Desde hace 25 años Vivero Natural S.A. produce césped en rollo. Le puso césped a muchas plazas de la provincia y hoy cuenta con 25 hectáreas en producción.
Lo que empezó como un pequeño vivero familiar en la década del 90 se transformó en una empresa pionera en la producción de césped en rollo en toda la Patagonia. Desde las primeras plazas en Neuquén hasta los 500 viajes que vistieron de verde los 18 mil metros cuadrados del Estadio Único de La Plata para la Copa América 2011, la historia de Vivero Natural Sociedad Anónima es también la historia de cómo una idea innovadora cambió la manera de pensar los espacios verdes en la región.
En 1994, Néstor Alé y su entonces esposa, Graciela Coy comenzaron con un pequeño vivero en Plottier. Cultivaban plantas frutales, producían lombricompuesto y se abrían camino en un rubro con tradición en el Alto Valle. Pero fue en 1999 cuando dieron el salto al fundar Vivero Natural S.A., con una apuesta distinta: producir alfombras de césped.
“En ese momento había una sola empresa en Buenos Aires que se dedicaba a esto. Fuimos a ver cómo trabajaban, pero allá el clima y el suelo son distintos. Teníamos que ver si alguna de las especies de césped podía adaptarse acá”, recordó Alé a LMNeuquén.
El desafío era técnico: el césped en rollo necesita una raíz particular para poder extraerse entero y transportarse. “Hicimos ensayos con distintas proporciones de especies hasta que encontramos la fórmula. Cuando vimos que se podía, encaramos nuestro primer trabajo: la ruta 22 Neuquén–Plottier. La rotonda de Plottier fue nuestro debut”, contó el ingenerio forestal de sus inicios.
La innovación se expandió rápidamente y el vivero se convirtió en proveedor de obras clave en la capital neuquina. “Hicimos la plazoleta de la avenida Argentina desde la Plaza de las Banderas hasta el río, la primera etapa del Paseo de la Costa, la provisión de césped para el Museo Nacional de Bellas Artes. También trabajamos en plazas de distintos barrios”, enumeró Alé.
Durante la gestión de Jorge Sobisch en la gobernación, el vivero proveyó a la secretaría de Deportes y comenzó a extender su radio de acción fuera de la Confluencia. “Llegamos a San Martín de los Andes, y también a otras provincias como Comodoro Rivadavia, Bariloche, Bahía Blanca. Incluso al club Olimpo de Bahía Blanca le pusimos el césped”, aseguró.
El ingeniero aseguró que el "90% del césped" que se instaló en Neuquén en las últimas décadas salió de su campo en Plottier.
El salto a la fama: el Estadio Único de La Plata
El gran hito de esta empresa neuquina llegó en 2010, cuando fueron contratados para colocar el césped del Estadio Único de La Plata, sede de la Copa América 2011.
“Fueron 18 mil metros cuadrados de césped. Hicimos más de 500 viajes en camiones con termorefrigeración desde Neuquén hasta La Plata. Fue una logística enorme”, recordó Alé. El trabajo fue tan resonante que incluso la revista Caras le dedicó una nota.
Ese estadio, uno de los más modernos del país, fue escenario de partidos internacionales y recibió a estrellas como Lionel Messi. Y en cada gambeta estaba presente el verde neuquino.
Con el tiempo, Vivero Natural se consolidó como un actor central en la región. Abasteció a municipios como Plaza Huincul, Cutral Co, Senillosa y Plottier, y trabajó con empresas petroleras como YPF, Pluspetrol y Pan American Energy.
“Hoy atendemos en Viedma, Patagones, Rincón de los Sauces, Añelo y San Martín de los Andes. Somos los primeros que arrancamos en esto en la Patagonia y creo que los más grandes. No conozco a nadie que tenga más hectáreas de producción que nosotros”, asegó Alé. Actualmente cuentan con 25 hectáreas implantadas de césped en Plottier.
El vivero atiende de lunes a viernes, de 8 a 12 y de 14 a 18, en Calle Kovalyk, Barrio Náutico, Plottier.
Un negocio cíclico y en expansión
La producción de césped tiene sus ritmos. “Es muy cíclico. Con la primavera empieza el auge y se extiende hasta abril. En invierno la gente no tiene tanto interés en armar un parque”, explicó.
La clave de su éxito es la inmediatez: mientras que sembrar un jardín puede llevar meses de espera, el césped en rollo permite tener un parque listo en cuestión de horas. “Un parque de 50 metros cuadrados lo armás en dos horas. Lo regás, fertilizás y lo podés usar desde el primer día. En cambio, con la siembra tenés que esperar al menos 45 días para pisarlo con cuidado”, describió.
Hoy, el precio del metro cuadrado de césped ronda los $6.500 más IVA. Para Alé, el crecimiento del sector abrió un abanico de nuevas oportunidades: “Provocamos un disparador. La gente empezó a demandar mantenimiento de parques y jardines, y así se generó toda una actividad laboral que antes no existía”.
Más allá de la faceta empresarial, Alé siempre se definió como un profesional vinculado al ambiente. “Nuestra empresa fue pionera también como consultora de estudios ambientales. Es mi profesión, yo siempre me dediqué a lo verde”, dijo.
Esa mirada de largo plazo lo llevó a pensar al césped no solo como un negocio, sino como un aporte a la calidad de vida urbana. “La gente le da un valor muy importante a tener un espacio verde. Y nosotros fuimos parte de que eso se hiciera más accesible y más inmediato”, expresó con alegría.
A más de 25 años de haber comenzado, Vivero Natural sigue siendo un referente en la Patagonia. Con un plantel estable, hectáreas en producción y clientes en distintas provincias, la empresa proyecta seguir creciendo en un rubro cada vez más demandado.
“La gente quiere disfrutar de un parque desde el primer día. Eso no va a cambiar. Y nosotros vamos a seguir estando para eso”, resumió Alé, el ingeniero forestal que un día decidió que el verde también podía crecer en rollos.
Cómo se produce el pan de césped
El césped en rollo no aparece de un día para el otro, requiere de planificación, maquinaria y casi un año de trabajo antes de estar listo para ser cosechado. Así lo explicó Néstor Alé, ingeniero forestal y fundador de Vivero Natural.
Lo primero es la preparación del suelo: se limpian las hectáreas de malezas y se nivelan los primeros 3 o 4 centímetros de tierra. Todo se hace con equipos de riego programados para garantizar humedad pareja.
Luego, el ingeniero indicó que sigue la siembra precisa. En el caso de este vivero una sembradora y tapadora italiana deposita las semillas y las cubre con apenas 1 centímetro de tierra. La profundidad es clave para asegurar la germinación.
Emergencia de las especies: la primera variedad brota a los 10-12 días y la segunda a los 20. En ese período se mantiene un riego frecuente, evitando encharcamientos.
Primeros cuidados: a los 40 días se realiza una fertilización de liberación lenta que fortalece las raíces y mejora la densidad del césped.
Crecimiento y espera: el cultivo atraviesa todas las estaciones hasta consolidar un tapiz firme y enraizado. Recién al cabo de un año se puede levantar el rollo entero sin que se desarme.
Cosecha y transporte: máquinas especiales cortan tiras de 40 a 45 cm de ancho por 2 metros de largo. Cada rollo pesa entre 15 y 20 kilos y debe trasladarse de inmediato para su colocación.
“El secreto es la precisión y la paciencia. Es un cultivo que se hace una vez y hay que hacerlo bien, porque la gente quiere disfrutar del parque desde el primer día”, resumió Alé.
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