Las frases inmortales de José de San Martín que siguen marcando la identidad argentina
A 175 años de su muerte, las palabras del Libertador resuenan como guía de libertad, educación y unión para toda América.
Cada 17 de agosto, la Argentina recuerda al General José de San Martín no solo por sus gestas militares, sino también por sus palabras. El Libertador dejó un conjunto de frases y reflexiones que expresan con claridad su visión de la independencia, la educación, la moral y la unidad continental. Son pensamientos que, pese al paso del tiempo, continúan vigentes en la vida política y social de la región.
La vida de San Martín estuvo marcada por la convicción de que la libertad era el bien supremo de los pueblos. Esa idea la transmitió con frases cortas y contundentes, que resumían el espíritu de toda una causa emancipadora:
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“Seamos libres, y lo demás no importa nada”.
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“Si somos libres, todo nos sobra”.
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“La guerra de independencia es la guerra de la libertad contra la tiranía, la guerra de pocos contra muchos”.
Estas expresiones no fueron meros enunciados, sino principios que guiaron sus decisiones. Desde la organización del Ejército de los Andes hasta la proclamación de la independencia en Lima, cada acción estuvo sostenida por esa convicción.
Educación como pilar de la Patria
Para San Martín, la independencia política no tenía sentido sin independencia intelectual. Consideraba que el pueblo debía formarse para sostener su libertad. Por eso, dejó frases que se repiten hasta hoy en escuelas y actos públicos:
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“La ilustración y el fomento de la educación son las bases de la felicidad de los pueblos”.
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“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestros ejércitos”.
- "Que hable poco y lo preciso".
Su visión trascendía lo militar. Entendía que la construcción de una nación requería ciudadanos instruidos, capaces de participar en la vida política y de resistir cualquier forma de dominación extranjera.
Conducta y valores personales
En la vida privada, San Martín también dejó un legado a través de las máximas que redactó para su hija Mercedes. Allí, se observa un pensamiento profundamente humanista y ético:
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“Inspirar amor a la verdad y odio a la mentira”.
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“Humanizar el carácter y hacerlo sensible, aun con los insectos que no perjudican”.
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“Amor al aseo y desprecio al lujo”.
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“Hacer que la verdad y la justicia sean el norte de todas las acciones”.
Estas enseñanzas trascendieron el plano familiar y pasaron a ser vistas como consejos universales para la vida en comunidad. Revelan a un hombre preocupado por la formación moral tanto como por la formación militar.
Unión e integración latinoamericana
La mirada de San Martín fue siempre regional. Entendió que ninguna independencia podía ser duradera si América seguía fragmentada. Por eso insistió en la importancia de la unidad y de la soberanía de los pueblos:
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“Para defender la causa de la patria no se necesita otra cosa que orgullo nacional”.
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“Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas”.
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“Mi nombre es lo bastante célebre para que yo lo manche con una infracción a mis promesas”.
- "Dulzura con los criados, pobres y viejos".
- "Inspirarla sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones".
Con estas frases dejó en claro que no buscaba beneficios personales ni intervenir en las disputas internas de la joven nación. Su causa era mayor: consolidar la libertad de todo el continente.
Vigencia de un pensamiento
Hoy, a casi dos siglos de su muerte, las frases de San Martín se mantienen como brújula. En actos escolares, en discursos oficiales o en la vida cotidiana, su voz sigue recordando que la libertad, la educación, la justicia y la unión son valores que no caducan.
El paso a la inmortalidad de San Martín no solo invita a mirar su vida militar, sino también a rescatar la fuerza de sus palabras. Sus gestas lo convirtieron en Libertador, pero fueron sus convicciones y sus principios los que lo elevaron a la categoría de Padre de la Patria.
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