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Nueva Esperanza: prometen mejorar la calidad de vida

Concejales y vecinos acuerdan un plan de trabajo para solucionar problemas.

NEUQUÉN

La Colonia Rural Nueva Esperanza se erige como un rincón olvidado de la ciudad, donde la emergencia ambiental declarada en 2012 parece sólo un papel inútil frente a la basura que se acumula en las calles, la quema de residuos y los derrames de líquidos industriales que lo convierten en uno de los barrios más críticos en materia ambiental.

Con el objetivo de planificar el desarrollo futuro del sector, un grupo de concejales de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente del Concejo Deliberante se reunió el martes con los vecinos, quienes le plantearon sus principales necesidades.

Del encuentro surgió la decisión de crear una unidad de gestión que incluya a la comisión vecinal, la Defensoría del Pueblo, la Subsecretaría de Recursos Hídricos y otros organismos que tienen incidencia en el barrio, que buscarán diagnosticar la situación del sector y plantear posibles soluciones.

Todo a fuerza de amparos

María Eugenia Ferrareso, concejal del MPN y presidenta de la comisión, explicó que Nueva Esperanza es uno de los barrios más postergados de Neuquén, donde las soluciones sólo llegan a través de amparos judiciales.

“Para tener agua potable o para que el colectivo tenga mayor periodicidad tuvieron que recurrir a la Justicia; sólo consiguieron el riego gracias a la gestión del Ejecutivo provincial”, detalló.

Si bien la edil explicó que el sector ya fue declarado en emergencia ambiental, nada se ha hecho para subsanar su situación crítica, que se agrava por la presencia del basural y la falta de agua potable. Por eso, aseguró que el objetivo es tratar sobre tablas el proyecto para crear la unidad de gestión, con el objetivo de que empiece a funcionar cuanto antes.

Este nuevo espacio de trabajo conjunto realizará, en primera instancia, un relevamiento para conocer la cantidad de vecinos que viven en el lugar y sus principales necesidades.

Problemas de convivencia

Según estimó Carlos Coronel, presidente de la comisión vecinal, en el barrio viven unas 1700 familias, ya que muchos hijos de crianceros se emanciparon y construyeron sus casas en los lotes de sus padres.

“Esto provoca problemas de convivencia entre los que hacen el uso original de suelo, que es para tareas productivas, y los que le dan un uso urbano y no quieren convivir con los animales”, explicó Ferrareso.

Para Coronel, la Colonia es el único polo productivo de la ciudad que queda en pie y el objetivo de los vecinos es no ser víctimas del avasallamiento de la urbanización que sufrieron otras áreas del ejido, como las chacras de Valentina Sur.

En ese sentido, Ferrareso aseguró que el fin de la unidad de gestión es resguardar las áreas productivas y hasta potenciarlas a través del riego, pero siempre teniendo en cuenta la opinión de los pobladores del sector.

Urgencia

El drama de vivir sin red de agua

Los vecinos de la Colonia Rural Nueva Esperanza luchan desde hace años por contar con agua potable todos los días. Como no están conectados a la red, reciben el agua en camiones cada 48 horas, pero aseguran que los días de calor el agua no dura dos días en los tanques y se torna imposible de beber.

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