El clima en Neuquén

icon
Temp
93% Hum
La Mañana familias

Mamuki, la histórica repostería que es parte de las familias neuquinas

Ivonne Llarín, su mentora, contó como nunca la historia de uno de los negocios que ha perdurado más de 35 años en el centro neuquino y el costado solidario que cumple y que muchos desconocen.

Desde hace 36 años sigue escribiendo su propia historia y ya es una parte del corazón de muchos neuquinos, al convertirse en uno de los negocios históricos por donde han pasado al menos tres generaciones. También porque para muchos clientes y transeúntes es un paso obligado pasar a saludar, conversar amenamente unos minutos para luego llevarse unos biscochos, grisines o tortas fritas para compartir en la oficina o en el hogar.

La responsable que ocurra toda esa película es Ivonne Llarín, mentora y alma mater de Mamuki, repostería que desde el 1989 abrió sus puertas y no descansó nunca. Es que el histórico negocio ubicado en diagonal 25 de Mayo y Buenos Aires durante las 24 horas siempre se encuentra con los hornos prendidos y en plena elaboración.

Mientras transitaba sus veintipico de años, Ivonne, comenzó a convivir con ese olor a pan tan característico que tiene cuando recién se saca del horno y el aroma de las clásicas medialunas, además de otras elaboraciones como la pastafloras o alfajores que pueden llevar a cualquier personas a un lugar o recuerdo especial de su vida.

Mamuki (25).JPG
Ivonne Llarín, mentora y alma mater de Mamuki, repostería que desde el 1989 abrió sus puertas y no descansó nunca.

Ivonne Llarín, mentora y alma mater de Mamuki, repostería que desde el 1989 abrió sus puertas y no descansó nunca. "Solo cerramos 17 días durante la pandemia", contó.

Esta mujer, de 60 años, nació en Neuquén y sus padres fueron conocidos comerciantes. “Mi mamá nació en Plaza Huincul en el Campamento Sol y mi papá fue uno de los que vino hacer patria a la Patagonia cuando no había nada. Hay fotos de él jugando con la nieve en la esquina del Banco Provincia”, contó Ivón y, agregó: “Soy la tercera de tres hermanas. La mayor es Ana María (fallecida) y la del medio es María Patricia”, recordó.

“Mis padres tuvieron la primera zapatería de niños que hubo en Neuquén. Se llamaba Al pequeño zapato y estuvo durante 28 años”, contó. La misma se situaba sobre calle Olascoaga pegado a Tabaquería Raimondo. “Mi papá también tenían una distribuidora de calzados, además fue viajante de Palmolive (marca de jabón de tocador) y de Hilos cadenas (marca de hilos de coser)”, acotó.

Previo a ese comercio, en su arribo a la capital neuquina, la mamá de Ivonne puso un local en la calle Rioja y Juan B. Justo: La crítica de la camisa. “Mi madre actualmente tiene 95 años”, reveló. Ibón desde muy niña siempre tuvo presente la zapatería. Cuando su mamá se iba a trabajar la llevaba al negocio para continuar con su cuidado. “Me críe en la zapatería. Y tiempo después las tres hermanas estudiamos en el colegio María Auxiliadora. Nos íbamos caminando (a la escuela) y era todo tierra. Las monjas habían hecho un tapial chico para sentarse y nos sacáramos la arena de los zapatos para ingresar al colegio”, recordó.

El gran salto y el nombre

En su adolescencia la empresaria supo atender la zapatería de niños. Sin embargo, paralelamente ya iba proyectado lo que sería Mamuki. “Lo de Mamuki sale porque estaba de novia con un chico de Mar del Plata que era del rubro de la panadería. Trabajábamos en SAO (panadería) que estaba en la calle Independencia al 800 y con eso comenzamos armar Mamuki. Abrimos el 22 de septiembre de 1989 en la calle Ministro González. “Mientras íbamos haciendo Mamuki también se iba levantando la heladería Piré. Teníamos el mismo arquitecto y compartíamos materiales”, rememoró.

El nombre que recibió el negocio se debe al apodo que recibió Ivonne hace varios años atrás, mientras su logo, una insignia del lugar, tiene que ver con la imagen de Ivonne en los primeros paso de Mamuki: “Es un sobrenombre que me pusieron hace mucho y la chica del logo soy yo con trenza. Use añares la trenza. Cuando abrimos mi mamá nos había hecho unos delantales con volados y pechera. Javier y Olga Castro hicieron el diseño”, reveló Ivonne.

“Tuvimos mucho éxito desde el principio y fue en ese tiempo la única repostería con vidriera a la vista. En ese tiempo estaba La Cruz del sur –todavía sigue en actividad- Haltrich, creo que también todavía existía La espiga de oro, La Capital, La Scaccia. No había muchas panadería en el centro de la ciudad”, aseguró.

