Los concejales no dudaron en poner un freno a una escalada de impuestos a los comerciantes. Un tema que no podrá sostenerse mucho tiempo.
Es una época en la que casi todo sube -la luz, la nafta, los alimentos, los impuestos- pero el Concejo Deliberante de Centenario puso un freno y le dijo adiós a los aumentos, al menos de manera temporal y hasta el 2026.
La Comisión B rechazó el proyecto que el Ejecutivo de Esteban Cimolai había presentado para modificar la ordenanza impositiva vigente, con subas en la tasa de licencia comercial y en las multas por declaraciones juradas fuera de término. El expediente fue devuelto al Ejecutivo. Esto se traduce en que no habrá más aumentos de impuestos hasta el 2026.
No es un gesto menor, ya que los concejales venían aplicando subas, acorde como lo pide la "armonización tributaria" en el Pacto de Gobernanza del gobierno provincial de Rolando Figueroa con los intendentes. Y pese a la campaña, se sabe que el bolsillo ya no da para más en algunas franjas, sobre todo en la crisis del comercio minorista, por la baja de las actividades económicas en el país.
En medio de una crisis que aprieta a comerciantes y vecinos, el Deliberante (al menos un sector que también forma parte de La Neuquinidad) marcó un límite político y social. Los concejales Cristian Pieroni (peronismo), Darío Reyes (Libertad Avanza), Fabio Valdebenito (MPN-La Neuquinidad), Lucía Matas (comunidad) y Sebastián Krapp (Juntos por el Cambio-La Neuquinidad) votaron en contra de un ajuste que consideraron “injustificable” frente a la carga impositiva que ya soporta la ciudad. El argumento fue simple y es que no se puede seguir recaudando sobre el mismo contribuyente que ya está al borde.
Impuestos: "No vamos a acompañar ningún aumento más"
Krapp lo resumió en una entrevista con FM Red Social. “No vamos a acompañar ningún aumento más. Y vamos a rever lo de la tasa vial con la impositiva cuando se trabaje para el año que viene, si es que se realiza la rendición correspondiente”. Detrás de esa frase, hay algo más que una decisión contable. Hay una lectura política: el municipio necesita recaudar, pero la sociedad necesita respirar.
El freno a los aumentos no significa que Centenario se haya liberado de la presión fiscal. Algunos impuestos siguen vigentes y generan malestar. El más visible es el recupero LED que el EPEN cobra en las boletas eléctricas, un recargo que muchos vecinos ni siquiera saben de dónde proviene. A eso se suma el cobro tercerizado de multas y ejecuciones judiciales a través de estudios de abogados, especialmente en los casos de patentes y tasas retributivas.
Sin embargo, la es clara porque quien no paga puede ser ejecutado, con o sin notificación previa. Pero lo que está en discusión no es la norma, sino el tacto político. Corren tiempos donde la plata no alcanza, y las ejecuciones masivas suenan más a una forma alternativa de recaudar que a administración. En el Concejo hay quienes lo dicen sin vueltas y es falta sensibilidad.
Delicada situación financiera
Aun con una situación financiera delicada, Centenario eligió postergar los aumentos y revisar lo que ya está en marcha. Pero hay un tema delicado, porque la ciudad no puede desfinanciarse, y la comuna tiene que sostener las cuentas sin ahogar a los contribuyentes. Aunque el gesto, pese a que puede ser poco, es que no todo vale en nombre de la recaudación.
Hay al menos una tregua en Centenario con la suba de impuestos hasta el 2026. Es intento de volver a poner el foco en la gente antes que en las planillas de Excel. Gobernar también es saber cuándo poner un freno.
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