El portal Argentina en Datos reveló que la provincia ostenta el menor promedio de meses cobrados por adelantado de Ingresos Brutos respecto a la recaudación
En un contexto nacional marcado por la presión tributaria y la complejidad del sistema impositivo, la provincia del Neuquén se destaca por implementar una política fiscal que busca alivianar la carga sobre sus contribuyentes. Según un relevamiento reciente publicado por el portal Argentina en Datos, Neuquén ostenta el menor promedio de meses cobrados por adelantado en concepto de Ingresos Brutos respecto de la recaudación anual: apenas 0,3 mes, lo que equivale a unos nueve días. Esta cifra contrasta fuertemente con el promedio nacional, que se ubica en 2,4 meses, y con el caso extremo de Misiones, donde el adelanto alcanza los 14,1 meses.
El dato no es menor. El cobro anticipado de Ingresos Brutos es una práctica extendida en las administraciones fiscales provinciales, que consiste en retener una parte del impuesto en el momento en que se realiza una operación alcanzada por este tributo.
El monto se calcula aplicando un porcentaje sobre la transacción, y luego se descuenta del impuesto cuando el contribuyente presenta su declaración jurada. En teoría, este mecanismo permite distribuir la carga impositiva a lo largo del año y funciona como herramienta para prevenir la evasión. Sin embargo, cuando se aplica de forma excesiva, puede generar saldos a favor difíciles de recuperar, afectando la liquidez de empresas y emprendedores.
Condiciones fiscales virtuosas
En ese sentido, el caso de Neuquén aparece como una excepción virtuosa. Con solo 0,3 mes de adelanto promedio, la provincia demuestra una voluntad política de acompañar a sus contribuyentes con un esquema más equilibrado y previsible. “Cobrar sólo lo que corresponde tributar, sin generar mayores cargas, es una señal clara de respeto por la actividad económica local”, señalan desde el ámbito empresarial neuquino.
La diferencia con otras jurisdicciones es notoria. Mientras que en Neuquén el adelanto representa apenas una fracción del impuesto anual, en provincias como Misiones, Buenos Aires o Córdoba, los contribuyentes pueden llegar a acumular saldos a favor equivalentes a varios meses de recaudación. Esto implica que, en la práctica, están financiando al fisco con recursos que podrían destinarse a inversión, capital de trabajo o empleo.
El impacto de estas políticas se refleja en la percepción de los contribuyentes. En Neuquén, el sistema tributario es considerado más transparente y menos agresivo, lo que contribuye a mejorar el cumplimiento voluntario y a reducir los niveles de litigiosidad. Además, al evitar adelantos excesivos, se favorece la planificación financiera de las empresas, especialmente de las pymes, que suelen ser las más afectadas por la retención anticipada de impuestos.
Los beneficios del equilibrio
Expertos en materia fiscal destacan que el equilibrio en el cobro de Ingresos Brutos no solo beneficia a los contribuyentes, sino que también fortalece la relación entre el Estado y el sector privado. “Cuando el fisco actúa con racionalidad y previsibilidad, se genera un círculo virtuoso que mejora la recaudación sin necesidad de medidas coercitivas”, afirma un especialista en tributación provincial.
Por otro lado, el informe de Argentina en Datos pone de relieve la disparidad entre provincias, lo que plantea interrogantes sobre la equidad del sistema tributario argentino. Si bien cada jurisdicción tiene autonomía para definir sus políticas fiscales, la falta de coordinación genera distorsiones que afectan la competitividad regional. En este escenario, el modelo neuquino aparece como una referencia posible para otras provincias que buscan modernizar su administración tributaria sin perjudicar a sus contribuyentes.
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