El fenómeno de los loros tiene mayor incidencia en invierno e inicios de la primavera. Los últimos cortes de luz se registraron en Chos Malal.
La presencia masiva de loros barranqueros se ha convertido en un problema creciente en gran parte de la provincia de Neuquén. Estas aves no solo afectan los tendidos eléctricos y provocan cortes de energía, sino que también generan serias complicaciones en la producción agrícola.
Los problemas se multiplican tanto como los reclamos por las consecuencias de esta proliferación, en distintas localidades del interior. El caso más reciente ocurrió en Chos Malal, donde un loro terminó electrocutado en un transformador y dejó a todo un barrio sin luz durante varias horas.
David Romero, gerente de Distribución del EPEN, detalló que en esa localidad "hemos tenido bastantes fallas en dos alimentadores puntuales, los que abastecen a los barrios Don Bosco y Uriburu, además de la zona rural". Situaciones similares se repiten en El Cholar, Loncopué, El Huecú, Junín de los Andes, Piedra del Águila, Santo Tomás, Centenario y otros puntos de la provincia.
Los loros se comen los cables y esta situación hace que se corte la energía eléctrica de manera directa. Por este motivo, varias localidades quedaron a oscuras y algunos sectores en concreto. Romero recordó que en Chos Malal tuvieron inconvenientes en dos alimentadores puntuales. "Gran cantidad de aves han migrado en este último tiempo", dijo, en declaraciones a Canal 7.
El funcionario explicó que los loros, al comerse los cables, producen una falla que se llama "bifásica o una falla a tierra" y agregó: "Para explicarlo en criollo: es un corto circuito, tanto de media tensión, en las columnas o suspensiones, como así también en los transformadores, lo que produce una apertura del sistema que deja a una gran cantidad de clientes sin energía, sin servicio".
El momento más difícil del año
Según romero, este fenómeno tiene mayor incidencia en el invierno e inicios de la primavera. "Estamos trabajando con varias alternativas para eliminar los puntos de contacto a través de algún sistema de aislación o algún sistema de repelente que se puede llegar a utilizar", advirtió el referente del EPEN.
Se aclaró que no es un problema que afecte exclusivamente a la provincia, ya que otras registran el mismo inconveniente, incluso localidades de Buenos Aires. "Algunas utilizan una especie de láser para ahuyentar a los loros, pero acá en la geografía neuquina es medio complicado", complicado.
Los inconvenientes no se limitan a la energía eléctrica. Productores frutícolas también expresaron su preocupación, ya que los loros dañan los cultivos, sobre todo en las primeras etapas de la producción. El fenómeno es cada vez más evidente: "La población se ha aumentado de una manera importante. En lugares donde antes había algunos loros, ahora se ve una cantidad muchísimo mayor", advirtió el gerente del EPEN.
Las soluciones, por ahora, son limitadas. La empresa analiza la colocación de sistemas de aislación en los puntos de contacto desnudos y el uso de repelentes especiales en postes y transformadores. Sin embargo, estas alternativas no garantizan resultados duraderos. "El repelente pierde efectividad con la lluvia, la nieve o el paso del tiempo, y es difícil aplicarlo en toda la provincia por la magnitud de las líneas eléctricas", admitió Romero.
La utilización de láser, un recurso empleado en algunas localidades de Buenos Aires para ahuyentar a estas aves, fue descartada en Neuquén debido a la complejidad geográfica y la extensión de los tendidos.
El problema se repite año tras año y parece intensificarse con los cambios de estación. Cada corte de energía provocado por los loros puede dejar a cientos de usuarios sin servicio durante más de una hora y genera altos costos operativos. "Los gastos se justifican por ave, con informes detallados y pruebas fotográficas de cada caso", indicó el gerente de distribución.
Ante la magnitud del fenómeno, especialistas sugieren estudiar un eventual control poblacional de estas aves.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario