El hombre trabaja en la obra que se llevaba a cabo en el terreno donde encontraron los restos de Diego Fernández Lima. Qué fue lo que contó.
A 41 años de la desaparición de Diego Fernández Lima, un hallazgo a unos metros de la casa donde vivió Gustavo Cerati reavivó un caso que parecía enterrado en el tiempo. El descubrimiento del cadáver del joven en el jardín de una vivienda vinculada a un excompañero de escuela llevó a la Justicia a avanzar con un pedido de juicio.
Cristian, uno de los albañiles que trabajaba en una obra en el barrio porteño de Coghlan, relató el impactante momento en el que descubrió restos humanos enterrados en el patio de una vivienda. "Me dio escalofríos", contó en diálogo con TN.
Según reveló, el cuerpo estaba "a poca profundidad, como a 60 centímetros y llamamos a la policía". El pasado 20 de mayo, cuando obreros realizaban tareas de excavación y demolición en una antigua casona, encontraron restos humanos en una pequeña fosa. Tras varios meses de investigación, finalmente se confirmó que pertenecían a Diego Fernández Lima, quien desapareció el 26 de julio de 1984 cuando tenía 16 años.
Cristian quedó especialmente sorprendido con este hallazgo. "Me di cuenta enseguida que eran huesos humanos porque tenía conocimiento. La policía se sorprendió al igual que nosotros. Nadie se espera encontrar una cosa así", reveló.
El principal sospechoso, Cristian Graf, excompañero de la escuela de Diego, fue citado por la fiscalía para declarar como testigo. "La familia Graf estaba en ese momento, había una señora que no dijo nada y fue ella quien llamó a la policía", completó.
El momento del hallazgo del cadáver de Diego
Una rutina de obra se convirtió en una escena de horror. Mientras perfilaban la medianera en una vivienda, uno de los obreros notó que al cavar se abría un hueco y comenzaron a caer restos óseos. "Entre los huesos apareció un reloj Casio", señaló el encargado de la obra, Daniel Scarfo. El hallazgo derivó en un operativo policial y el inicio de una investigación por homicidio.
Por ahora, el fiscal Martín López Perrando solo buscará recolectar testimonios que puedan reforzar la teoría en la que trabaja. Posiblemente, si encuentra pruebas en contra de Graf, lo cite a indagatoria.
"Estaba enterrado a 40 o 50 centímetros, no más. Era muy poco", declaró el encargado de la obra también destacó que la profundidad en la que encontraron los huesos era mínima.
Habló por primera vez Cristian Graf, el sospechoso del crimen
Aquel día de su desaparición, el adolescente de 16 años asistió por la mañana a la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 36. En ese entonces, el establecimiento se encontraba en la esquina de Ballivián y Donato Álvarez (actual Combatientes de Malvinas). Compartía aulas con Cristian Graf, quien hoy es el principal sospechoso del crimen.
Tras volver a su casa, Diego almorzó con su madre Irma, y luego pidió algo de dinero para visitar a un amigo que vivía cerca. Nunca regresó. Un testigo afirmó haberlo visto en la intersección de Monroe y Naón, a pocas cuadras de su hogar. Ese fue el último dato antes de perder su rastro por completo.
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