La "estrella culona" y "batatita": los hallazgos en el fondo del mar argentino que se volvieron virales
Las especies captadas por el CONICET durante una transmisión en vivo fascinaron a miles de personas. Las imágenes despertaron ternura, humor y fascinación.
El 23 de julio, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) lanzó una expedición trascendental para Argentina. Se trata del programa Talud Continental IV, centrado en recorrer el Cañón Submarino de Mar del Plata, una estructura geológica de más de 3.500 metros de profundidad, donde existe una biodiversidad excepcional.
Más allá de la investigación, el equipo científico decidió llevar adelante una transmisión en vivo a través de YouTube, en donde los expertos mostraron y comentaron al público - en vivo y directo - los hallazgos que se van cruzando en la cámara del robot que se encuentra en las profundidades del océano.
Especies nuevas, estrellas atípicas e incluso descubrimiento de basura, la transmisión del CONICET se volvió viral en las redes sociales. Pero hubo dos hallazgos principalmente que tomaron gran notoriedad.
A unos 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata, un equipo del CONICET captó en vivo la imagen de una estrella de mar con un aspecto peculiar: cuerpo rojo brillante, disco central abultado y una forma que, para muchos usuarios, evocó de inmediato una parte muy específica de la anatomía humana. Apodada con rapidez como la “estrella culona”, el animal apareció en la pantalla del canal Schmidt Ocean, que transmite las exploraciones en tiempo real desde el buque Falkor (too).
El registro despertó una mezcla de ternura, humor y fascinación. No faltaron las comparaciones con Patricio Estrella, el entrañable personaje de Bob Esponja, ni las propuestas delirantes para declararla patrimonio nacional.
Pero la criatura no solo logró conquistar las redes con su aspecto. También ofreció una oportunidad única para divulgar ciencia marina de un modo inesperado.
Más que una forma divertida: lo que se esconde detrás del fenómeno
Según explicaron los investigadores, la estrella observada podría pertenecer al género Labidiaster annulatus o Odontaster validus, especies típicas de aguas frías del Atlántico Sur y la Antártida. Ambas se caracterizan por una estructura robusta, un disco central prominente y brazos cortos que salen desde el centro. Esa particular forma es la que generó la comparación que recorrió redes sociales, aunque desde el punto de vista biológico, ese “trasero” es en realidad la zona donde se ubica la boca del animal.
El hallazgo, más allá del efecto viral, reactivó preguntas sobre la anatomía y evolución de las estrellas de mar. Un estudio de universidades norteamericanas reveló que estos animales expresan genes relacionados con la cabeza a lo largo de todo su cuerpo. Esa particularidad sugiere que, a lo largo de su evolución, perdieron las estructuras que en otros organismos forman el torso o la cola, quedando constituidos casi por completo por tejidos equivalentes a una cabeza.
Estas revelaciones, difundidas con claridad por los científicos a cargo de la misión, generaron un interés genuino entre los seguidores de la transmisión, que pudieron aprender sobre biología marina mientras se reían del apodo viral.
Una batata del abismo y un final con sabor inesperado
Cuando el furor por la “estrella culona” empezaba a calmarse, otra criatura capturada por las cámaras del robot submarino se ganó el corazón de los espectadores. Esta vez se trató de un pepino de mar púrpura que fue apodado cariñosamente como “Batatita”. De cuerpo alargado, textura blanda y movimientos lentos, el animal parecía una pequeña batata flotando en el lecho oceánico. El apodo nació al instante y se viralizó con la misma velocidad.
Los pepinos de mar, conocidos científicamente como holoturoideos, forman parte de la familia de los equinodermos, al igual que las estrellas. En varias culturas asiáticas son considerados un manjar y se les atribuyen propiedades medicinales, incluso afrodisíacas.
El ejemplar fue recolectado por el equipo para su estudio, al igual que otros organismos hallados durante la expedición Talud Continental IV, una misión histórica que documentó en video especies nunca antes vistas en aguas argentinas. Además de las criaturas simpáticas, también aparecieron restos de basura, recordatorio de que la huella humana alcanza incluso los rincones más profundos del planeta.
Lo curioso es que todo este fenómeno se convirtió en tendencia gracias a una campaña científica del CONICET pensada para recopilar datos. Nadie imaginaba que una estrella de mar con forma de cola humana y un pepino apodado “Batatita” terminarían capturando la atención de miles de personas en todo el país. Pero en tiempos de redes sociales, hasta el fondo del océano puede volverse viral.
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