000 anuales; para el nivel secundario: $ 51.000, también por año; y para el nivel superior (universitario y no universitario) de $ 76.400.

Por otro lado, tras el bautismo de Romina, la familia recibió una medalla de oro confeccionada por la Casa de la Moneda. Por cosas del destino el obsequio ya no les pertenece. “Raúl tuvo un infarto en el ’90, ’91. Y tuve que vender la medalla que le habían entregado a Romina por ser la ahijada de Alfonsín. Yo estaba embarazada de siete meses de Nair, la más chica”, contó Elsa.

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Familia completa. Elsa y Raúl intentaron buscar el varón pero no hubo caso.

Familia completa. Elsa y Raúl intentaron buscar el varón pero no hubo caso. "Hasta pensamos en adoptar un varón", confesó Bruzzone.

“Después de ocho años en Ocasa, Raúl se quedó sin trabajo por su salud. Y con el dinero que me dieron por la medalla tuvimos para comer un mes. El joyero que me la compró me dijo ‘Nunca digas a quién se la vendiste’. El local (la joyería) quedaba cerca de la Municipalidad por la diagonal Alvear. El ser ahijado o ahijada de un presidente no quiere decir que siempre vas a tener todo el apoyo”, sostuvo. Con el tiempo, Raúl ingresó a trabajar en el ISSN (Instituto de Seguridad Social del Neuquén) y luego al Hospital Castro Rendón.

Barrio de toda la vida

Elsa fue empleada del municipio y durante dos décadas fue tallerista en su barrio. Se tuvo retirar a los 56 años con el 70 % de invalidez tras sufrir un ACV. La mujer, desde los ’80, tuvo activa participación en el Movimiento Popular Neuquino. “El primer Centro de distrito que hubo fue en mi casa. Prestamos la vivienda a modo de agradecimiento porque nos habían ayudado para que tengamos un techo. Gracias a don Felipe se hizo el plan de vivienda y creo que solos no íbamos a poder”, afirmó Elsa.

“Acompañábamos en las campañas. Nos íbamos desde acá (Provincias Unidas) hasta Progreso pegando afiches y haciendo pintadas. A Oscar Massei lo volvíamos loco, vivía a dos cuadras. Lo chicaneábamos con los afiches. Siempre con respeto”, recordó Raúl entre risas.

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Elsa fue presidenta de la Comisión vecinal en dos oportunidades y contó que aún hoy la gente continúa viniendo a su casa a pedir ayuda. “Sigo hasta hoy colaborando. Ya son 39 años”, dijo.

“Estuvimos muchos años con el distrito y apoyamos a Jorge Sobisch y también a Mariano Gaido. Al Gordo –como llaman cariñosamente al actual intendente- cuando vino a casa le hicimos sacar una foto con el cuadro de Alfonsín porque antes era radical”, concluyó Raúl con humor.

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