Se trata de la librería El Anticuario, ubicada en la calle Sarmiento 436. Hay libros por $1000, $2000 y $5000. El remate de todo lo que podés encontrar.
Los que alguna vez ingresaron por un libro, habrán notado cómo flota en el aire una sensación de calidez. Los libros allí están al alcance de la mano. Se pueden agarrar y hojear ligeramente. Se pueden leer algunos párrafos que llamen la atención. También oler el aroma a nuevo de un libro recién editado o del antiguo que pasó por varias manos y conserva la marca de otros lectores.
Este miércoles, la librería El Anticuario, ubicada en la calle Sarmiento 436, tenía eso y mucho más que decir. Su vidriera era la antesala de lo que sucedía al ingresar y recorrer sus estanterías y bibliotecas, todavía con muchos libros por ofrecer. "Remate de libros por cierre", el mensaje claro y contundente. Libros por $1.000, $2.000 y $5.000, identificados por etiqueta de color naranja, verde y fucsia. Desde revistas para hacer collage, hasta novelas.
"La cantidad de personas que ha venido nos superó. Nunca pensé que un cierre iba a tener tanta convocatoria. Ahí me di cuenta del poder de las redes sociales, porque realmente explotó. Viernes y sábado no se podía entrar", contó Carlos Alberto Jardón (58), su dueño.
Tomó la posta de su papá cuando este enfermó y hace ya 30 años que trabaja en el rubro. En ese largo camino recorrido, abrió la segunda sucursal del Anticuario, en calle Sarmiento (la primera está en calle San Martín). "Una librería de pandemia, y nos fue muy bien hasta este año", sostuvo.
En diálogo con LMNeuquén, el dueño del Anticuario contó los pormenores del momento que atraviesa la librería con un final, si se quiere, abierto o transitorio.
-¿Es un cierre con sabor amargo?
-Sí, por supuesto. Todos los cierres son tristes, más allá de la convocatoria del momento, que ha traído mucha gente. Lo cierto es que quedan un montón de proyectos truncos ¿no? cuando se cierra un local. No está bueno, porque hay gente que se queda afuera. Pero es una decisión pensada. Ojalá sea temporal y podamos volver.
El remate de libros se va a sostener todo agosto y septiembre. Pero cuanto antes vayan por un libro, más posibilidades de encontrar variedad o el artículo que desean y no sea por descarte. Luego, El Anticuario se reduce a la única sucursal que se mantiene firme y en pie sobre calle San Martín 45, a pocos metros de la Avenida Argentina.
Remate: lo que se puede encontrar
En lo que resta de agosto y septiembre completo, los estantes se irán vaciando. Libros usados, saldos editoriales con remate. Algunas novedades, con descuentos. “Hay de todo: novelas, infantiles, filosofía, historia, revistas viejas para collage, textos escolares. Voy agarrando por sectores y sacando cosas nuevas. También vamos trayendo cosas del otro local. Hay mucha variedad", aseguró.
Mientras tanto, la actividad se concentrará en la histórica sede de calle San Martín, y El Anticuario seguirá presente en la Feria del Libro, como cada año. "Estuvimos desde la primera edición y no vamos a faltar este año, a pesar del momento”, sostuvo el dueño.
Luego, El Anticuario y lo que quede de su sucursal en Sarmiento migrará a la calle San Martín 45.
Antes del cierre, se intentó mucho
Fue una decisión muy pensada. Nada impulsivo, ni repentino. Más bien, resultado de un proceso que, según Jardón, comenzó a notarse a fines del año pasado. “Hasta septiembre del 2023 veníamos trabajando muy bien. La feria del libro fue el último gran hito. A partir de noviembre (de 2024), se empezó a notar una merma importante y ya este año fue muy difícil sostener el ritmo”, explicó.
Paola, la empleada del local, sintonizó con Jardón y en un diálogo previo, casual y espontáneo, se sinceró: "Pusimos en la balanza ¿Cuál de las dos sucursales? Y quedó San Martín". La realidad ganó la pulseada y finalmente torció la voluntad de sostener los dos locales. No quedaba margen para seguir sosteniendo. A veces, una imagen sensorial lo resume todo: "Acostumbrados a ver la gente pasar como hormigas por la vereda de Sarmiento, hace un tiempo ya que no anda nadie", comentó Paola.
Las causas son múltiples, pero el diagnóstico es claro: pocas ventas, poco consumo. "Bajaron muchísimo. En los dos locales. Y teníamos que tomar una decisión. Esta fue la más razonable: cerrar Sarmiento y achicarnos", reconoció Jardón.
El impacto de la falta de consumo, los aumentos en los alquileres, los impuestos, el combustible y otros costos fijos golpearon con fuerza. "El libro se ha convertido en un bien de lujo", dijo sin vueltas Jardón. Y agregó: "Antes tenía clientes que se llevaban tres o cuatro novelas por mes, sobre todo gente grande. Hoy eso representa casi la mitad de una jubilación".
El local de Sarmiento, que nació durante la pandemia y llegó a consolidarse en el centro neuquino, fue una apuesta que por momentos pareció ganadora. "Era una locura, pospandemia explotó. Pero no se pudo sostener. Los números no cerraban para mantener ambos locales", resumió Jardón.
El libro, se convirtió en "un bien de lujo"
En ese sentido, Paola advirtió que hay editoriales que hasta triplicaron sus valores y los aumentos "vienen así nomás". Imaginen para la economía de una familia comprar una saga de tres libros para un hijo adolescente, cuando solo uno cuesta alrededor de $40.000. "No se puede, y es una lástima. El libro es cultura y tendría que estar al alcance de todos", reflexionó la vendedora.
Aunque el cierre es un hecho para esta sucursal, Jardón no descarta volver a abrir una nueva en el futuro, en otra parte.
Más allá del futuro incierto y los vaivenes de la economía, hay una verdad que parece trascender todos los tiempos: la inmortalidad del libro de papel, ese que deja un rastro y teje un vínculo. "Reconocemos los libros por la marca que dejan sus dueños", concluyó Jardón.
"Sarmiento antes era una arteria fluida. Hoy hay días que no hay absolutamente nadie en la calle. Ves las veredas vacías. Eso es llamativo. El consumo bajó muchísimo". Carlos Alberto Jardón, dueño de la librería El Anticuario; y un cambio en el pulso de la ciudad.
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