Los 3 alimentos indispensables para estimular el cerebro, según una psiquiatra de Harvard
Mantener una dieta equilibra es clave para la salud mental. Qué productos incorporar y sus beneficios.
Nuestra dieta y la comida que incorporamos a ella tienen un efecto directo en el estado de salud y el bienestar. Y aunque muchos lo desconocen, también influye en el cerebro y en la vitalidad mental. Por ello, es importante mantener una alimentación equilibrada.
Si hablamos de cuidar la salud mental, no todo se reduce a evitar el estrés y ejercitar la memoria. Una investigación de la doctora Uma Naidoo, psiquiatra nutricional de la Universidad de Harvard y autora del libro “Lo que la comida le hace a tu cerebro”, también reveló cómo los alimentos impactan en el plano cognitivo.
El cerebro es uno de los órganos que más energía consume, por lo que requiere de nutrientes específicos para un correcto funcionamiento. Con una dieta adecuada, se puede mejorar la memoria, la capacidad de concentración y el estado de ánimo general, además de combatir el deterioro cognitivo. De acuerdo a los estudios, existe un grupo de alimentos que ayudará a cumplir con esto.
El poder de las nueces y el chocolate amargo
Entre los alimentos a los que se les atribuyen beneficios para el cerebro se encuentran los frutos secos, especialmente las nueces, ya que contienen una alta concentración de ácidos grasos omega-3, antioxidantes, vitamina E y polifenoles. El cerebro, en su mayoría, está compuesto por grasa y requiere de estos nutrientes para mantener la estructura neuronal, mejorar la comunicación entre neuronas y reducir el estrés oxidativo.
De acuerdo a estudios científicos, el consumo regular de nueces disminuye el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y mejora la memoria y la atención en adultos mayores. Además, sus antioxidantes combaten los radicales libres que causan daño celular, ralentizando así el envejecimiento cerebral. Su ingesta también puede contribuir a reducir la inflamación, un factor asociado a muchas patologías neurológicas. Su versatilidad también permite incorporarla en la dieta diaria, ya sea como snack o en ensaladas y cereales, siendo una forma sencilla y efectiva de cuidar la salud cerebral.
Otro alimento que ayuda al cerebro es el chocolate amargo. Su alto porcentaje de cacao es una fuente extraordinaria de flavonoides, teobromina y antioxidantes, compuestos que mejoran la circulación sanguínea cerebral, favorecen la neuroplasticidad y reducen los síntomas de estrés y ansiedad. Su consumo potencia los niveles de dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados con el bienestar y la motivación.
Además, el cacao favorece la formación de nuevas conexiones neuronales y protege las células cerebrales del daño, especialmente en áreas relacionadas con la memoria y el aprendizaje. Sin embargo, es importante consumirlo con moderación para evitar ingestas excesivas de azúcar y grasas saturadas que podrían contrarrestar sus beneficios.
Los alimentos fermentados, aliados del cerebro
Los alimentos fermentados suelen estar asociados a la salud intestinal. Productos como el yogur natural, el kéfir, el kimchi, el miso o el chucrut aportan probióticos, microorganismos vivos que ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota intestinal. Esto puede influir positivamente en el estado de ánimo, la memoria y la función cognitiva.
Los probióticos presentes en estos alimentos ayudan a reducir la inflamación sistémica y producen neurotransmisores como la serotonina y el ácido gamma-aminobutírico (GABA), que desempeñan un papel en la regulación del estado de ánimo y la ansiedad.
Además, un intestino saludable favorece la absorción de nutrientes esenciales que alimentan el cerebro. Diversos estudios indican que un consumo regular de alimentos fermentados puede disminuir el riesgo de trastornos neuropsiquiátricos y promover una mayor claridad mental.
Qué más puedo hacer para cuidar la salud cerebral
Más allá de consumir los alimentos anteriormente mencionados, existen otras opciones que contribuyen a mantener un cerebro saludable. Entre ellas se destacan practicar ejercicio físico regularmente, dormir lo suficiente, reducir el estrés mediante técnicas de relajación y fomentar actividades cognitivas como la lectura o los juegos de memoria. La hidratación adecuada también es esencial, ya que el agua ayuda a mantener las funciones neuronales en óptimas condiciones.
Es recomendable evitar ciertos hábitos y alimentos nocivos. El consumo excesivo de azúcares refinados, grasas trans, alcohol en exceso y drogas puede dañar las células cerebrales, alterar la memoria y predisponer a enfermedades neurodegenerativas. La exposición a sustancias tóxicas y el tabaquismo también deben reducirse para proteger la salud cerebral a largo plazo.
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