Los dueños de viveros de Cipolletti reclaman al Municipio mayor control por la competencia desleal y ventas ilegales.
La llegada de la primavera en Cipolletti trajo una postal repetida, el auge de las flores, los plantines y los árboles frutales en las calles y ferias de la ciudad. Sin embargo, detrás de la postal colorida se esconde un conflicto que viene ganando fuerza. Un grupo de dueños de viveros locales se organizó para exigirle al Municipio una reunión urgente para abordar lo que consideran una competencia desleal por parte de feriantes y vendedores ambulantes que comercializan sin pagar impuestos ni cumplir las normativas que a ellos se les exigen.
Los comerciantes prepararon una nota dirigida al intendente Rodrigo Buteler en la que detallan su preocupación: “Solicitamos una reunión para tratar temas de vital importancia relacionados con la venta ilegal de productos de viveros y la irregularidad en la gestión de permisos tributarios y municipales”, plantearon.
En el escrito, remarcan que los comercios habilitados cumplen con tasas municipales, habilitaciones y exigencias de organismos nacionales como el Senasa. Allí subrayaron un punto clave: mientras ellos son fiscalizados de manera constante, los vendedores ambulantes ofrecen incluso árboles frutales sin cumplir con las obligaciones legales, lo que además supone un riesgo sanitario.
La nota advierte sobre la cercanía de fechas clave, como el Día de la Madre, que representan uno de los pocos momentos de alto movimiento en ventas para este sector, marcado estacionalmente por fechas concretas. “Resulta fundamental discutir soluciones que permitan regularizar y fiscalizar este tipo de actividades en puestos callejeros, sobre todo en un contexto económico muy complicado”, remarcaron.
“No es justo para nadie”
Sol, dueña que elevó el reclamo, explicó en diálogo con LM Cipolletti la situación que viven a diario: “Nos piden que estemos en regla con todo, porque si no, nos sancionan o directamente nos cierran. A mí me vino la gente de fiscalización de ARCA, me pidió hasta lo mínimo y si no cumplía me multaban. Eso a los feriantes no les pasa, y ahí se genera la competencia desleal”.
El malestar se profundiza porque muchos viveros deben soportar que vendedores callejeros se instalen en las esquinas de sus propios locales. “Se paran con un balde lleno de plantas y revenden frente a tu puerta. Yo sé que el sol sale para todos, pero no es justo cuando vos tenés que pagar un montón de cosas para poder vender y ellos no pagan nada”, expresó otra comerciante de la calle Mengelle.
El reclamo no solo pasa por la parte económica. Los viveros señalan que los ambulantes venden árboles frutales sin cumplir con el pago de tasas obligatorias establecidas por Senasa.
Los comercios formales deben estar inscriptos en el Registro Nacional Fitosanitario de Operadores de Material de Propagación (RENFO), un requisito que implica controles estrictos y permanentes. “Es un esfuerzo enorme, tanto en trámites como en costos, que los vendedores informales no asumen”, remarcaron.
¿Se vienen los controles?
El intendente Buteler aclaró que el Ejecutivo avanza en un proyecto de ordenanza que buscará regular, y no prohibir, la venta callejera. “No se trata de perseguir a quienes intentan ganarse la vida, sino de que todos podamos saber quién realiza actividades en la calle”, explicó.
Según adelantó, la norma alcanzará a quienes venden productos o prestan servicios en la vía pública, con un fuerte foco en eliminar a los “trapitos”, pero sin impedir la venta ambulante. La clave estará en el registro: los vendedores deberán inscribirse y así el Municipio podrá tener un control sobre su actividad. “Nos vamos a acercar a ellos para explicarles el proyecto. No tendrán que tener miedo, no se les va a impedir trabajar, pero sí tendrán que contarnos quiénes son”, señaló el jefe comunal.
Una pulseada que recién comienza
En Cipolletti hay más de diez viveros habilitados, que ven cómo su rentabilidad se achica en un escenario de crisis económica general. La aparición de feriantes y vendedores ambulantes que ofrecen productos similares sin tributar ni cumplir las exigencias oficiales encendió la alarma del sector.
La reunión con el Ejecutivo aún no tiene fecha confirmada, pero los comerciantes esperan que sirva para abrir una mesa de diálogo que contemple la problemática sin dejar desprotegido a ninguno de los actores. La tensión está de un lado, quienes reclaman reglas claras para competir en igualdad de condiciones; del otro, quienes dependen de la venta callejera para sobrevivir.
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