Mamuki (28).JPG

“Hacíamos de todo, pero en los primeros dos años no teníamos masas fina. Con los años fuimos sumando otras cosas como el pan integral que antes no se usaba o consumía. Teníamos un surtido muy importante de productos”, agregó.

Horno de barro y furor

Si algo distinguía a la nueva panadería del centro eran esas facturas que salían bien calientes y con mucho aroma. “Teníamos un enorme horno de barro y cocinábamos 12 latas –placas- de facturas a la vez. En cada lata caben 40 facturas entonces salían 480. Ese horno de barro era un lujo y a la vez un placer. La gente hacía cola para comprar. Quisimos hacer lo mismo en el nuevo Mamuki (donde hoy funciona) pero no se pudo”, reveló.

Ivvone le alquilaba la propiedad a los hermanos Jorge y Néstor Savrón, dueño del Cine Teatro Español. En la primera cuadra de Ministro González también funcionaba la confitería La Barca, el local de ropa Oshkosh y Ferretería del Alto.

Mamuki fue un boom desde el día 1 y en diciembre para las fiestas navideñas sorprendió a sus clientes con sus Pan dulces. “Fue todo muy rápido. En diciembre largamos pan dulces con nueces, almendras, chocolates y otras variedades que en esa época no se usaban. En ese tiempo, el pan dulce que había era el de fruta abrillantada y nadie te hacía otra cosa. A partir de ese momento fue un éxito hasta el día de hoy”, agregó con orgullo.

Mamuki (37).JPG
Plantel. Actualmente Mamuki cuenta con 15 personas dedicadas a la atención y elaboración. Ivonne reveló que llegó a tener 24 empleados.

Plantel. Actualmente Mamuki cuenta con 15 personas dedicadas a la atención y elaboración. Ivonne reveló que llegó a tener 24 empleados.

Para ese entonces la sala del Cine Español era la única. Y ante el éxito que cosechaba los hermanos Savrón se largaron a realizar las salas Quimey (actualmente en ese espacio funciona Mood), que tuvieron su apertura en 1994. Ivonne tenía que dejar el inmobiliario que aquellos les alquilaba y fue grande la incertidumbre: “Pensé que me moría porque no había locales en el alto de la ciudad”. Fue entonces que apareció el gerente de un banco y le hizo una propuesta. “En el actual Mamuki funcionaba un laboratorio de análisis que era de González Coca y Prenna. Tenían una deuda muy grande con el Banco de Crédito Argentino y le habían clausurado el lugar durante seis años”, recordó.

“No enteramos de que les habían levantado la clausura pero no podían abrir el laboratorio. Tenía una deuda de 80 mil dólares”, agregó. “El gerente del banco vino a verme y me ofreció sacar un crédito de 100 mil dólares para cancelar esa deuda y así poder ingresar a la propiedad que se vendía. Primero me asusté y le decía 'Ni loca' . El tipo me insistió y terminamos sacando el crédito. Terminamos vendiendo casa, coche, muebles para mudarnos y nos armamos un departamentito en la planta alta junto a la sala de elaboración”, dijo.

“El traspaso fue bastante rápido. El día que cerramos el local de Ministro González la misma noche los chicos se vinieron a elaborar al nuevo Mamuki. El primer día que abrimos no tenía puertas porque los albañiles no alcanzaron a traerlas. Tuvimos todo el día atendiendo así”, contó entre risas.

Grupo de trabajo fiel

Cada persona que se dedica a la panificación sabe y debe saber que las horas de labor que tendrá por delante serán sacrificadas. “Nosotros siempre trabajamos las 24 horas con tres turnos rotativos. Cuando comenzamos teníamos a un solo empleados que iba por la noche y después cubríamos el resto de las horas entre mi ex pareja y yo. Uno se acostaba a las dos de la mañana y después seguía el otro. Éramos muy chicos (por la pareja), habíamos invertido mucha plata y nunca nos imaginamos que íbamos a tener tanta demanda”, contó.

Mamuki (41).JPG
Laderos inseparables. Patricia, Daniel y Mabel, desde la primera hora de Mumuki acompañan a Ivonne. En 1989 eran ocho las personas que trabajaban en el negocio.

Laderos inseparables. Patricia, Daniel y Mabel, desde la primera hora de Mumuki acompañan a Ivonne. En 1989 eran ocho las personas que trabajaban en el negocio.

