Tortilla de espinaca: un clásico nutritivo y fácil de preparar
Con pocos ingredientes y en menos de media hora, esta tortilla combina sabor, practicidad y valor nutricional para toda la familia
En la cocina cotidiana, hay recetas que se convierten en aliadas permanentes. La tortilla de espinaca es una de ellas: económica, versátil, rápida y con un plus de beneficios para la salud. Se prepara en minutos y funciona tanto como plato principal en una cena ligera, como guarnición o incluso en una vianda para el trabajo o la escuela.
Este clásico argentino comparte protagonismo con la tortilla de papas, pero tiene una ventaja extra: aporta hierro, fibra y vitaminas que provienen de la espinaca fresca, una de las verduras de hoja más consumidas en el país.
Ingredientes tortilla espinaca
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2 atados grandes de espinaca fresca
5 huevos
1 cebolla mediana
1 diente de ajo (opcional)
3 cucharadas de queso rallado
Sal y pimienta a gusto
Aceite de oliva o girasol, cantidad necesaria
Algunos suman una cucharada de pan rallado para darle cuerpo, otros agregan cubitos de queso fresco para un corazón derretido. La base, sin embargo, es siempre la misma: espinaca y huevos.
Desarrollo
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Lavar y cocinar la espinaca: se enjuagan bien las hojas y se hierven por apenas dos minutos en agua con sal. Luego se escurren y se pican fino. Una alternativa más ligera es saltear la espinaca directamente en sartén con apenas unas gotas de aceite.
Rehogar la cebolla: se corta en brunoise (cubitos pequeños) y se saltea en aceite hasta que quede transparente. Si se usa ajo, se incorpora en este punto.
Armar la mezcla: en un bowl se baten los huevos, se agrega la espinaca picada, la cebolla rehogada, el queso rallado, sal y pimienta.
Cocción: se calienta una sartén antiadherente con un poco de aceite, se vuelca la mezcla y se cocina a fuego bajo, con tapa, unos 7 a 10 minutos. Luego se da vuelta con ayuda de un plato y se termina de dorar del otro lado.
El resultado debe ser una tortilla jugosa, con una superficie dorada y un interior verde vibrante.
La tortilla en la mesa argentina
En nuestro país, la tortilla de espinaca aparece tanto en cocinas familiares como en menús de bodegones y rotiserías. Se la suele acompañar con ensaladas frescas, papas al horno o una rodaja de pan casero. También es común encontrarla como parte de un menú ejecutivo en bares y restaurantes, porque se adapta perfectamente a porciones individuales.
Algunos cocineros de barrio la ofrecen fría, cortada en triángulos como entrada, similar a una frittata italiana. Otros, más innovadores, la sirven con salsa de tomate casera encima, transformándola casi en una milanesa de verduras.
Variantes y toques personales
La tortilla de espinaca admite múltiples giros creativos:
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Con papa: al estilo clásico español, incorporando papas hervidas o salteadas.
Con calabaza o zapallitos: para sumar dulzor y color.
Con hierbas frescas: como perejil, orégano o albahaca, que refuerzan el aroma.
Rellena: con mozzarella, ricota o jamón en el centro, logrando un efecto sorpresa.
Incluso existe la versión al horno, ideal para quienes prefieren evitar frituras: basta con engrasar una fuente, volcar la mezcla y cocinar en horno medio hasta que cuaje.
Nutrición y beneficios
Además de ser sabrosa, la tortilla de espinaca es un plato nutritivo. La espinaca es fuente de hierro, calcio, ácido fólico y antioxidantes, nutrientes esenciales para mantener energía y prevenir la anemia. Combinada con los huevos, que aportan proteínas de alta calidad, se convierte en una comida completa y balanceada.
Por eso es recomendada para todas las edades: desde chicos en etapa escolar hasta adultos que buscan opciones saludables y rápidas.
Consejos para que salga perfecta
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Usar una sartén antiadherente garantiza que no se pegue.
Cocinar a fuego bajo ayuda a que se cocine parejo y no quede cruda en el centro.
Si se prefiere más esponjosa, se puede batir las claras aparte a punto nieve y luego incorporarlas a la mezcla.
Para quienes no disfrutan del sabor intenso de la espinaca hervida, lo ideal es saltearla brevemente con cebolla y ajo.
Una receta que une generaciones
En muchas casas argentinas, la tortilla de espinaca es también un plato de transmisión familiar. Hay abuelas que enseñan a sus nietos a dar vuelta la sartén con destreza, madres que la preparan como recurso práctico cuando el tiempo apremia y jóvenes que la replican como comida universitaria, económica y rendidora.
La tortilla se adapta a distintos contextos: puede ser un almuerzo express entre reuniones, una cena liviana después del gimnasio o la opción vegetariana en una mesa compartida. Esa versatilidad explica por qué nunca falta en recetarios populares.
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