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La Mañana

AFA: siempre se puede estar peor

Si el segundo semestre iba a llegar con las valijas llenas de buenas noticias, al fútbol argentino le mintieron en la cara.

Si el segundo semestre iba a llegar con las valijas llenas de buenas noticias, al fútbol argentino le mintieron en la cara. Y mal. Sin título que corte la sequía en Estados Unidos, la noche de la renuncia de Messi fue el principio del fin, el cierre de la esperanza y de la distracción con una Selección que amenazó con levantar la Copa después de 23 años. Sin vuelta olímpica, sin Lio, sin partidos que nos distraigan, la realidad volvió a golpearnos en la cara: la AFA da lástima. Y cuando pensamos que no se puede caer más bajo, estos muchachos hacen un esfuerzo extra y le encuentran la vuelta para bajar otro escalón hacia el abismo.

El Tata tuvo poca gente que lo llorara, pero el tema no es su pérdida, sino el caos que se evidencia con su salida.

La Selección jugó tres finales en 24 meses. No ganó ninguna. No hizo un gol en 360 minutos. Pero cualquiera que mire la foto desde lejos hablaría sólo de fracasos deportivos. La imagen se ve mucho peor desde cerca. Y terminó de reflejar su peor cara ayer, cuando la renuncia de Gerardo Martino desnudó otras falencias. El Tata, sin coronar dos buenos torneos, tuvo poca hinchada a favor tras el adiós. Casi nadie lo llorará, muchos se alegrarán por su salida. Pero el tema no es su pérdida, sino los motivos. El caos que hay detrás y que no se suele ver cuando rueda la pelota, cuando nos gana la pasión.

Nadie sabe quién elegirá al nuevo DT. No juntamos 11 para ir por una medalla a los Juegos Olímpicos dentro de un 30 días. Todavía se discute qué es la Superliga, quiénes la manejarán, cómo se repartirán la torta que degluten como lobos hambrientos para dejar en rojo las finanzas de los clubes. El fútbol argentino, granero del mundo, dueño de tres de los cinco jugadores más grandes de todos los tiempos, exporta estrellas y escándalos con el mismo talento, y en el horizonte no se ve el cielo despejado.

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