Las autoridades advierten que los chicos quedan libres en horas y que la reiteración de los delitos superó cualquier capacidad de respuesta.
La situación delictiva que involucra a menores volvió a instalarse con fuerza en la Ciudad de Buenos Aires. Tres menores de 14 y 15 años fueron detenidos en múltiples oportunidades durante 2025, en un escenario que sin dudas provoca conmoción dentro del área de seguridad porteña.
Para las autoridades, el problema ya no se reduce a episodios aislados, sino a un círculo que se repite sin freno y que expone fallas profundas del sistema. La reiteración de hechos, sumada a la falta de herramientas legales, generó preocupación y abrió un debate sobre el modelo de responsabilidad penal juvenil.
Los tres chicos involucrados, identificados por las autoridades como Cartriel (14), Isaías (15) y Alexis (15), llegan desde José C. Paz y San Miguel hacia distintos puntos de la Capital Federal. Según el recuento oficial, se desplazan en grupo, buscan blancos accesibles y ejecutan robos de diversa modalidad.
Sólo durante 2025 acumulan 27 detenciones, un número que para el Ministerio de Seguridad resulta inédito por la corta edad de los involucrados.
La reiteración de hechos protagonizados por menores expuso los límites del sistema penal juvenil vigente en la Ciudad.
Maximiliano Piñeiro, secretario de Seguridad de la Ciudad, remarcó en redes sociales que este tipo de casos refleja una dinámica que supera las capacidades actuales de contención. Para el funcionario, existe un límite operativo que se vuelve evidente cuando las intervenciones policiales concluyen en liberaciones rápidas y nuevos delitos en cuestión de horas.
La discusión por el Régimen Penal Juvenil
El planteo de las autoridades porteñas gira en torno a un punto central: la necesidad de un Régimen Penal Juvenil actualizado y consistente. Piñeiro afirmó que la estructura vigente no permite ofrecer respuestas adecuadas frente a menores que reinciden sin pausa y que vuelven a las calles en poco tiempo, con capacidad para generar más víctimas.
En su mensaje, sostuvo que el sistema carece de mecanismos que permitan intervenir de manera proporcional a la reiteración de hechos. Desde su perspectiva, la dinámica actual deja a la policía frente a un ciclo sin consecuencias efectivas, donde la liberación inmediata alimenta un circuito delictivo que se repite cada pocos días. El funcionario afirmó que no existe política criminal capaz de sostener este tipo de situaciones sin modificaciones profundas.
Un problema que se extiende y preocupa
Dentro del gobierno porteño remarcan que existe un incremento de jóvenes con antecedentes acumulados. Resaltan que, en casos como el de estos tres adolescentes, la falta de medidas alternativas o programas obligatorios impide interrumpir rutas delictivas que ya se consolidaron. Las autoridades describen un escenario donde la detención deja de ser un punto de inflexión y se convierte en un trámite breve que sólo anticipa un nuevo hecho.
En paralelo, sostienen que la edad de los detenidos complica cualquier intervención. Los menores quedan bajo el régimen penal vigente, lo que implica que recuperan la libertad con rapidez. Para seguridad, esto genera una disociación entre la cantidad de intervenciones policiales y los resultados concretos en materia de protección ciudadana.
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