Un empleado de un corralón de Neuquén se encontró con esta sorpresa cuando quiso volver a su casa en su vehículo. Recurrió a la ayuda de un apicultor.
La tarde de este último jueves uno de los trabajadores de un corralón de Neuquén se llevó una gran e inesperada sorpresa. Es que cuando llegó la hora de volver a casa detectó que en su auto se habían posado cientos de abejas por lo que tuvo que pedir ayuda para poder subirse sin ser picado.
Todo ocurrió en el estacionamiento del corralón de Carlos Isla en Planas al 5000. Allí varios empleados dejan sus autos estacionados durante sus horas de trabajo. En este caso era un conductor de uno de los camiones que el corralón tiene para entregar su mercadería.
"Cuando salió al estacionamiento se encontró con el enjambre posado en su auto. Por suerte sabían que no debían tocarlo y que tenían que llamar a algún apicultor y me llamaron a mí", contó a LMNequén Eduardo Cubitto, quien si bien ya está retirado sigue teniendo de hobby a las abejas y cuenta con el material indicado para poder retirarlas.
El apicultor relató que ayer alrededor de las 17 lo llamó su hermano, por intermedio de un amigo, para anoticiarlo de este hallazgo y del pedido de ayuda de los trabajadores del corralón para sacar las abejas.
Cubbito contó que, en realidad, los trabajadores del lugar conocían un poco de abejas y sabían que no debían molestarlas. "Las abejas no son peligrosas, cuando están así están descansando", aclaró.
El apicultor contó que en general cuando las colmenas se sobrepasan de cantidad de abejas nace una nueva abeja reina y se dividen, y es ahí cuando salen de donde estaban. "En este caso las abejas están descansado, no van a lastimar a nadie, seguro se quedaban ahí solo 24 horas", contó el hombre, quien intervino ya que el trabajador debía utilizar de nuevo su vehículo para regresar a casa.
El traslado
El apicultor contó que cuando los enjambres tienen poco espacio las abejas se dividen. "Seguramente estaban en algún tronco o poste de luz, y se produjo una superpoblación de abejas y nació otra reina y se divide el enjambre para formar otro", explicó.
Estas abejas, como las que aparecieron en este auto rojo, se iban a quedar un máximo de 24 horas, mientras viajan de un lugar a otro. También quizás llegaron provenientes de las bardas, ya que en ese sector de la ciudad hay muchas colmenas, contó el apicultor.
"El dueño del auto era un empleado que trabaja en los camiones de Isla. Él estaba cerquita mío mientras yo las saqué, no tenía miedo. Por lo general no pican las abejas, distinto cuando están en su hábitat permanente donde hay abejas guardianas que salen a defender su colmena y esas sí te pueden picar", aclaró.
El trabajo del apicultor en este caso no fue difícil, en menos de una hora logró sacarlas del auto. "Una vez que entra la reina las demás las siguen, cuando están la mayoría adentro tapás la caja y me las traigo al lugar", indicó el hombre que aunque ya está retirado cuenta con 10 cajones de abejas con las que produce miel para su familia.
"Yo quisiera dejar aclarado que no en todos los lugares se pueden agarrar esos enjambres. En este caso estaban de manera accesible, pero otras veces están en lugares altos o de difícil acceso donde no podría llegar y lo mejor es esperar que ellas mismas se vayan". describió el hombre quien dijo que ya a sus 70 años no puede arriesgarse a subir a un techo.
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