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Escribir a mano, un hábito que recomiendan los neurólogos para estimular el cerebro

Este hábito fortalece la memoria, las emociones y las habilidades motoras. Sus beneficios para niños, adultos y pacientes con Parkinson.

Aunque las pantallas dominan la vida cotidiana, neurólogos insisten en que escribir a mano sigue siendo una herramienta insustituible para el cerebro. Los especialistas aseguran que esta práctica estimula múltiples áreas cognitivas y emocionales, generando un “círculo virtuoso” que mejora el aprendizaje en niños, potencia la creatividad en adultos y resulta especialmente útil en terapias para pacientes con Parkinson.

El acto artesanal de deslizar la lapicera por el papel para escribir produce una serie de actividades mentales que involucran a la memoria, el aprendizaje y hasta una serie de funciones ejecutivas que operan en segundo plano, pero que son esenciales para esa tarea.

Escribir a mano vs. tipear

Según le comentó el doctor Alejandro Andersson, médico neurólogo, neurofisiólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), a Infobae, escribir a mano activa más regiones cerebrales que tipear, según estudios con electroencefalografía y resonancia funcional.

“Involucra áreas motoras finas, sensoriales, de lenguaje y de memoria. En cambio, al tipear se repite un movimiento uniforme de los dedos y la activación es más restringida”, señaló el doctor.

Y sumó: “Un trabajo de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, publicado en Frontiers in Psychology en 2024, mostró que al escribir manualmente aparecen ondas cerebrales alfa y theta, relacionadas con memoria y aprendizaje. Investigadores como Ramesh Balasubramaniam, de la Universidad de California, resumen esto como una ‘diferencia fundamental en la organización cerebral’ entre escribir a mano y tipear”, afirmó el médico.

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Por su parte, Adriana Zillioto, licenciada en Psicología y grafóloga, coordinadora del Taller de Reeducación de la Escritura en Parkinson y Neurología del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó que la escritura pone en juego un cúmulo de actividades mentales que son comunes a la escritura manual y a la tipeada. “Estos procesos incluyen distintos tipos de memoria y funciones ejecutivas como la planificación, ejecución y supervisión de tareas, que operan en segundo plano, pero son esenciales para dar forma al contenido y la estructura del texto”, indicó.

Y completó: “La escritura implica una variedad de procesos mentales que se activan tanto al escribir a mano como al tipear, ya sea en una computadora o en un celular. Sin embargo, al tipear, el dispositivo tecnológico automatiza ciertos aspectos de la escritura, eliminando la necesidad de poner en marcha mecanismos que sí son fundamentales en la escritura manual”.

Entre ellos mencionó los siguientes:

  • La memoria procedimental motora, que guía la secuencia de trazos necesarios para formar letras y palabras
  • La orientación espacial precisa, ya que se trata de un gesto dirigido hacia una superficie concreta
  • La coordinación ojo-mano para conectar o secuenciar elementos gráficos
  • La discriminación de formas de las letras
  • La destreza motriz para ejecutarlas.

“Todas estas habilidades son clave para lograr una producción escrita eficaz cuando se escribe a mano”, afirmó la licenciada Zillioto.

Tanto en los niños como en los adultos, el lápiz es más poderoso que el teclado. Según un estudio, tomar notas a mano durante una conferencia, en lugar de escribir con el teclado, puede conducir a una mejor comprensión conceptual de la información.

Sin embargo, la psicóloga aclaró: “Hay habilidades cognitivas que no se ejercitan en la misma medida al tipear, pero no significa que esas personas pierdan todas las oportunidades que ofrecen otras prácticas para desarrollarlas”.

Los beneficios de la escritura manual para los niños

Según el doctor Andersson, en la infancia hay un consenso claro: aprender a escribir a mano es fundamental. Pero destacó que en la adolescencia y adultez, el consenso es menos tajante.

El trabajo mental al escribir a mano

“Una vez adquiridas las bases cognitivas, no es imprescindible seguir escribiendo a mano para aprender. El teclado aporta eficiencia y velocidad, y el cerebro adulto puede sostener procesos de memoria y comprensión sin necesidad de la caligrafía diaria”, indicó el médico.

Los beneficios del lápiz y el papel para la infancia son:

  • Mejora la motricidad fina y la coordinación visomotora.
  • Favorece la ortografía, la comprensión lectora y la memoria de trabajo.
  • Da tiempo para reflexionar y consolidar lo aprendido, al ser un proceso más lento que tipear.

Escribir a mano como ejercicio para mantener ágil el cerebro

Según el doctor Andersson, en adultos y adultos mayores, escribir a mano puede funcionar como un ejercicio de estimulación cognitiva, al igual que aprender un idioma o tocar un instrumento.

“Activa simultáneamente áreas motoras, perceptivas y de memoria. Obliga a planificar, secuenciar y sostener la atención. Puede contribuir a mantener la plasticidad cerebral y a enlentecer procesos de deterioro cognitivo. Por eso, aunque la vida cotidiana sea digital, recuperar el hábito de escribir a mano, aunque sea en pequeñas dosis, sigue siendo saludable para el cerebro”, resumió el médico.

La escritura es aliada en los casos de Parkinson

La licenciada Zillioto remarcó que la escritura por cualquier medio entrena una gran cantidad de procesos cognitivos. “Particularmente, la escritura a mano puede potenciar mecanismos ejecutivos mediante técnicas específicas que prescinden de la producción automática, lo cual permite aumentar la carga cognitiva y potenciar el entrenamiento de todas las funciones en juego”.

En el caso de la Enfermedad de Parkinson, donde el paciente puede padecer micrografía, es decir la disminución del tamaño de la escritura, se aplican técnicas cuya efectividad se probó en un estudio piloto del año 2015, explicó la experta.

Escribir

“El método consiste en realizar la tarea de manera menos automática, ya que los movimientos automáticos son los más afectados en esta patología. Para esto, se utilizan señales auditivas, como música rítmica y marcaciones con pulso, y señales visuales, como cambios de pautas y colores, que ayudan a secuenciar la tarea de escritura. Además, se incorpora el uso de fibras de puntas anchas para facilitar trazos más gruesos y la realización de letras de mayor tamaño, para compensar la tendencia a la micrografía!, describió Zillioto.

También se emplean crayones y pinceles, que permiten variar la intensidad de la fuerza al escribir, otra función alterada en estos casos. “Las actividades se desarrollan en hojas de distintos tamaños, incluso de 40 x 50 cm, para incluir los movimientos del hombro en la escritura y minimizar las oscilaciones del trazo. Además, se utilizan caligramas para ayudar en el control de la dirección de las líneas. Sobre esta base, se hacen adaptaciones para aplicarlo en diferentes patologías motoras", señaló la experta.

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