Vecinos, amigos y familiares expresaron su dolor por la partida del querido “Tito”, figura emblemática del Limay y del camping Nepen Hue.
Los vecinos de Plottier, y también de distintos puntos de Neuquén, se unieron en un mismo sentimiento de tristeza tras conocerse el fallecimiento de Omar Orlando Tarifeño, más conocido como Tito, el hombre que convirtió su cabaña en el camping Nepen Hue en un verdadero símbolo del río Limay. Las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida, anécdotas y agradecimientos hacia quien fue, durante casi medio siglo, anfitrión, amigo y vecino ejemplar.
Tito murió este jueves a las cinco de la mañana, luego de haber enfrentado en los últimos meses un cáncer de colon. Su familia comunicó que el velatorio se realiza en la casa de la Cooperativa de Servicios Públicos de Plottier, en calle Rivadavia 151, hasta este viernes al mediodía.
Durante los últimos días, Tito había recibido numerosos mensajes de cariño tras una entrevista que brindó a LMNeuquén tiempo atrás, donde repasó los casi 50 años de historia al frente de su cabaña, punto de encuentro para miles de neuquinos. “Lo lindo es que la gente siente que este lugar es suyo. No es un bar cualquiera, es la cabaña del río, es la cabaña de Tito”, había dicho con orgullo.
Dolor y recuerdos en las redes
Desde temprano, las redes se inundaron de mensajes de despedida. Vecinos y amigos de distintas generaciones compartieron anécdotas, fotos y palabras de gratitud hacia quien, sin buscarlo, se convirtió en una figura querida e inseparable de la identidad de Plottier.
“Solo agradecer los hijos, qué me dejaste, vivías para ellos. Un gran padre con todas las letras, te vamos a recordar siempre y voy a necesitar tu fuerza para que los chicos no decaigan y seguir con el legado que dejas”, escribió Martu Figueroa, reflejando el amor de su entorno más cercano.
La tristeza también se expresó en palabras de Betty Encina, quien recordó los años compartidos junto al Limay: “Qué triste leer tu nombre y además increíble. Amigo, se te va a extrañar y recordar por siempre. Tito: amigo, encuentros, Limay, historia, Plottier. Abrazo a tu familia y en especial a esos hijos que te acompañaron en tu pasión.”
“El Limay y Plottier hoy están de luto”
Entre los muchos mensajes, hubo quienes recordaron las escenas cotidianas que definían su vida junto al río. “Se lo va a extrañar verlo regar a la mañana o esos chapuzones. Ni hablar de las gastadas o retos que personalmente me hacía. Un mega abrazo a la familia y a quienes tuvimos la fortuna de conocerlo. El Limay y Plottier hoy están de luto”, publicó Petty Labraña, emocionada.
Otros eligieron resaltar la alegría y los momentos compartidos. “Qué triste noticia. Vuela alto Tito, siempre te recordaremos y seguirás siendo parte de hermosos momentos compartidos”, escribió Petty Rivero, acompañando sus palabras con un corazón y un gesto de despedida.
“Tito será recordado por su predisposición, buena voluntad y por sobre todo, por ser un buen vecino, amigo y persona”, agregó Rosa Huenchual, una de las tantas vecinas que lo despidieron.
Una vida marcada por el río
Tito había nacido en una familia numerosa. Sus padres, Rómulo Tarifeño y Nolfa Chandía, llegaron desde Aluminé y fundaron El Viejo Bar, en la esquina de Pulmarí y Belgrano, un espacio tradicional de Plottier. Pero él eligió otro destino: el de la costa, el del río y la naturaleza.
Desde niño acompañaba a su padre en el mantenimiento del camping Nepen Hue, donde aprendió a cuidar los árboles, mantener la limpieza y respetar la calma del Limay. Esa relación se volvió inseparable. “Lo importante es vivir como uno quiere. Y yo vivo como quería, a orillas del río”, había confesado en su última entrevista.
En ese mismo lugar, hace apenas unos días, compartió un asado con toda su familia y celebró la presentación del libro El valle de los sueños, de Iván Méndez, en el que él es el protagonista central. Allí se narran historias, anécdotas y recuerdos de una vida que ya forma parte del patrimonio afectivo de toda la comunidad.
“¿Y ahora quién me va a cuidar el Limay?”
El río fue su casa, su trabajo y su refugio. Por eso, muchas despedidas incluyeron esa conexión con la naturaleza que lo definía. “Tito, qué dolor amigo querido. ¿Y ahora quién me va a cuidar el Limay? Me duele el alma, te quiero amigo, que descanses en paz”, escribió Klaudia Gutiérrez, una de sus amigas más cercanas.
“Se fue una gran persona, un excelente vecino de Plottier. Vuela alto, Tito, y que Dios te dé el mejor lugar en el cielo. Muy sentida partida”, expresó Carlos Alberto Espeche, mientras Sergio Alejandro López resumió en una línea la amistad de toda una vida: “Quedan los mejores momentos de estos 45 años de conocernos.”
Tito fue mucho más que el encargado de un bar o el cuidador de un camping: fue anfitrión de generaciones enteras, testigo de historias de amor, de encuentros familiares, de tardes de pesca y de charlas bajo los sauces del Limay.
Su figura quedará ligada a ese paisaje tanto como los árboles que plantó junto a su padre. En las redes, los vecinos coincidieron en un mismo deseo: que su memoria siga viva en cada visita al río, en cada mate compartido a la orilla, en cada paso por la cabaña que lleva su nombre.
Como escribió una de sus amigas: “El Limay perdió a su guardián, pero ganó un ángel que lo seguirá cuidando desde el cielo.”
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