Dora Colihuinca es mamá de un joven con Síndrome de Down. Ahora acompaña a otras familias. Será tallerista en un congreso.
Dora Colihuinca no sabía que iba a ser mamá de un niño con Síndrome de Down. Junto al papá de su hijo, se enteraron en el parto. Fue un "baldazo de agua fría" para su familia.
Hace 22 años, no había mucha preparación y el personal de salud que los asistió no buscó ni el momento ni el lugar para comunicarles la noticia. Ella tomó conocimiento en la sala de atención, mientras que al papá le dijeron el hecho en un pasillo, es decir, por separado. Joaquín, además, venía con algunos problemas de salud en el corazón asociados a su discapacidad y tuvo que quedar intubado.
Para estos padres, fue un shock. Un baldazo de agua fría. Sin embargo, está mamá recordó que no se quedó con su discapacidad. "Lo único que pensé 'es mi hijo' y lo tengo que criar", contó Dora, en diálogo con LMNeuquén.
Por supuesto que desconocía lo que implicaba criar a un hijo con Síndrome de Down, de todos los esfuerzos y cuidados especiales, frustraciones y días malos que iba a tener por un combo de dificultades que están asociadas al diagnóstico. Desde problemas en la vista, la tiroides y los pulmones, hasta inconvenientes en la alimentación. "Pero así también desconocía las mejores alegrías que iba a tener al verlo sortear los obstáculos", destacó esta madre positiva.
Cómo encontró su vocación
Dejó de trabajar para dedicarse a Joaquín a tiempo completo. Destacó el gran equipo que formaron con el papá de Joaquín, pese a que ya no están juntos. Además, tienen otro hijo mayor de 25 años.
Pero los años fueron pasando, y cuando Joaquín pasó al secundario, llegó el momento de volver a ejercer un trabajo fuera de la casa. Así se convirtió en licenciada en Acompañamiento Terapéutico, un camino que en realidad inició antes y por un curso que tomó hace 12 años atrás con el fin de ayudar a su hijo. "Todo empezó por él, para ayudar a Joaquín; y terminó siendo un trabajo", destacó.
En parte se valió de su experiencia como mamá y la lucha que dio junto al papá de su hijo para que Joaquín pudiera realizar su trayectoria escolar en una escuela cómún. Tuvieron la suerte de que una institución privada de Cinco Saltos les abriera la puerta, en la primaria; y luego fue matriculado en el CEPEM N°1 de Centenario.
"Hoy gracias a Dios todos los niños que tienen alguna discapacidad pueden acceder a una escuela común. Hace unos años esto era más difícil", comparó Colihuinca, y más adelante completó la idea: "Mi hijo pudo hacerlo con mucha ayuda de la familia y de su centro terapeútico. No fue fácil, pero pudo lograr aprendizajes significativos y contó con una acompañante".
Un buen equipo como padres
Recordó que en ese momento fue clave lo que les dijo la directora del CEPEM N°1, cuando ella y el padre de Joaquín le hablaron de su discapacidad. "¿Cuál es el problema?", una pregunta que fue respuesta y un acto de afirmación en sí mismo. Estos padres se lo agradecieron y fue posible la secundaria para Joaquín en una institución pública.
"Hoy por hoy, ningún chico que tiene discapacidad se queda sin matrícula, y si se quedan sin lugar, los papás pueden reclamar a Supervisión o al Consejo de Educación. En todas las escuelas hay chicos incluidos", enfatizó Colihuinca.
Actualmente, Joaquín (22) asiste a los talleres de APASIDO, con sede en la ciudad de Cipolletti, para asumir mayor responsabilidad de cara al mundo laboral. "Es un joven con amigos, novia, que pudo estudiar. Sabe leer y escribir; y con su papá nos capacitamos toda la vida para darle la mejores herramientas con el fin de que Joaquín logre ser autónomo. Siempre fuimos muy buen equipo como padres", comentó.
En paralelo, ella siguió dando pasos firmes como acompañante terapeútica, muy volcada hacia la inclusión educativa y con experiencias en jardines y escuelas. La capacitación en su vida fue un camino de ida, al punto que fue asistente de un congreso dos veces y este año será tallerista de su tercera edición.
De qué se trata el congreso
Se trata del IV Congreso Norpatagónico de Inclusión Educativa y 1° Encuentro Binacional de Actividad Física y Deportes Inclusivos.
Lo organiza la Fundación Stábile, bajo el lema “Inclusión y Proyecto de Vida”. Es un evento orientado a la educación, la discapacidad, el deporte, la vida independiente y la inserción laboral.
Los interesados e interesadas pueden inscribirse en http://www.fundacionstabile.org/congreso_25.html
Se desarrollará el viernes 6 y sábado 7 de junio de este año, en el colegio secundario Virgen de Luján, ubicado en San Juan Bosco N°346, Centenario, Neuquén. La modalidad es presencial.
Destinatarios del congreso
El evento está destinado a supervisores, directivos, docentes de los niveles Inicial, Primario, Secundario y Superior, psicólogos, psicopedagogos , acompañantes terapéuticos, terapistas ocupacionales y maestros especiales.
En sus ediciones anteriores, el congreso promedió los 450 acreditados. Además, contó con disertantes de nivel internacional, auspiciantes de la jerarquía y más de 30 patrocinadores, entre los cuales se destacan Pan American Energy, OPS, Ingeniería SIMA, ExxonMobil, BACSSA, BM Oil&Gas, MAUAD, Concretar y Depósito Fiscal y Aduanero del Neuquén.
Para la IV edición se prevén 500 inscriptos y la participación destacada de la doctora Paola Delbosco (Universidad Austral), presidente de la Academia Nacional de Educación, el dorctor Alexis Caniuqueo Vargas (Universidad Católica de Temuco, Chile) y de la licenciada Mariana Altamirano (UCA), especialista en Inserción para el empleo de personas con discapacidad, entre otros.
Algunos auspiciantes 2025 son: Universidad Católica Argentina, Fundación Laureus Argentina, Gobierno de la Provincia de Neuquén, Universidad Católica de Temuco, Cámara de Empresarial de la Industria Petrolera y Afines de Neuquén y Cámara de Empresas, Servicios e Industrias de Añelo. Certifica la Universidad CAECE.
"Me parece una propuesta muy interesante para capacitarse en temas relacionados a la inclusión. Es una oportunidad para que docentes y terapeutas tengan más herramientas. Yo estoy feliz de que se haga. Este tipo de encuentros son sumamente importantes porque se puede escuchar a disertantes con vasta experiencia en inclusión escolar. Además, se dan talleres que son muy dinámicos donde se abordan distintas temáticas. Todo el público puede interactuar", comentó.
Lo importante, agregó, es que en materia de inclusión "nos tenemos que involucrar". Incluso, el evento es una oportunidad para participar como familia de un hijo con discapacidad. "Sirve para acompañar su desarrollo, sirve para la vida", concluyó.
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