Qué dijo Máxima Zorreigueta sobre la desaparición de su cuidador de casas en Villa La Angostura
Carlos Ancapichun cuidaba la casa de los reyes de Holanda en el barrio Cumelén. Hace 23 días desapareció en la cordillera. Hallaron su camioneta.
La desaparición en la cordillera de Chile de Carlos Ancapichun, de 76 años movilizó a toda Villa La Angostura, donde el hombre era muy conocido por haber dedicado buena parte de su vida a trabajar como cuidador de la estancia de la Reina Máxima Zorreigueta y el Rey Guillermo de Holanda, en el exclusivo country Cumelén.
Desde el 13 de junio, cuando cruzó a Entrelagos, Chile, para visitar un terreno que planeaba recuperar, no se supo más nada de él. Su camioneta fue hallada cerrada, con su ropa y botas en su interior, pero ningún rastro de su paradero. Los operativos de búsqueda continúan, con voluntarios y rescatistas de ambos lados de la cordillera, el silencio de la Casa de Orange se vuelve cada vez más notorio.
Según contó Guido Zaffora en El Diario de Mariana que se emite por América TV, el vínculo entre Carlos y la familia real era de extrema confianza, e incluso, casi familiar: “Ella (Máxima) conoce muy bien a esta persona. Hablan muy bien de él, hace muchísimos años que trabajaba para ellos”, aseguró el periodista.
Carlos no era un empleado cualquiera en el Country Cumelén. Era un buen vecino, del que todo el mudo hablaba bien. Conocía cada rincón del predio real y era el responsable del mantenimiento, seguridad y puesta a punto de la residencia que los reyes usaban en sus visitas estivales a la Patagonia.
Qué se sabe la desaparición: conmoción en Villa La Angostura
Pese a ese vínculo cercano, la Casa Real de los Países Bajos no emitió ningún comunicado oficial sobre la desaparición de Ancapichun, lo cual sorprende en Villa La Angostura.
“Ellos en sí no se han comunicado al menos con nosotros. Pero sí Cumelén está apoyando a la familia y a la esposa de Carlos”, informó su nieto Mirko Hidalgo, en declaraciones a América TV.
La Asociación de Búsqueda y Rescate en Zonas Agrestes (BRZA) viajó hasta Chile para sumarse al operativo. “Es una zona de selva valdiviana, muy cerrada, con cañadones y mallines donde te hundís”, describió Ricardo Has, jefe del cuerpo activo.
A pesar de las condiciones extremas, se sigue peinando el área entre Aguas Calientes y Antillanca, donde Carlos pretendía construir una casita.
“Él conocía cada sendero. Nació en ese lugar. No se iba a perder”, aseguran en el pueblo, quien están conmocionados por la misteriosa desaparición.
Vecinos señalaron que Carlos había tenido conflictos con familiares del lado chileno por ese terreno. Incluso, una de las mujeres que él había criado reveló que consultaron a dos videntes, quienes aseguraron que está muerto y enterrado, e insinuaron una posible intervención de terceros.
En Villa La Angostura, mientras tanto, la comunidad no baja los brazos. Se organizan cadenas de oración y acompañamiento para su esposa y nietos.
Un terreno, misterio y una camioneta sola
Su nieto, Mirko Ojeda Hidalgo, reconstruyó los últimos movimientos. “Al llegar a Chile, visitó a su hermanastro en Entrelagos y dos horas después le dijo que iba a recorrer el predio, que queda a kilómetro y medio. Nunca volvió. Ahí encontraron la camioneta”.
Ante el pedido desesperado de la familia, la BRZA viajó a Chile para colaborar con la búsqueda. Participaron también efectivos del Ejército chileno, grupos de rescate y voluntarios. “En un momento llegamos a ser 60 personas. Se rastrilló lo máximo que se pudo, pero el campo es gigante”, detalló Has.
“Es un lugar cerrado, virgen, con mallines donde te hundís, cañadones, cascadas. Pero Carlos conocía bien todo eso. Sabía dónde estaba parado”, sentenció.
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