Día del Café: una excusa perfecta para aprender a prepararlo mejor
En el día internacional, una taza puede ser un viaje sensorial y cómo lograrlo con los consejos de José Sojo, de Café Delirante.
Cada 1° de octubre, el mundo celebra el Día Internacional del Café, una fecha que trasciende el simple gesto de llevarse una taza a los labios. Es un homenaje a una de las bebidas más consumidas del planeta y, al mismo tiempo, una oportunidad para redescubrirla. En Argentina, donde el café tiene un lugar especial en el corazón (y en la rutina) de millones de personas, esta jornada invita a frenar por un momento el automático del desayuno y preguntarse: ¿estamos tomando buen café? ¿Podemos hacerlo mejor?
Para responder esas preguntas hablamos con José Sojo, barista, tostador y fundador de Café Delirante, uno de los proyectos pioneros en traer café de especialidad a la Patagonia. Desde sus locales en Bariloche y San Martín de los Andes, y con nuevas sucursales en Córdoba y Buenos Aires, Sojo lleva años educando paladares y demostrando que una taza bien preparada puede cambiar el día. Y eso no es todo: muy pronto Café Delirante desembarcará en el Alto Valle rionegrino, un paso clave en su expansión hacia todo el país.
Un ritual que merece atención
En Argentina el café es parte de la identidad gastronómica. Nos acompaña en los desayunos, en el corte de media tarde, en charlas de bar, reuniones de trabajo o tardes de estudio. Pero, muchas veces, la costumbre nos hace descuidar la calidad. “Tomar café es un ritual cotidiano que merece atención. No se trata de complicarlo, sino de entender que pequeños detalles marcan una gran diferencia”, explica Sojo.
Ese cambio empieza por valorar el producto: el café no es solo una bebida oscura con cafeína. Detrás de cada grano hay un territorio, un clima, un productor, una cosecha y un proceso de tueste. “Así como aprendimos a apreciar el origen del vino o del aceite de oliva, el café también tiene terroir. Un grano de Colombia no sabe igual que uno de Etiopía, y dentro de un mismo país hay infinitas expresiones”, agrega.
El ABC para preparar un buen café en casa
Celebrar el Día del Café también puede ser una oportunidad para elevar el estándar en casa. Con algunos ajustes simples, la taza de todos los días puede transformarse en una experiencia mucho más rica. Estos son los consejos de Sojo:
1. Elegí buen café
La base de todo. “Si el grano es de mala calidad, no hay técnica que lo salve”, dice el barista. Lo ideal es comprar café de especialidad, que garantiza trazabilidad, cosecha reciente y un tueste cuidado. También es clave que el paquete tenga fecha: si fue tostado hace más de tres meses, probablemente perdió gran parte de su aroma.
2. Molé el café justo antes de usarlo
Uno de los errores más comunes es comprar café molido con semanas de anticipación. “Cuando el grano se muele, empieza a oxidarse y a perder aromas de inmediato”, explica Sojo. Por eso, lo mejor es tener un molinillo (manual o eléctrico) y moler solo lo necesario al momento de preparar la bebida.
3. Prestá atención al agua
Parece un detalle menor, pero el agua es el 90 % del café. “Si el agua tiene mucho cloro o minerales, va a alterar el sabor”, advierte. Lo ideal es usar agua filtrada o mineral y calentarla hasta unos 92-94 °C (cuando empieza a hervir, apagarla y dejarla reposar 30 segundos).
4. Medí las proporciones
Hacer café no es tirar un puñado de polvo en la cafetera. La proporción recomendada es 60 g de café por cada litro de agua. “Si usás menos, va a salir aguado; si usás más, demasiado amargo”, señala Sojo. Un pequeño peso digital puede cambiarlo todo.
5. Probá diferentes métodos
Cada método resalta matices distintos. La prensa francesa da cuerpo, la Chemex resalta la claridad, la moka (la clásica italiana) aporta intensidad, y el espresso concentra sabor y textura. “No hay uno mejor que otro: hay uno para cada momento”, asegura.
El café como experiencia
Más allá de la técnica, para Sojo el café es también una forma de conectar con el presente. “Preparar un buen café en casa es una manera de frenar el ritmo. Te obliga a oler, a probar, a esperar. Y cuando lo servís, la recompensa es inmediata: es una pausa en medio del caos”, reflexiona.
En los locales de Café Delirante, esa pausa se transforma en experiencia. Cada café se prepara con precisión y cada cliente puede elegir entre distintas variedades, tostados y métodos. “Queremos que la gente entienda que el café no es solo energía para arrancar el día. Es placer, es exploración, es cultura”, sostiene.
En el mundo del café de especialidad, la trazabilidad —saber de dónde viene lo que tomamos— es un valor central. Y esa conciencia también está creciendo en Argentina. “Cada vez más personas quieren saber quién produjo el café, en qué finca, cómo se procesó. Y eso es buenísimo, porque pone en valor el trabajo de miles de familias en el origen”, afirma Sojo.
Además, la tendencia apunta a la sostenibilidad: cafés cultivados bajo sombra, con prácticas regenerativas y comercio directo con productores. “El desafío es que toda la cadena sea justa: para quien lo cultiva, quien lo tuesta y quien lo disfruta”, resume.
El Día Internacional del Café no es solo una fecha para tomar una taza más. Es un recordatorio de que detrás de ese aroma que tanto nos gusta hay historias, territorios, ciencia, arte y pasión. Y que con un poco de atención —y los consejos de expertos como José Sojo— cada café que preparemos en casa puede ser mucho más que una rutina: puede ser un viaje.
Elegí un buen grano, molélo al instante, cuidá el agua, probá un nuevo método. En cada sorbo hay un mundo por descubrir. Y como dice Sojo: “Cuando preparás bien el café, lo que tenés en la taza ya no es solo café… es un momento para vos”.
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