Todo comenzó en el acto de entrega del título Honoris Causa a Rita Segato. El pedido es acompañado por 245 firmas.
Trabajadoras, docentes, estudiantes, graduadas e investigadoras de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) solicitaron formalmente, al rector Anselmo Torres, la apertura de una investigación interna contra el docente y exsecretario general del Rectorado, Luis Vivas, a quien acusan de ejercer violencia sexista y conductas misóginas a lo largo de varios años.
El reclamo surgió a partir de un documento colectivo difundido por mujeres de distintos ámbitos de la comunidad universitaria, en el que expresaron: “No se trata sólo de sacar a una persona sino de desmantelar una trama de impunidad simbólica y material que permite que comportamientos sexistas y misóginos se naturalicen en los espacios académicos”.
Las denunciantes pidieron que la institución active el Protocolo de Actuación sobre Violencias de Género y garantice un proceso que proteja a las víctimas y testigos, sin represalias ni costos académicos o laborales. “Somos muchas las mujeres que presenciamos, supimos o participamos como víctimas, en silencio, de las situaciones con este funcionario. En una universidad democrática y emancipadora no pueden convivir prácticas que desvalorizan el saber, la palabra y el cuerpo de las mujeres”, afirmaron en el comunicado.
El episodio que encendió la reacción
El reclamo se visibilizó luego del episodio ocurrido durante la visita de la antropóloga Rita Segato, distinguida con el título de Doctora Honoris Causa por la UNRN. Durante la clase magistral, Vivas —quien se encontraba en primera fila— interrumpió la exposición tras ser interpelado por Segato por sus reiterados bostezos.
La reacción del funcionario fue considerada por las asistentes como un gesto de desvalorización y burla hacia la expositora, lo que derivó en un repudio público.
Durante su clase magistral en Viedma, Rita Segato interpeló al funcionario y este se habría burlado de las mujeres.
Tras un Encuentro de Mujeres en Viedma, realizado la semana pasada, con la participación de legisladoras, concejalas, la Red de Género local y trabajadoras de la universidad, los casos empezaron a aparecer de a montones.
Según relató una de las denunciantes, el episodio permitió que muchas mujeres se animaran a hablar: “Nos unimos porque esto no fue por un bostezo. Siempre fue hostigador, generaba un clima violento de trabajo. Hay muchas compañeras que aún no se animan a denunciar por miedo”, sostuvo.
Las decisiones de la Universidad
Tras la viralización del hecho, la Universidad Nacional de Río Negro emitió tres comunicados oficiales en menos de 48 horas. El primero, fechado el 3 de noviembre, confirmó la renuncia de Luis Vivas como secretario general.
Horas más tarde, el rector Anselmo Torres informó que se mantendría el contrato docente de Vivas, pero sin funciones ni responsabilidades, con el propósito de permitir una eventual investigación interna.
Se le exige al rector Anselmo Torres que impulse la investigación.
Finalmente, el 4 de noviembre, la institución comunicó que había decidido dar de baja su contrato y activar el Protocolo para la Actuación en Situaciones de Violencias Directas e Indirectas basadas en el Género, dependiente de la Secretaría de Asuntos Institucionales.
En ese mismo texto, la UNRN expresó que “no hay lugar para la violencia en la universidad” y que se fortalecerá la Unidad de Violencias de Género Directas e Indirectas (UVDI), responsable de recibir y acompañar denuncias dentro del ámbito universitario.
Un reclamo extendido y una oportunidad institucional
El caso generó un fuerte impacto dentro y fuera de la comunidad académica rionegrina. Colectivos de mujeres, redes de género y espacios legislativos acompañaron el pedido de investigación y reclamaron que la universidad garantice un abordaje con transparencia, celeridad y perspectiva de género.
En una nota dirigida al rector de la institución, Anselmo Torres, titulada "Anselmo, es ahora!", Las denunciantes sostienen que la respuesta institucional debe ser profunda: “No alcanza con la renuncia. Queremos que se investigue y que se desarmen las condiciones que permitieron el silencio y el miedo durante tantos años”. La misma, lleva hasta el momento 245 firmas.
Mientras tanto, la UNRN aseguró que las víctimas y denunciantes contarán con asesoramiento, contención y medidas de protección necesarias y urgentes, en el marco del protocolo vigente desde 2017.
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