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La Mañana Gerardo Werthein

El portazo de Werthein desautorizó a Milei, pateó el tablero que quería ordenar y opacó la conquista de Santiago Caputo

La partida anticipada del canciller aceleró las internas que atraviesan al Gabinete a pocos días de las elecciones. El presidente acorralado por una renuncia que le cambió la agenda y expuso la falta de definiciones sobre el nuevo elenco que lo acompañará después del 26-O

Su partida estaba pactada de antemano, pero nadie había hablado de un portazo antes de las elecciones del domingo. Gerardo Werthein había acordado dejar la Cancillería a partir del 27 de octubre y no antes, pero la interna con el asesor presidencial Santiago Caputo terminó de acelerar la agonía. El reemplazante de la banquera y economista Diana Mondino consideraba, en público, que su misión había llegado al clímax con la visita de Estado a Washington que protagonizó Javier Milei. El presidente había reconocido, pocas horas antes, que tenía previsto definir un nuevo elenco de ministros después de las elecciones. Werthein se adelantó, harto de tolerar desplantes, destratos y desautorizaciones por parte de un sector del entorno presidencial, liderado por Caputo.

Es miembro de una poderosa familia que llevó el apellido al grupo empresario que controló Telecom Argentina. Parte del establishment argentino por naturaleza y extitular del Comité Olímpico Internacional. Werthein fue una figura clave en el relacionamiento que Milei cultivó con el dispositivo republicano durante la decena de viajes que realizó por Estados Unidos. Quizás por eso decía que con la visita a la Casa Blanca había llegado un punto cúlmine. El problema es que ese momento quedó empañado por el anfitrión, cuando confundió las elecciones de este domingo con unos comicios presidenciales. No fue la primera vez que Donald Trump se confundía de elecciones. Hizo lo mismo en el encuentro anterior, cuando leyó la impresión de un tuit que Milei le entregó después de saludarlo.

Como una lógica expresión de las internas que surcan al Gobierno, Werthein quedó enredado en una acusación que su entorno consideró envenenada. El entorno de Caputo y, en especial, el médico Daniel Parisini, conocido como Gordo Dan, le echaron la culpa al Canciller del error de Trump. Le endilgaron no haberle informado correctamente al presidente norteamericano, cuando en realidad es una responsabilidad del Departamento de Estado garantizar que el mandatario esté al tanto de los detalles. Nada indica que no se lo dijeron, sino que se trató de un habitual error de Trump durante la extensa e informal rueda de prensa que protagonizó con Milei delante. Desde ese prisma, habitual en la dinámica diplomática, las culpas contra Werthein por ese malentendido son sólo un termómetro de la ofensiva que se cocinaba en su contra, con Caputo en las sombras, para sacarlo directamente del cargo y forzar un reemplazante.

gordo dan werthein

La cabeza de Werthein rueda en un momento incómodo para Milei. No sólo lo desautoriza, sino que lo obliga a cubrir un puesto vacante antes de rebarajar el Gabinete, en vísperas de un posible loteo a favor de los aliados que le piden pista a favor de participar de los acuerdos de gobernabilidad que impulsará Milei después del domingo. No lo hará por vocación, sino forzado por la foto que le podrían dejar las urnas este domingo y por los expresos pedidos de la administración Trump.

Más allá del error verbal del presidente norteamericano, la Casa Blanca está trabajando en dos tiempos. La línea más caliente de tiempo llega hasta las elecciones del domingo, con el salvataje inédito del Departamento del Tesoro, la intervención en el mercado argentino de cambios y la arquitectura de un nuevo crédito por 20.000 millones de dólares para refozar las reservas con pura deuda nueva. La segunda parte de la relojería arranca el lunes, con el lanzamiento de negociaciones de gobernabilidad con los aliados esquivos del oficialismo que le dieron respaldo y votos en el Congreso a la primera parte del mandato de Javier Milei. Trump dedició mandar un mensajero. Fue el lobista Barry Bennett, que estuvo en la Casa Rosada, se mostró junto al asesor Santiago Caputo y mantuvo reuniones reservadas con dirigentes de la oposición dialoguista en el Congreso y también con gobernadores. Estuvo con distintas figuras, pero con Werthein no hubo encuentro ni rosca, quizás en otra muestra de la etapa de salida del ahora excanciller.

Bennett no sólo se enfocó en pedir respaldo a los opositores esquivos, sino también en forzar un acercamiento con el PRO que Mauricio Macri sigue presidendo. Caputo se sobrevende ahora como el principal interlocutor de la Casa Rosada con Washington y por eso algunas fuentes oficiales lo posicionan como aspirante a reemplazar a Werthein o a Guillermo Francos en la jefatura de Gabinete. El ministro coordinador podría ser corrido a la Cancillería como parte de un enroque donde el PRO también pide pista, con el exsecretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo como candidato.

santiago caputo y mauricio macri

Si Werthein fue clave para la construcción de los primeros lazos de Milei con los republicanos norteamericanos, ahora las redes que tejió quedaron en manos de quienes fueron sus verdugos. Quienes lo conocen sostienen que hace rato quería irse y que no tiene ganas de asistir dentro del Gabinete a la nueva etapa de Milei que se viene, mucho menos después del domingo próximo. Otros hablan de la perplejidad del propio Werthein ante la forma del presidente para tomar decisiones y, en especial, en el vínculo con Estados Unidos, con una dependencia inédita que todavía no alcanza a percibirse en toda su profundidad.

Hasta este miércoles fue uno de los integrantes más ricos del Gabinete. Su partida aceleró la interna por el control del Palacio San Martin, pero también pone a prueba a Caputo, que hasta ahora tenía dos delegados dentro de la Cancillería: Ursula Basset y el secretario de Culto, Nahuel Sotelo. Por ahora no se le conoce un dispositivo de diplomáticos profesionales que lo acompañe. Milei deslizó que Caputo podría ocupar un cargo en el nuevo gabinete, pero ahora se aceleró todo, justo en un momento donde el presidente se preparaba para tomar las decisiones después del domingo. Ahora el diseño del Gabinete está en boca de todos y vuelve a poner al mandatario a la defensiva, obligado a contestar sobre una agenda impuesta y aumentada por errores no forzados. Todo antes del veredicto de las urnas del domingo. Así llegará Milei al 26, con un Gabinete resquebrajado y desgranándose por una renuncia anticipada que no pudo contener.

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