El resultado de las elecciones preocupa a los borkers que solo miran la coyuntura. Pero en rigor la composición del Congreso no va a cambiar mucho y el gobierno tiene una agenda abultada de reformas.
Por alguna razón el Gobierno ha convertido en trascendental una elección de medio término que en rigor, al analizar los posibles resultados, no va a cambiar en nada el cuadro de la gobernabilidad en la Argentina.
Pero como dice en su último editorial semanal la consultora LCG, las elecciones de este domingo se han convertido en una profecía autocumplida. Si todos creen que es trascendental, ante el resultado los brokers financieros acturán en consecuencia.
Y así se tejen especulaciones entre supuestos valores que podría alcanzar el dólar oficial si el oficialismo logra reunir una determinada cantidad de respaldo en las urnas. Todo puede resultar irrelevante.
Porque esos análisis solo están tomando en cuenta una coyuntura, un momento muy determinado de la película. Tan solo se está especulando con el valor del dólar al día siguiente.
Pero LCG señala que el problema de la Argentina no es ese. ‘Dejando de lado el costado simbólico’ de un resultado en una elección de medio término (los titulares de los diarios: “ganó Fulano”, “perdió Mengano”), ciertamente las elecciones son relevantes porque ponen de manifiesto la matriz de intereses de la sociedad, y eso sin dudas delinea un rumbo, aunque sea borroso”. “Además, en este caso particular se puso mucho énfasis en la capacidad del gobierno de vetar leyes del congreso de manera permanente, esto es, con la defensa de esos vetos con una tercera parte de una de las cámaras”, señala la consultora.
LCG insiste en que “los vetos son un NO a lo que vota el Congreso, y lo que Argentina necesita son muchos SÍ, es decir, leyes que cambien algunas reglas de juego desterrando malos incentivos que todavía persisten en el modo en que nos relacionamos y repartimos recursos”. “Y para esos SÍ se requieren mayorías activas, no una posición defensiva”, plantea el reporte.
La consultora prosigue: “con esto en mente, da la sensación de que cualquiera sea el resultado (dentro de los márgenes que indican las encuestas), el gobierno tendrá la tercera parte en Diputados pero no tendrá mayorías en ninguna cámara. Así, si bien distintos resultados podrán tener diferentes impactos en los sensibles mercados financieros, lo cierto es que con una lente de más de mediano plazo lo relevante será cómo se construye gobernabilidad para lo que queda del mandato”.
Un pantalón dos talles menos
El gobierno se ha comportado hasta acá como una persona que excedida de peso, inicia una dieta y lo primero que hace es comprarse un pantalón dos talles menos. Y le dice a todos que aunque vean que el pantalón no lo que queda bien, que ese es el talle en función de la dieta que está llevando a cabo.
La verdad es que al igual que las dietas, en la economía las llamadas “reformas estructuruales” tardan en hacer efecto. En este caso el pantalón que trata de ponerse Luis Caputo es el dólar barato. Para llegar a esa instancia falta.
Lo primero que tiene que hacer es lograr que le aprueben un presupuesto en el Congreso, luego asegurar los dólares para pagar a los deudores en enero de 2026 y luego ponerse manos a las obras en aprobar una reforma tributaria, eliminar algunos impuestos distorsivos. En la agenda también aparece una reforma laboral. Toda una agenda que requiere que haya consenso en el Congreso. Es decir, mayorías diciendo SI en vez de minorías diciendo NO.
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