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La Mañana Gesto solidario

El enorme gesto solidario que conmueve a Cipolletti: "Me parte el alma..."

Destina una porción de cada comida familiar a gente que la está pasando mal. Se las deja en una caja en la vereda de su casa. Quién es y su testimonio exclusivo a LMC.

Lo hace de corazón y prefería mantenerse en el anonimato. No quería figurar ni ser noticia pues se trata de una acción espontánea. Pero tampoco resultaba justo que su enorme gesto solidario pasara inadvertido ni que jamás se supiera quien había sido el ideólogo de tan noble iniciativa.

Y tras mucho insistir al fin dimos con el generoso vecino que tuvo la feliz idea de compartir su comida con los que más la necesitan. Un cartel sobre una caja blanca de Telgopor no deja de sorprender a muchos de los que pasan por Miguel Muñoz casi Alem en Cipolletti.

La vianda la coloca junto al cesto de basura en un cartel que él mismo elaboró (ya está por hacer otro) y en el que se aclara que es comida en “buen estado” y pide explícitamente que mantengan limpia la caja y el lugar.

La palabra del generoso vecino

“Lo veíamos por televisión en Buenos Aires y ahora nos está pegando de cerca, de lleno acá en una ciudad que no se merece esto. Una ciudad pujante, que tiene trabajo, tenemos Vaca Muerta ahí al lado. Que ande la gente revolviendo la basura, mi propia basura es algo muy triste. Que venga a buscar una comida que hemos desechado realmente me parte el alma”, asegura conmovido Lito desde su tintorería de calle Alem.

Su compañera de toda la vida asiente con la misma preocupación. “Otras veces hemos donado ropa que no retira la gente pero la comida es distinto, pega hondo ver chicos con hambre, duele. Hace un par de semanas comenzamos con esto, ponemos lo que podemos, separamos de nuestro almuerzo o cena comida para la gente que la pasa mal”, agrega el histórico comerciante en declaraciones exclusivas a LM Cipolletti.

“Por ejemplo, mi señora hace milanesas y nosotros habitualmente comemos 3 y le digo poné 4. Esa restante la preparo tipo viandita, en una bandeja con un papel film para que no se ponga fea”, explica el método.

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Otra imagen de la caja en la que el vecino solidario le guarda comida a los que más la necesitan.

Otra imagen de la caja en la que el vecino solidario le guarda comida a los que más la necesitan.

La saludable movida de Lito generó reacciones positivas en el barrio y contagió a otros vecinos que también desde el anonimato realizan su aporte diario.

“Los vecinos por suerte están apoyando la iniciativa, no sabemos quienes ponen porque es todo en silencio y en forma desinteresada. Pero nos consta que muchos se han sumado, una de ellas es Belén”, celebra.

Y asegura que la demanda es impresionante “por la necesidad” y los alimentos vuelan. “Hoy temprano dejamos un sándwich con bife de lomo y unas papas fritas que era lo que teníamos y ya lo retiraron. A la vez les traje una docena de facturas a los obreros que estoy con una pequeña reforma y puse 3 en la caja. Luego fui a la verdulería compré 5 bananas y coloqué 2 en el recipiente. Siempre está vacío, señal de que se lo llevan”, agrega el propietario de Manuelita.

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Al vecino le duele ver

Al vecino le duele ver "tanta gente revolviendo la basura".

Su esposa pide, eso sí, a quienes los imitan que “no la dejen en el piso, debajo del tacho, porque pasan los perros y lamen. Quédense tranquilos que la caja se mantiene limpia”.

El vecino solidario: "Es una lástima no poder hacer más"

“Sabemos que no vamos a solucionar el problema del hambre y es una lástima no poder hacer más. En un momento pensamos con mi hijo de poner un comedor. Es angustiante el tema, está muy complicado, muchos no comen. Por eso hacemos esto”, amplió.

Hoy en una posición relativamente cómoda o al menos más tranquila, no se olvida las épocas de vacas flacas y penurias que pasó y por eso se pone en la piel del otro. “Vine de la chacra y llegué a tener 25 empleados pero me fundí a fines de lo noventa, arranqué de nuevo y acá estamos. La vida dentro de todo me trató bien, pude zafar, otros tipos no tienen esa suerte”, reflexiona.

Lamenta el “crecimiento de la pobreza en la ciudad y el país. Cada vez más malabaristas en las esquinas, cada vez más vendedores ambulantes, gente que pasa ofreciendo tortas fritas, budines, personas que no tienen laburo. Y humildemente en lo que podamos los ayudamos”.

¡“Lito” el pollo y todos los menú solidarios de este vecino piola y sensible!

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