Alerta amarilla energética: cayeron las exportaciones y aumentaron las importaciones
La balanza comercial energética argentina desaceleró el ritmo de producción de divisas, indican los datos de abril del informe sobre el intercambio comercial argentino, del INDEC.
Alerta: en abril, la balanza comercial energética argentina desaceleró el ritmo de producción de divisas, con un aumento de las importaciones a la par de una caída en las exportaciones. El desempeño de las compras y ventas energéticas al exterior descripto en el informe del intercambio comercial argentino de abril del INDEC presenta un llamado de atención por el poder de impacto que adquirió el sector energético sobre la economía nacional.
Una de las clave para que el año pasado la economía no presentara sobresaltos incontrolables fue el superávit energético en el comercio exterior. Entre el aporte bruto de dólares y el ahorro respecto al año previo, la balanza comercial energética le dejó a la administración de Javier Milei casi seis mil millones de dólares, que apuntalaron las vaivenes de la economía, con la industria y la construcción más enfocadas en destruir empleo que en crear valor.
Uno de los sectores clave del comercio exterior argentino es el de combustibles y energía, que en abril registró 851 millones de dólares en exportaciones, con una caída del -10% interanual. Esta baja se explica por la combinación de dos factores: una reducción en los precios internacionales de los combustibles (-14%), que ha afectado el valor total exportado. Y una menor demanda de los principales socios, lo que llevó a una disminución del volumen comercializado.
Balanza energética, en foco
Sin embargo, mientras las exportaciones de combustibles se reducen, las importaciones de combustibles y lubricantes han crecido sustancialmente, acompañando el aumento del consumo interno y las necesidades industriales. Esta dinámica se refleja en el saldo comercial del sector energético, que, aunque sigue siendo positivo (461 millones de dólares), ha caído -20,4% interanual, lo que indica una presión creciente sobre el equilibrio externo.
El desempeño del sector energético estuvo en línea con el intercambio comercial en general. En abril de 2025, el país registró un superávit comercial de 204 millones de dólares, un número positivo en términos generales, aunque bastante menor al saldo de 1.807 millones de dólares obtenido en abril de 2024.
La balanza comercial energética de Argentina ha experimentado fluctuaciones significativas a lo largo de los años, influenciada por factores como la producción local de petróleo y gas, los precios internacionales de los combustibles y las políticas energéticas del país.
Vaca Muerta, clave
En los últimos años, el desarrollo de Vaca Muerta ha sido clave para mejorar el saldo comercial energético. En 2024, Argentina alcanzó un superávit récord en este sector, impulsado por un crecimiento del 22,3% en las exportaciones de petróleo y gas, mientras que las importaciones de energía se redujeron en un 49,4%. Este resultado fue el mejor en 18 años y permitió al país consolidar su posición como exportador neto de energía.
Históricamente, Argentina ha alternado entre déficits y superávits en su balanza energética. En la primera mitad de 2024, el país logró un superávit de más de 2.400 millones de dólares, el más alto en más de dos décadas. Este resultado se debió a un aumento del 29% en las exportaciones y una caída del 54% en las importaciones, reflejando el impacto positivo de la producción nacional de petróleo y gas.
Desde 2017, las exportaciones energéticas han mostrado una tendencia al alza, alcanzando 4.622 millones de dólares en el primer semestre de 2024. La reducción de las importaciones también ha sido clave para mejorar el saldo comercial, especialmente con la ampliación del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner y la reversión del Gasoducto Norte, que permitió sustituir el gas importado desde Bolivia por producción local.
El desafío en un comercio global cambiante
El comercio exterior argentino sigue reflejando los desafíos estructurales de una economía que, aunque mantiene su dinamismo, enfrenta fluctuaciones en precios internacionales y una creciente presión en el equilibrio de importaciones y exportaciones. En abril de 2025, el superávit comercial total fue de apenas 204 millones de dólares frente a los 1.807 millones de dólares de abril de 2024.
Este retroceso se explica principalmente por la aceleración de las importaciones, que crecieron +37,3% interanual, muy por encima del +2,3% de las exportaciones. Así, mientras la Argentina mantiene su capacidad de exportación, la fuerte expansión de las compras externas—especialmente en bienes de capital y vehículos—ha condicionado el saldo comercial.
Socios estratégicos, con déficits estructurales
El análisis del comercio exterior por destino muestra que Argentina mantiene relaciones comerciales sólidas con sus socios estratégicos, pero enfrenta déficits profundos en algunos mercados clave.
Déficit con China (-999 millones de dólares): las importaciones crecieron +92,5%, mientras que las exportaciones cayeron -2,2%, reflejando una dependencia de bienes industriales y tecnológicos importados desde el gigante asiático.
Déficit con Brasil (-697 millones dólares): el comercio con el principal socio del Mercosur sigue desbalanceado. Mientras Argentina exportó 929 millones dólares (-12,1%), sus importaciones crecieron +53,6%, impulsadas por compras de autopartes y bienes de capital.
Déficit con la Unión Europea (-297 millones dólares): la brecha en el comercio con Europa se profundiza, afectada por la baja en exportaciones agropecuarias.
En contraste, Argentina sigue obteniendo superávits comerciales con regiones como el resto de ALADI (809 millones dólares), Medio Oriente (514 millones dólares) e India (354 millones dólares), mercados en los que los productos primarios y manufacturas agropecuarias mantienen su competitividad.
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