Uno de los primeros productos que lanzó Yanina Rodríguez fue un comedero en altura para mascotas. Hoy, recicla 100 kilos por mes y crea diseños originales.
Yanina Rodríguez sabe que la clave es insistir. Por eso, encaró Deco Klart, su quinto emprendimiento, con el mismo empuje de la primera vez, consciente de que los procesos inconclusos no eran fracasos, sino aprendizajes para el éxito que estaba por venir. Y ese logro vino con esta propuesta: una empresa que convierte el plástico de descarte en muebles y accesorios decorativos que hoy llegan a todo el país.
Aunque es licenciada en Administración de Empresas, siempre tuvo una inclinación especial por el diseño y la decoración. Sin embargo, su emprendimiento nació casi por casualidad. "Surgió de una manera extraña porque yo me dedicaba al e-commerce y decidí cambiar el rumbo y bueno, investigando un poco empiezo a descubrir la posibilidad de reciclar el plástico. Me enamoré de todo el proceso y ahí comenzamos a hacer algunos productos", dijo en una entrevista con LMNeuquén.
Aunque el proyecto comenzó a paso lento, probando con distintos productos y esperando la respuesta del público para hacer los ajustes necesarios, hoy Yanina tiene su fábrica de reciclaje de plástico en marcha. Y con esa experiencia a cuestas, este jueves fue una de las mentoras de Experiencia Endeavor, un evento que convocó a otros emprendedores de Neuquén y la región que quieren convertir sus ideas en negocios.
La emprendedora valletana lanzó su proyecto con una gama de tres productos, que luego dieron paso a planificar otro catálogo dentr de su marca."La idea comenzó en el 2023, en agosto, y el primer producto que comenzamos a hacer fueron unos porta notebook y porta celulares y comederos, los tres productos a la vez sacamos y los comederos fueron el boom", agregó.
Pese a la buena recepción de sus primeros artículos, enfrentó las dificultades de comenzar desde cero en un campo que no conocía. Por eso, buscó oportunidades en los concursos de emprendedurismo, que le daban no sólo lecciones valiosas sino visibilidad para su marca y un espacio de intercambio para conectar con potenciales clientes o asociados.
Cuando llegó a la instancia nacional del programa Nobleza Obliga, se abrieron muchas más puertas, y así logró apalancar su proyecto para insertar sus productos en otros puntos del país. Así, Deco Klart ya congrega a un equipo de especialistas: con trabajadores en producción, ensamble y acabado.
Del plástico a los muebles
"Yo soy licenciada en Administración de Empresas, así que diseño poco y nada. Siempre me gustó la parte de decoración y de diseño y la verdad que empecé como a ver y a copiar y a modificar cosas", dijo Yanina y agregó: "Hoy no tenemos un diseñador industrial, no tenemos un equipo especializado en eso porque nos enfocamos mucho más en la producción, pero sí lo tenemos pensado para futuro poder incorporar a alguien que desarrolle producto".
"Vengo del palo del marketing digital y del e-commerce, así que ahí fue como lo que se me hizo fácil", dijo la emprendedora, que enfrentó su mayor desafío al tener que montar una fábrica. "Lo más difícil era poder planificar una fábrica, porque hoy somos cuatro personas en la fábrica, poder planificar los procesos, entender de máquinas, aprender de máquinas, de herramientas", afirmó.
Con su visión siempre en el horizonte, asumió el rol de ingeniera y de diseñadora industrial para pensar en grande. Y así, pasó de los accesorios y comederos de mascotas a los muebles de exterior, pensando no sólo en el consumidor final sino en los negocios que necesitan productos durables para el público masivo.
"Estamos lanzando una línea de muebles de jardín de exterior y también una línea gastronómica. Todo es exterior porque la madera plástica es muy resistente, banquitos, mesas altas, mesas pequeñas, reposeras. Así que estamos desarrollando ese nuevo producto", dijo y agregó: "Nos queremos meter por toda la parte gastronómica Y después hay otro producto que lo tenemos en mente Que es el revestimiento Y ahí sí nos vamos a meter en la parte de construcción".
A partir de convenios con otras empresas, como shoppings o concesionarias, logran evitar el descarte de grandes volúmenes de residuos plásticos, que hoy encuentran otra vida útil en la fábrica de Deco Klart. Además, cuentan con su propio punto de recepción en su propia fábrica, lo que les permite reciclar unos 100 kilos mensuales, con picos de 500 kilos a medida que la demanda crece.
De Neuquén al resto del país
Aunque el grueso de los clientes proviene de la región del Alto Valle, su exposición en concursos nacionales también trajo consultas de otras provincias. "Nos han llegado de varias partes del país, de Rosario, de Entre Ríos, de Santa Cruz, siempre. Me sorprende cuando hay gente que me está escribiendo de afuera", afirmó.
Pese a que tener precios competitivos en Neuquén resulta competitivo para posicionarse a nivel nacional, Yanina destacó la calidad y la durabilidad de los productos, que no suelen encontrarse en todas las geografías. Así, apuesta a diseños originales, durables y con terminaciones cuidadas para ganarse a la clientela, que puede apostar a la decoración con artículos más amigables con el entorno.
Y su experiencia en otros emprendimientos, con fuerte foco en el e-commerce, también le da otro valor agregado. Hoy, Yanina no planea tener su propio showroom o abrir un local; por el contrario, apuesta a los negocios digitales con una fuerte presencia en las redes sociales y un producto atractivo que se abre camino por su diseño y su compromiso ambiental.
Endeavor, un motor para emprender
Yanina fue una de las mentoras en esta edición de Experiencia Endeavor Patagonia, que reunió cerca de 2 mil emprendedores en el centro de Convenciones Domuyo. Su participación le permitió conectar con emprendedores que recién inician su camino, y que buscan en este tipo de encuentros inspiración y consejos prácticos para pasar de la idea a la acción.
Cuando le piden que les dé algún consejo, ella insiste con la misma palabra: persistencia. "Porque emprender no es fácil, lleva tiempo y muchas veces la ansiedad y la paciencia nos juegan una mala pasada, y hace que nos demos por vencidos antes de tiempo", aseguró.
"Yo creo que lo mejor de estos eventos es el networking, el poder conectar con el otro y contarle qué es lo que haces y poder ofrecer tu producto. Creo que es lo más valioso de este tipo de eventos", aseguró la emprendora.
"A veces conocés a uno que te presenta a otro y así se va como haciendo una cadena que se hace interminable, porque siempre seguís conociendo gente. Y uno de ellos puede ser un futuro cliente o algún socio estratégico", aseguró.
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