Él tenía 26 años y ella 42, sus cuerpos fueron hallados por la policía. Los equipos de rescate llegaron al amanecer y confirmaron lo peor.
Una noche que comenzó con planes de fiesta y romance terminó de la manera más impensada. Las primeras investigaciones apuntan a que, al regresar, decidieron detenerse en un mirador para pasar un momento a solas dentro del vehículo. Sin embargo, un movimiento inesperado ocasionó la tragedia.
Fuentes policiales dieron a conocer detalles acerca del trágico hecho y precisaron que una pareja perdió la vida al caer con su auto por un acantilado de casi 400 metros, en la localidad de Venda Nova do Imigrante, un punto turístico muy visitado.
El accidente ocurrió después de que ambos asistieran a una celebración en el municipio vecino de Castelo, en la región serrana del estado de Espírito Santo, Brasil.
Las víctimas fueron identificadas como Marcone da Silva Cardoso, de 26 años, y Adriana Machado Ribeiro, de 42. Ella trabajaba en una panadería, era madre de dos hijos y había comenzado la relación con Marcone seis meses atrás. Él se desempeñaba como maquinista y según familiares, estaba muy entusiasmado con la pareja.
La Policía confirmó que los cuerpos fueron hallados desnudos y fuera del vehículo. Los peritos creen que salieron despedidos tras un primer impacto contra una roca, luego de recorrer más de 100 metros en caída libre antes de continuar hasta el fondo del precipicio.
Un hermano de Marcone relató que la pareja había disfrutado de la fiesta en Castelo y que, al regresar, habrían decidido pasar por el mirador, un sitio conocido por su tranquilidad en horas nocturnas.
El hallazgo y las primeras hipótesis
El hecho salió a la luz gracias a un vecino de la zona, quien afirmó haber escuchado un fuerte estruendo alrededor de las 2:20. La oscuridad y la dificultad para acceder al lugar le impidieron ver con claridad qué había sucedido. Poco después, alertó a las autoridades.
Los equipos de rescate llegaron al amanecer y confirmaron lo peor: el auto se encontraba completamente destruido al pie del paredón, y los cuerpos yacían a pocos metros de la carrocería. La ausencia de ropa en las víctimas reforzó la hipótesis de que el accidente ocurrió mientras buscaban privacidad.
Venda Nova do Imigrante, conocida por su clima fresco, paisajes montañosos y actividades de turismo de aventura, cuenta con varios miradores en altura. Sin embargo, muchos de estos puntos carecen de barreras de seguridad. El sector donde ocurrió la tragedia es especialmente peligroso debido a la cercanía del camino al borde del precipicio.
Según los investigadores, el vehículo habría estado detenido a escasa distancia del filo. Un leve desplazamiento —posiblemente causado por una maniobra involuntaria o el fallo del freno de mano— bastó para que comenzara a rodar cuesta abajo. Una vez que perdió contacto con el suelo, el auto cayó por un tramo de roca casi vertical hasta llegar al fondo del valle.
Tras el accidente, los cuerpos fueron trasladados a la morgue de Venda Nova do Imigrante para las autopsias. Luego serán entregados a sus familias.
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