“Después armamos un buen equipo y todavía tengo gente en el actual negocio que viene desde el primer Mamuki; Patricia comenzó en atención al público. Ella vino de Córdoba, consiguió su pareja y tuvo su hijo en Neuquén. Después está Daniel, quien es el repostero y es el ‘facturero’ de toda la vida. Mabel, la señora que hace las tortas, también comenzó en Ministro González. Ella se jubiló pero sigue trabajando con nosotros. Sonia continua desde que abrimos el local nuevo”, destacó.

La cocina de la panadería tiene un personal con mucho oficio, ya que décadas atrás no abundaban ni las escuelas de panadero o cursos sobre la especialidad. “Era sobre prueba y error porque estudiar, no estudió ninguno. La gente que tomábamos, por lo general, era gente que no sabía nada. El oficio lo aprendía acá (por la panadería) y les enseñábamos la forma de trabajar que teníamos. Siempre prefiero enseñarles bien de abajo y que vayan aprendiendo de a poquito”, reveló. En el primer local Ivonne llegó a tener ocho personas a cargo, mientras al día de hoy cuenta con 15 empleados: “Llegué a tener 24”, advirtió.

Mamuki se ha sostenido en el tiempo económicamente a pesar que las ventas han disminuido un poco. “Las ventas no son como las de años atrás. Ahora estamos llenos de reposterías, mucha gente que hace tortas y otras cosas en su casa. Y también hay otras personas que andan con su tupper en la calle y vende lo mismo”, aseguró.

Mamuki (26).JPG
Ivonne aseguró que siempre prioriza el buen trato y atención al cliente.

Ivonne aseguró que siempre prioriza el buen trato y atención al cliente. "Tengo un excelente equipo de chicas y yo estoy muchas horas en el negocio y no dejo nada librado al azar", manifestó.

“Ahora la gente se mete en Internet y puede hacer su propia torta, es algo que también nos ha jugado en contra. No quiero decir que nos vaya mal pero no vendemos lo que en algún momento vendíamos en otro tiempo. La gente siempre hacía cola para compararnos y hacía cola para pedirnos trabajo, pero eso no se ve más”, sostuvo.

Si hay que hacer de un ranking de los productos que más se venden nadie tiene el primer puesto comprado. Diariamente salen mucho los biscochos, grisines, tortas fritas, facturas, masas finas y los panes con semillas. Es mucho la variedad para que la gente pueda elegir. De todos modos, entre esos productos al público le llama la atención las mini facturas.

“No sé sui somos los pioneros en hacer la mini factura. Las hacemos bien chiquitas y tenemos mucha variedad. Tenemos muchas oficinas alrededor y las mini facturas funcionan muy bien como bocaditos para las reuniones o para compartir. Tenemos también a otros comerciantes como clientes y llevan de todo”, reveló.

Los coffe store se ha vuelto moneda corriente en diferentes sectores de la capital. Y hay mucha gente que le ha pedido a Ibón para que abra el suyo. “Nunca quise porque es más que suficiente atender bien esto (por Mamuki). Sería un lio sumarle el café”, aseveró y, acotó: “Son muchos años en el rubro y yo estoy más para cerrar que para abrir un coffe Store”.

Clientes fieles, historias y atención

Con tantos años de vida las anécdotas e historias siempre fueron una constante: “Hay muchísimas historias. Muchas de estudiantes que venían a comprar facturas cuando se rateaban de la escuela. Hay hijos de personas que fueron al primer local que con el tiempo volvieron a visitarnos. Siempre te cuentan que cuando eran chicos venían con su papá o abuela. Y después hay casos de gente que se mudó a otro sector y nos dice que nos extraña porque ahora vive lejos de Mamuki”.

“También están esos clientes que te cambian porque quizás se cansaron y van a otro lugar a probar otras cosas, pero después terminan volviendo. Siempre hay gente nueva porque Neuquén ha crecido y sigue creciendo mucho”, resaltó Ivonne.

“La panadería tiene muchos clientes todos los días y ves crecer a los chicos y padres que vinieron a comprar la torta del primer año, segundo, tercero. Hay mucha historia con la clientela que siempre te cuenta algo, o te hace un mimo. Siempre predicamos el buen trato y atención con la gente. Tengo un excelente equipo de chicas y yo estoy muchas horas en el negocio y no dejo nada librado al azar. Soy muy hincha con el tema de la limpieza, nunca tuve problemas con Bromatología. Hasta la vereda lavamos todos los días”, agregó.

Mamuki (30).JPG
Felipe Sapag, ex gobernador de la provincia, siempre iba con doña Chela (su esposa) a comprar tarta de ricota, mientras el exdiputado nacional Víctor Peláez era otro de los clientes: “Le gustaban muchos los churros

Felipe Sapag, ex gobernador de la provincia, siempre iba con doña Chela (su esposa) a comprar tarta de ricota, mientras el exdiputado nacional Víctor Peláez era otro de los clientes: “Le gustaban muchos los churros", contó la dueña de Mamuki.

