Se subieron a la nueva Ferrari F80, una bestia de 1.200 CV de la que solo se fabricarán 799 unidades y que promete redefinir la historia de la marca.
En el circuito de Fiorano, donde el mito Ferrari respira en cada curva, Lewis Hamilton y Charles Leclerc vivieron una experiencia que no se imaginaban: pese a estar acostumbrados al vértigo y la adrenalina de la Fórmula 1, los pilotos del Cavallino Rampante se quedaron sin palabras luego de subirse a la última creación de la casa, la Ferrari F80.
Presentado en 2024 como la sucesora de íconos como las LaFerrari, Enzo y F40, la nueva Ferrari F80 se lució en el corazón de Maranello de la mano de los experimentados volantes, que se alternaron y compartieron sus experiencias y asombro en cada giro.
El británico, acostumbrado a manejar superdeportivos de élite, no ocultó su entusiasmo: comparó la experiencia con otros modelos de su colección, como el Pagani Zonda LH, pero aseguró que nada se acercaba a esta bestia. “Es el auto de calle más rápido que manejé en mi vida”, aseguró.
Por su parte, su compañero, formado en la escuela de pilotos de Ferrari, se mostró orgulloso por tener el honor de subirse a un futuro ícono de la marca, y destacó su precisión y control, especialmente por no tratarse de un auto de carreras.
Un superauto que desafía a la Fórmula 1
A decir verdad, basta con revisar las especificaciones para darse cuenta de que no es tan sorprendente que haya dejado boquiabiertos incluso a experimentados pilotos de la Máxima: la Ferrari F80 alcanza los 1.200 caballos, por encima de los monoplazas con los que ellos corren habitualmente, que rondan los 1.000 caballos en su configuración de impulso máximo.
Se trata de una máquina que combina diseño futurista con tecnología de competición: su motor híbrido, basado en un V6 biturbo de 900 CV y tres motores eléctricos que suman 300 CV, deriva directamente de la tecnología usada en Le Mans y la F1, y le permite acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 2,75 segundos, además de lograr una velocidad máxima de 350 km/h.
La aerodinámica del F80 es otro punto de ruptura. Inspirada aquí también en los monoplazas de F1 y los prototipos de Le Mans, genera una carga de 1.050 kg a 250 km/h, superando en 270 kg al LaFerrari. Elementos como el alerón trasero activo y el S-Duct optimizan el flujo de aire, mientras que el chasis de fibra de carbono y titanio reduce el peso a 1.525 kg, todo un logro considerando su tracción total y suspensión activa.
Ferrari F80: exclusividad y un guiño al futuro
Ya en producción y con las primeras entregas pautadas para fin de año, solamente 799 unidades de la Ferrari F80 saldrán de Maranello. Mientras la probaba, Hamilton bromeó sobre comprar una, pero lamentablemente para él, ya están todas reservadas. ¿Su precio? Nada menos que 3,6 millones de euros cada una.
La F80 no solo es un hito técnico, sino un símbolo de la ambición de Ferrari. Su motor V6, que alcanza las 9.000 rpm, rompe con la tradición de los V12 de sus antecesores, pero su sonido, optimizado para evocar la esencia de la marca, seduce incluso a los más puristas. Y la batería de 2,28 kWh, con tecnología de F1, alimenta sistemas como la suspensión activa, garantizando un rendimiento sin compromisos.
El interior también va por esa línea: con un habitáculo de diseño “1+1”, prioriza al conductor con un asiento fijo, no regulable –sí en cambio pueden ajustarse el volante y los pedales–, mientras que el copiloto se acomoda en un espacio más austero, reflejo del enfoque radical del auto.
Por eso no es descabellado afirmar que la prueba en Fiorano no fue solo un evento de marketing para mostrar a sus estrellas a bordo de la nueva bestia, sino una declaración de intenciones de parte de Ferrari. La F80 no planea competir solamente contra otros superautos como el McLaren W1 o el Aston Martin Valkyrie, sino que desafía la frontera entre la ruta y la pista y demuestra que la velocidad pura sigue siendo el alma de Maranello.
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