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¿Qué ocurre con el deseo sexual a los 40?

Según un estudio, a la mediana edad comienza la pérdida de la libido y eso influye en la disminución de las ganas.

Al llegar a la mediana edad, las mujeres comienzan a experimentar la pérdida de la libido y, como resultado inmediato, a preocuparse y a aumentar su inseguridad. Este tema lo expuso la Universidad de Melbourne (Australia) en un nuevo estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine, el cual demuestra que en el fondo no hay por qué alarmarse, ya que la disminución del deseo sexual a medida que se envejece es más corriente de lo que se pensaba: al menos un 70% de las mujeres que participaron en la investigación, todas entre 40 y 65 años, declararon que cada vez tenían menos ganas de tener sexo.

Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo argentino, explicó que “el deseo sexual sigue siendo motivo de diferentes investigaciones con el objetivo de saber no sólo sus aspectos cuantitativos, sino sus cualidades: intensidad, oscilaciones y las diferencias que ocurren en relación al género”.

La doctora Rosie Worsely, autora principal del estudio, señaló: “Sabíamos por las investigaciones previas que era un problema común, pero nunca habíamos visto un número tan grande”. Al parecer, los “no me encuentro bien” o “estoy indispuesta” son excusas más frecuentes de lo que se pensaba hasta el momento.

Las participantes respondieron a las preguntas del Índice de Función Sexual Femenina, el método más común para evaluar los hábitos sexuales. En concreto, sobre sus relaciones en las últimas cuatro semanas. Sin embargo, y pese a ser un procedimiento muy frecuente en este tipo de estudios, nunca antes el porcentaje había sido tan alto.

¿Qué causa esta inapetencia? Para algunas mujeres puede ser el resultado del cambio en sus niveles hormonales. Por ejemplo, durante el ciclo menstrual estas fluctuaciones pueden causar hinchazón, cansancio y dolores, lo que repercute en el interés por el sexo. Además, a medida que ellas envejecen sus niveles de testosterona disminuyen y el deseo sexual acompaña en el declive.

Asimismo, hay que valorar la influencia del factor de la monotonía y el compromiso. Hacerlo siempre con la misma persona en la misma cama repitiendo la rutina sexual preestablecida puede poner a prueba la libido de cualquiera.

La explicación de los especialistas

“Se trata del trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH). Es la disminución del deseo sexual en forma persistente y recurrente. Resulta importante evaluar que no sea por depresión u otra patología, como el abuso de sustancias. La persona con deseo sexual hipoactivo (o inhibido) refiere no sentir ganas de tener relaciones sexuales, actividad autoerótica o fantasías sexuales. Puede ser que el deseo haya sido bajo durante toda la vida”, explicaron los especialistas.

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