Inspirado en una ONG australiana, desde la pandemia Leandro Murugarrén desarrolla un programa para trasladar médicos a localidades rurales de la provincia.
Era la noche de su cumpleaños cuando el abogado y piloto de aviones Leandro Murugarrén leyó una noticia que cambiaría para siempre su visión sobre la salud rural en la Patagonia. La historia del "Royal Flying Doctor Service" de Australia, una ONG que desde 1928 lleva servicios médicos a los rincones más remotos de ese país, le despertó una pregunta inevitable: ¿por qué no replicar esa experiencia en territorio argentino, más precisamente en Chubut?
Aquella madrugada de insomnio, cerca de las 4 de la mañana, Murugarrén se desveló buscando en Internet precios de avionetas. Y eso que comenzó como "una locura, un delirio", poco a poco se transformó en una consulta formal a una fábrica estadounidense.
El 20 de marzo de 2020, justo cuando comenzaba la cuarentena del coronavirus, recibió la llamada del gerente del Cono Sur de Textron Aviation. Ahí comenzó a gestarse DOSOM Air, la primera línea aérea de Chubut, creada por él junto a dos socios, y que tras iniciarse como un servicio de turismo boutique, ahora está cerca de cumplir con el sueño de aquella madrugada.
Aunque la pandemia frustró la compra del avión nuevo en Estados Unidos, el equipo de la futura línea aérea logró adquirir una aeronave en la provincia de Corrientes. Es un avión de 8 pasajeros tipo ejecutivo que, por sus características, permite una configuración rápida para el transporte de personas o de carga.
"Básicamente lo que queremos hacer es llevar especialistas a las localidades donde no hay nada, sobre todo atención primaria para hacer medicina preventiva", le explicó a ADN Sur Murugarrén sobre este programa innovador.
El objetivo es mapear las necesidades sanitarias y las brechas de atención entre un habitante de Comodoro y alguien que vive en Aldea Beleiro o Río Senguer.
La idea es aprovechar que desde Comodoro están "a una hora de vuelo de cualquiera de las localidades de la provincia" para organizar una logística médica eficiente.
La propuesta es clara. Y la idea que impulsa el proyecto, también: "No puede ser que nosotros no tengamos un servicio de esto. Las distancias, la poca población y densidad de los pueblos son similares a las de Australia", sintetizó.
Prueba piloto en Chubut
El proyecto comenzó a tomar forma en noviembre del año pasado. Murugarrén presentó la propuesta a las autoridades provinciales y sanitarias, incluso a la obra social SEROS, buscando optimizar costos especialmente para atención en enfermedades crónicas que con detección temprana benefician tanto al paciente como al sistema de salud.
"Hay médicos que quieren hacer esto. En mayo, Mercedes García, que es pediatra, fue a Río Senguer y atendió a 72 chicos en dos días. Eso existe, hay materia prima que tiene ganas de hacerlo", destacó el piloto sobre la viabilidad del proyecto.
Recientemente, Murugarrén y su equipo visitaron Alto Río Senguer, Aldea Beleiro, Ricardo Rojas, Río Mayo y Facundo. El objetivo fue doble: presentarse ante los intendentes y relevar la infraestructura aeronáutica disponible.
"La idea es poder disponer de un lugar seguro para aterrizar desde el punto de vista de seguridad operacional", explicó sobre el objetivo de estos primeros recorridos.
Además, aprovecharon para recopilar datos estadísticos: cantidad de habitantes, necesidades sanitarias y otra información que les permita diseñar una estrategia conjunta.
Un modelo viable
La estrategia operativa que propone DOSOM Air es rotatoria: el avión despega de Comodoro, aterriza en un pueblo, deja al médico y luego lo hace circular por otras localidades. Según los estudios realizados, el programa resulta viable desde el punto de vista logístico, médico y económico.
La ventaja es significativa comparada con el sistema actual. "Hoy Río Mayo manda gente derivada a Comodoro, pero sucede en todos los pueblos. A veces usan la ambulancia para traer gente y se quedan sin ambulancia en el lugar", describió Murugarrén.
Las distancias agravan el problema: el trayecto desde Senguer a Comodoro puede demorar entre cuatro o cinco horas en ambulancia, generando un desgaste enorme para los vehículos y el personal sanitario.
"El objetivo que tenemos nosotros es hacerlo accesible y eficiente y que sea parte de la economía circular de la provincia", sostuvo con entusiasmo el empresario.
De abogado a piloto
La historia de Murugarrén con la aviación comenzó en 2017, cuando un amigo, Sergio Favre, lo invitó al Aeroclub de Comodoro Rivadavia. Ese lugar sobre la Ruta Nacional N°3 siempre le había despertado curiosidad.
La mañana que decidió conocerlo, llegó vestido con traje y corbata, directo desde su trabajo como abogado. Subió a un avión para hacer una prueba de vuelo junto a Favre, y la experiencia selló definitivamente su vínculo con la institución.
Ocho años después, su presente es completamente diferente. Hoy es socio de la aerolínea que fundó junto a su padre, Francisco "Pancho" Murugarrén, y con Carlos Otamendi, padre e hijo.
Actualmente, las operaciones de DOSOM están 100% vinculadas al turismo boutique o corporativo. El piloto ahora trabaja en el proceso de certificación y documentación necesaria, así como en los componentes con los que debe contar el avión y su adaptación para este tipo de operaciones médicas.
Su objetivo es claro: "reducir las desigualdades en el acceso a la atención médica, no solo trabajando en conjunto con el Estado, sino también en forma privada", siguiendo el modelo que una madrugada de cumpleaños descubrió en Internet.
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