La joven fue trasladada de urgencia y falleció en el hospital. El desgarrador relato de su familia en medio del pedido a la Justicia.
La noche del pasado sábado, un trágico hecho conmocionó al barrio porteño de San Telmo. Una joven estudiante de la UBA murió después de caer de un segundo piso. Mientras la Justicia busca reconstruir las circunstancias en las que se produjo la caída, la familia de la víctima sospecha que se trató de un femicidio y apuntan a la pareja de la adolescente.
Según el parte policial, minutos después de la medianoche Matilda cayó desde el balcón del departamento N° 2 del segundo piso de un edificio ubicado sobre la calle Defensa al 300. La trasladaron con politraumatismos craneales al Hospital Argerich, ubicado en el barrio de La Boca y fue operada de urgencia, pero no resistió. El caso ahora está bajo investigación judicial.
Detuvieron a su novio y clausuraron el departamento
En el lugar del hecho se encontraba un adolescente, también de 18 años, que sería el novio de la víctima. A simple vista, el chico presentaba lesiones en la espalda compatibles con arañazos.
Frente a este escenario, el juez Manuel de Campos, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 5, y la Secretaría 116 de la Dra. Tamara Martínez, ordenaron la detención al joven y la policía colocó una faja de clausura en el departamento para preservar la posible escena de un crimen.
Vecinos del edificio informaron a los agentes policiales que intervinieron tras el hecho que Matilda había discutido horas antes con su pareja y que, en ese contexto, cayó desde el balcón.
La familia sospecha femicidio
Matilda, de nacionalidad boliviana, había llegado a principios de año a Buenos Aires para estudiar Diseño de Imagen y Sonido en la UBA. En medio del dolor tras la muerte de la joven, su padre, Pablo López, contó que Matilda estaba en pareja con un joven de su misma edad, pero que la relación estaba marcada por el control y la violencia.
“El pibe era muy jodido, muy tóxico. La perseguía hasta la facultad, le controlaba el celular, le cortaba el acceso a la cuenta de banco que compartían y no la dejaba hablar con las amigas”, relató el hombre, en diálogo con el diario Clarín. "El chico es argentino de nacimiento, pero Matilda lo conoció en Bolivia. Él vivía en Tarija, otra ciudad boliviana, y se cruzaron en un evento estudiantil hace aproximadamente un año. Después volvieron a encontrarse en la Argentina", agregó.
Y lamentó: “Le dije: ‘Mati, por favor, tenés que terminar esa relación, porque si hoy te sigue hasta la facultad, mañana te voy a tener que ir a buscar a una morgue. Y no quiero’. Y, mirá, ahora está en una morgue”.
"Siempre le hablé de Buenos Aires, porque yo también me formé acá. Ella amaba todo lo que viniera de Argentina y me pidió que le permitiera venir a estudiar Diseño de Imagen y Sonido", dijo López
La tarde-noche del trágico sábado, Matilda le pidió plata a su padre para poder comprar entradas para la fiesta Bresh. Fue el último contacto que tuvo con su padre. Horas más tarde, Pablo tuvo que viajar, pero para pedir justicia.
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