Endeavor Patagonia: Café Delirante y la visión de su referente José Sojo
Cómo José Sojo pasó de una carrera corporativa a fundar Café Delirante en Bariloche, creando un proyecto pionero de café de especialidad que hoy inspira desde la Patagonia a toda la Argentina.
La historia de Café Delirante comenzó mucho antes de que la primera máquina de espresso se instalara en el Cerro Catedral. En los años 90, José Sojo estudiaba en San Diego y descubrió el poder social de las cafeterías: espacios vibrantes, llenos de jóvenes y nuevas formas de encuentro. Esa atmósfera lo marcó para siempre y sembró la idea de algún día tener su propio café.
El proyecto se postergó durante dos décadas, tiempo en el que trabajó en una compañía de seguros y formó una familia. Sin embargo, el sueño se mantuvo latente hasta que, ya radicado en Bariloche, decidió cambiar de rumbo y apostar por el café de calidad.
La inspiración australiana y el salto emprendedor
Los viajes laborales a Australia fueron decisivos: allí conoció la cultura del café de especialidad, donde cada taza era un ritual. Esa experiencia reforzó su convicción de que la Argentina merecía una propuesta diferente.
En 2015, junto a su esposa, instaló una pequeña barra en un rental de ski en la base del Cerro Catedral. Con apenas ocho banquetas, nació Café Delirante. Desde el inicio, la meta fue clara: no se trataba de abrir un simple local, sino de construir una empresa con visión a largo plazo.
Filosofía y calidad: del grano a la taza
Café Delirante importa granos de países productores como Colombia, Brasil, Etiopía, Nicaragua, Guatemala y Perú, seleccionando según estacionalidad para garantizar frescura. El tostado se realiza en su planta en Bariloche, ubicada sobre una de las cafeterías del centro de la ciudad, desde donde también se despachan pedidos online a todo el país.
La frescura es clave. Como explica Sojo en el programa Margaritas a los Chanchos (FM Capital, Neuquén): “El café es un producto agropecuario, y si pierde humedad deja de tener vida. Por eso la frescura lo es todo”. Con esa premisa, Café Delirante ofrece granos que no superan los 60 días desde su tueste.
Transformar la cultura del café en Argentina
El proyecto se convirtió en un motor de cambio cultural. En un país donde el café torrado con azúcar aún domina el consumo, Café Delirante demostró que los argentinos están dispuestos a valorar una bebida de mayor calidad.
El fenómeno no es aislado: así como ocurrió con el vino, el aceite de oliva o la cerveza artesanal, el consumidor argentino aprendió a reconocer matices y a pagar un poco más por un producto mejor.
Un espacio social y educativo
Las cafeterías de Delirante no son solo puntos de venta: cumplen un rol social y comunitario. En ciudades como Bariloche o San Martín de los Andes, se transformaron en lugares de encuentro, accesibles y con identidad local.
Además, la empresa impulsa la formación de baristas, organiza catas y comparte conocimiento con los consumidores. Una de sus baristas incluso obtuvo un campeonato nacional con un café descafeinado de la marca, mostrando que la excelencia puede estar en todos los segmentos.
Participación en Endeavor Patagonia
Este jueves 21 de agosto, a partir de las 14, José Sojo participará en Endeavor Patagonia, en Neuquén, un evento que reúne a referentes del emprendedurismo, la innovación y la inversión en la región. Allí compartirá su recorrido, desde aquel puesto improvisado en el Cerro Catedral hasta un modelo consolidado que hoy es sinónimo de café de especialidad en la Patagonia.
Su testimonio es una muestra de cómo un proyecto personal puede transformarse en motor cultural y empresarial, inspirando a nuevas generaciones de emprendedores.
Un legado en construcción
Diez años después de su primera experiencia con una máquina de espresso en un local prestado, Café Delirante continúa creciendo. Con cafeterías en Bariloche, El Bolsón, San Martín de los Andes, Córdoba y Buenos Aires, además de un e-commerce que llega a toda la Argentina, la marca consolidó un estilo propio.
Pero la expansión de Café Delirante no se mide solo en números. La empresa se ha integrado profundamente en la vida de Bariloche, generando empleo, formando baristas locales y proponiendo un nuevo lenguaje de consumo. En una ciudad históricamente asociada al chocolate y la cerveza artesanal, el café encontró un lugar inesperado de protagonismo gracias a la visión de Sojo.
La apuesta por la calidad se refleja también en la elección de equipamiento profesional, en los vínculos de largo plazo con productores de café en distintos países y en el esfuerzo por ofrecer un producto premium a un precio accesible. Lejos de orientarse solo al turismo, Delirante buscó desde el principio ganarse al público residente, convirtiendo sus locales en espacios cotidianos para vecinos y trabajadores.
El futuro de la marca apunta a consolidar su presencia en más ciudades argentinas, sin perder la esencia que le dio origen: cercanía, frescura y calidad. La idea de Sojo es que Café Delirante sea, cada vez más, un puente entre el productor y el consumidor, mostrando que detrás de cada taza hay historias de trabajo, territorio y pasión.
Para José, la clave está en mantener la coherencia: “El café no es solo un producto, es una experiencia, un espacio de encuentro y una oportunidad para hacer las cosas de otra manera”.
+ Info: www.cafedelirante.com.ar
Te puede interesar...
Dejá tu comentario