Entre esos consumidores Ivonne contó que el exgobernador de la provincia, Felipe Sapag, siempre venía con doña Chela (su esposa) a comprar tarta de ricota. “Eran fanáticos”, dijo. También el exdiputado nacional Víctor Peláez era otro de los clientes: “Venía todos los domingos por sus cositas saladas. Se sentaba a esperar y luego le llevábamos todo al auto. Le gustaban muchos los churros. Después tengo dos clientes de toda la vida. Uno es un señor mayor que trabaja en la Municipalidad y el otro es un chico que trabajaba en el Banco Provincia. Me siguen desde SAO”.

Mamuki ya es una marca registrada e instalada en la ciudad y nunca sintió la competencia directa ante las nuevas panaderías: “El día que Morena abrió pusieron dos chica en la esquina de Mamuki a repartir facturas. Y no pasó absolutamente nada. Creo que tenés que ser mucho mejor cuando pasan esas cosas”.

“El sol sale para todos. Cada uno forja su destino, lo hace a su manera y duerme tranquilo cuando apoya la cabeza en su almohada. Si a mí me bajan las ventas, no es por Morena o Tete Cake Boutique sino porque hay mucha variedad de oferta. Ahora está lleno de pastelería y está la maquinita para hacer pan que mucha gente ya tiene en su casa. Todo fue cambiando”, sostuvo.

Mamuki (31).jpg
 Desde el inicio de sus actividades los hornos de Mamuki nunca se apagaron. César y Julio son los responsable del turno noche. “Nosotros siempre trabajamos las 24 horas con tres turnos rotativos

Desde el inicio de sus actividades los hornos de Mamuki nunca se apagaron. César y Julio son los responsable del turno noche. “Nosotros siempre trabajamos las 24 horas con tres turnos rotativos", reveló Ivonne.

“Nosotros hacemos todo muy sanito. Nunca utilizamos conservantes, ni colorantes. Jamás traicionaría a un cliente y jamás utilizaría pre mezcla. Me muero. La gente sabe y confía en Mamuki. La gente nos quiere y nos valora”, resaltó.

“Acá, si viene alguien y no encuentra la torta que buscaba, nosotros le damos la posibilidad de que espere unos minutos y se la elaboramos. Y eso en mucho lugares no se ve”, destacó.

Solidaridad y campaña

Más allá de lo que significa todo lo que rodea a Mamuki existe una parte que puede resultar desconocida para la comunidad local. “Hacemos campañas solidarias. Ayudamos a gente y a instituciones. Ahora tenemos una campañita para conseguirles zapatillas a tres nenas de la meseta”, contó

“Siempre me llaman personas que ayudan y me piden como podemos dar una mano. Ponemos un cartelito en el negocio y las personas que vienen a comprar responden bien. Estamos permanentemente haciendo este tipo de campañas. Por acá pasa mucha gente por día y ya lo sabe porque siempre hemos ayudado”.

Ivonne trabaja con un grupo de 11 mujeres de Mariano Moreno, localidad que se encuentra a pocos kilómetros de Zapala: “Ellas hacen ferias y venden lo que a mí me donan. Con lo recaudado se arman bolsas de comidas para compartir. Este año compramos frazadas y se lleva un registro de lo que se vende y compra. La gente me trae de todo, desde una olla hasta un jean”.

Mamuki (39).JPG

“En Neuquén, le donamos el desayuno diario a la gente que se encuentra en el hogar Cura Brochero de Plottier. Cuando alguna personas se rehabilita de su adicción y está recuperada nos encargamos de armarle su cocina (utensilios y demás) en el lugar donde vaya a vivir”.

Ivonne siempre ha mantenido una línea con sus elaboraciones. No se casa con las novedades de turno, se mantiene en lo suyo y el neuquino sabe con qué se va encontrar en ese lugar que ha adoptado como parte de su familia en donde no se va solo a comprar pan o cosas ricas.

“No sé cuántos años más voy a seguir trabajando. Tengo tres hijos varones (Francisco, Juan y Manuel) y no quisiera que sigan en esto. Ya les dije ‘Mamuki muere con mamá’. Esto es muy sacrificado, son muchas horas y muchos días. Cuando yo no esté no sé si va ser el mismo Mamuki. Yo tengo el ojo en todas partes. Subo, bajo, atiendo, cobro. Limpio la vereda… La idea es que Mamuki se vaya conmigo”, concluyó con humor.

Te puede interesar...

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario