Evitar el triunfo de una fuerza crece como incentivo para ir a votar sobre el antagonismo entre el apoyo a dos proyectos políticos, que movió al electorado desde la década pasada.
Buena parte del electorado que concurrirá a las elecciones legislativas del 26 de octubre lo hará empujada por el rechazo, sin grandes expectativas en la opción que depositará en la urna. Los que votarán por A sólo para asestar una derrota a B conforman un grupo amplio dentro del padrón, según la lectura de más de un investigador de los vaivenes de la política en la opinión pública.
En octubre se definirá la renovación de la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, sin ninguna categoría nacional. Serán 24 elecciones independientes, una por cada provincia y la Capital Federal, con candidatos a la Cámara Baja en todas las jurisdicciones y al Senado sólo en ocho, entre las que está Neuquén.
A dos meses y poco del acto, preocupa a los partidos el impacto del ausentismo en las bases de sustentación de sus postulaciones. Esa amenaza se fortaleció con las demostraciones de los electorados santafesino y porteño en los comicios celebrados este año. La concurrencia rondó el 50% del padrón de cada jurisdicción, que en conjunto concentran dos de cada diez votos nacionales. En Santa Fe se votó por los convencionales para la reforma de la Constitución y en la Ciudad de Buenos Aires, por los legisladores locales.
Elección desafiada por la abstención
La desmovilización deriva fundamentalmente del distanciamiento de las expectativas ciudadanas con las propuestas de las expresiones políticas que conforman la oferta. De cara a octubre, no se vislumbran grandes cambios en el menú de opciones de la política para los electores, con lo cual no es de esperar una ampliación de la participación a partir del entusiasmo con las propuestas.
No obstante, en la lectura del ánimo electoral que surge de los estudios de opinión pública hay un elemento con potencial para incentivar a los ciudadanos a concurrir a votar: el rechazo. Si no hay amor, la suerte de la movilización electoral puede mejorar por el odio.
La experta en investigación de la opinión pública, Shila Vilker, consideró que el rechazo es un antídoto contra la apatía, porque mueve a las personas a votar para que no gane la opción rechazada. En la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el rechazo suma al 90% del electorado: 45% contra Javier Milei y 45% contra el kirchnerismo, acotó Vilker. Ni uno ni otro consigue una adhesión semejante cuando se interpela a los electores sobre la intención de voto.
El antagonismo entre dos expresiones domina el escenario electoral del país desde hace 15 años. La grieta, definida por Jorge Lanata, describió la confrontación irreductible entre el kirchnerismo gobernante y el macrismo que lo retaba. Los dos tenían bases fuertes compuestas por adherentes entusiasmados con el proyecto. Además de rechazar al rival, votaban por amor a la causa de la que se sentían parte.
Vilker advirtió que en la antesala de las legislativas de medio término el rechazo aparece como incentivo de amplios sectores para ir a votar. Votar en contra es menos movilizante que la esperanza como motor del electorado, pero aun así puede ser un factor contra el abstencionismo.
El laboratorio bonaerense
Las elecciones provinciales bonaerenses del 7 de septiembre actuarán como laboratorio del comportamiento electoral. Involucran a casi cuatro de cada diez votantes nacionales, distribuidos en 8 secciones electorales, con una fenomenal diversidad entre las características de cada una.
La amenaza del abstencionismo desafía a Neuquén, aunque la provincia presenta una fortaleza: hasta ahora se ubicó entre los distritos con mayor participación en cada elección. A la vez, el factor rechazo se debilita respecto a otras jurisdicciones, puesto que en la provincia no tiene lugar la polarización nacional entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria. La escena local presenta una pelea entre los oficialismos provincial y nacional, con lo cual la valoración de una y otra gestión le resta espacio al rechazo en la toma de la decisión a llevar al cuarto oscuro.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario