Le robaron sus ahorros y cinco armas: quién es el abuelo que fue golpeado salvajemente en Las Lajas
Habló el sobrino del ex comerciante, brutalmente asaltado en la noche del sábado en su casa, en pleno centro de la ciudad y a escasos metros de la comisaría.
A cuatro días de un hecho que convulsionó a la comunidad de Las Lajas, ubicada al pie del río Agrio, todavía siguen las repercusiones por la increíble ferocidad con la que fue atacado un querido vecino en su propia vivienda cuando caía la tarde del pasado sábado.
La excesiva violencia en la intrusión en la propiedad de Elías Antonio Julián, al que todos conocen simplemente como don “Coco”, fue motivo de alarma y aumentó las especulaciones de la procedencia de las personas que cometieron un robo sin precedentes en esta ciudad. “Se manejaron con total impunidad y con mucha saña. Más teniendo en cuenta que se trata de una persona mayor”, expresó Nicolás Bedmar, sobrino de la víctima, en contacto con LMNeuquén.
“Seguimos totalmente sorprendidos e indignados por la extrema situación que le tocó vivir en carne propia a mi tío. Y si de algo podemos estar seguros como familia es que estos delincuentes alguna información o dato tenían. Tanto es así que cuando tocaron a la puerta lo llamaron con su propio nombre”, agregó.
Según las especulaciones del familiar, los malhechores habrían realizado una inteligencia previa. “Ellos sabían bien lo que fueron a buscar. De eso no hay dudas”. Al respecto, señaló que si bien se llevaron los ahorros de su tío en dinero, lo más valioso y lo que más preocupa es el faltante de cinco armas de fuego propiedad de don “Coco”. En ese sentido, precisó que “él es un legítimo tenedor de armas con las correspondientes autorizaciones y algunas de ellas eran de una herencia de su padre”.
“Lo que más preocupa es que esas armas puedan estar en el mercado negro de ventas o lo que puede ser más triste y grave es que puedan ser utilizadas en otro ilícito como el que le tocó sufrir a mi tío”, sostuvo Bedmar.
Quién es "don Coco"
La víctima de este salvaje atraco es muy conocida en el pueblo por varias generaciones. Tiene 80 años y se encuentra disfrutando de su jubilación después de una vida dedicada a la actividad comercial. Su foja personal cuenta que fue uno de los primeros comerciantes de Las Lajas del ayer.
Supo darle vida a la primera estación de expendio de combustibles justo en frente del Escuadrón 31 de Gendarmería Nacional, como así también titular de una recordada ferretería y de la incursión en otros rubros. Muchos de esos locales hoy se encuentran en alquiler y su vivienda colinda con esos nuevos comercios lajeños.
Vive solo hace muchos años, ya que sus hijos permanecen en distintos puntos de la provincia y del país. No obstante, la vida le permitió sembrar amistad con su vecina y amiga Norma Quiroz, quien junto a su familia se han transformado en sus “fieles custodios” ayudándolo en cuestiones del hogar, trámites y remedios, entre otras cosas.
“Hoy lo visité a don Coco. Se encuentra bien de ánimo, pero aún incrédulo de cómo se manejan las nuevas generaciones. También con muchos dolores en sus rodillas, ya que el día del robo se las golpeó duramente al caer al piso, ya que él es de contextura robusta”, detalló Norma.
La vecina también, en nombre de don Julián, se mostró agradecida por las muestras de solidaridad y de cariño que todo el pueblo de Las Lajas le ha hecho llegar a este emblemático poblador.
Impunidad
El dato que inquieta e intimida a la familia Julián y a toda la comunidad es el nivel de impunidad con el que se manejaron los malvivientes, ya que actuaron prácticamente a la luz del día y en un lugar de mucho flujo de tránsito y en horario comercial.
En un local aledaño a la vivienda de don Coco funciona una fiambrería que estaba en plena atención en el momento del incidente, al igual que en diagonal está el salón municipal Rafael Cayol donde se realizaba un evento musical y cultural. Y lo más llamativo es que prácticamente justo en frente se encuentra la Comisaría 27.
“Ellos entraron con violencia y se fueron con violencia. Siempre actuaron a cara cubierta y con armas blancas con la cual lo amedrentaron en todo momento con lastimarlo”, exclamó indignado Bedmar. Y, como si esa indignación fuera poca, se sumó que en la cuadra hay un sistema de videovigilancia, pero paradójicamente no funciona. “La verdad que de haber funcionado correctamente podrían haber aportado buenos elementos probatorios para la causa, pero no fue así. Por otra parte, quiero resaltar el trabajo de la Policía y de la brigada de Investigaciones que están trabajando muy a conciencia para esclarecer lo sucedido”, aseguró.
En relación a las cámaras de seguridad, este medio consultó en reiteradas oportunidades al intendente Pablo Cortez y al secretario de Comunicaciones Fabián Becerra, pero los resultados fueron infructuosos. Sin embargo, es una de las medidas que más reclaman los vecinos para sentirse de alguna manera más seguros y protegidos.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario