El Hospital Bouquet Roldán despidió al licenciado en Kinesiología, jefe del Servicio de Rehabilitación y figura clave del programa provincial de rehabilitación.
El equipo de salud de Neuquén atraviesa horas de profunda tristeza tras conocerse el fallecimiento de Luis Marchisio, licenciado en Kinesiología, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital Bouquet Roldán y uno de los profesionales más reconocidos en el ámbito de la rehabilitación respiratoria en la provincia. Su muerte, repentina e inesperada, provocó un impacto inmediato entre compañeros, ex pacientes y colegas que lo consideraban un pilar del sistema sanitario.
Según expresó el propio hospital a través de sus redes sociales, Marchisio fue durante más de dos décadas una parte fundamental de la institución. Su dedicación, su calidez en el trato y su energía cotidiana marcaron la vida laboral de generaciones de trabajadores del Bouquet Roldán.
Desde la cuenta oficial describieron que formó parte de la “familia del hospital durante más de 21 años”, etapa en la cual lideró procesos clave, entre ellos el programa provincial de rehabilitación respiratoria, considerado un emblema dentro del establecimiento y un modelo reconocido en el sistema público neuquino. Su rol no solo fue técnico y profesional, sino también humano: impulsó talleres, acompañó pacientes en procesos complejos y generó equipos de trabajo cohesionados y comprometidos.
En el mensaje difundido, sus compañeros remarcaron que Marchisio tenía en marcha nuevos proyectos para el Servicio de Rehabilitación, iniciativas que ahora serán continuadas por el personal que lo acompañó durante años, con la convicción de honrar su memoria y mantener viva la impronta de su trabajo.
La institución también expresó sus condolencias para su esposa, Luciana Ortiz Luna, así como para sus familiares, amigos y el equipo que compartió cada día junto a él.
Un profesional querido por toda la comunidad
La publicación del Bouquet Roldán generó un inmediato caudal de mensajes de despedida que reflejan el cariño que Marchisio supo ganarse tanto en el ámbito profesional como en su vínculo con los pacientes. Muchos relataron experiencias personales que dan cuenta de su cercanía, su vocación de servicio y el impacto que tuvo su acompañamiento en momentos críticos.
“Se lo va a extrañar. Su voz, sus chistes, su ir y venir. Que brille para él la luz que no tiene fin”, escribió una trabajadora del hospital, sintetizando el recuerdo de sus gestos cotidianos, aquellos que llenaban de vida los pasillos de la institución.
Otra persona lo definió como un “tipazo, genio y divertido”, y recordó una anécdota que —según contó— llevará siempre en el corazón. Ese tono se repitió en decenas de comentarios que destacaron su cercanía y su calidez.
Entre los testimonios, también aparecieron historias de pacientes que conocieron a Marchisio en momentos decisivos. Una mujer relató que el kinesiólogo atendió a su hijo cuando era apenas un bebé y luchaba contra una neumonía viral. “Hoy mi hijo tiene 22 años. Gracias por tan buen ser humano y profesional que tuvimos los neuquinos”, escribió.
Otra persona recordó los talleres de columna que él dictaba y que hoy continúa aplicando en su vida diaria, demostrando el impacto de su tarea más allá del hospital. “Siempre enseñando, siempre acompañando”, resumió en su mensaje.
Varios trabajadores de la salud coincidieron en describirlo como un hombre comprometido, con una sonrisa amplia, una voz inconfundible y una presencia constante. “Esa voz que sonaba como amplificada por los pasillos del hospi”, recordó una colega con profunda tristeza.
Un legado que seguirá vivo
La muerte de Luis Marchisio deja un vacío profesional y humano difícil de llenar. Su labor en la rehabilitación respiratoria fue clave para el desarrollo de programas provinciales y para la formación de equipos que hoy sostienen buena parte del trabajo cotidiano en el Bouquet Roldán.
Mientras continúan las muestras de afecto, sus compañeros remarcaron que la mejor forma de homenajearlo será dar continuidad a sus proyectos y sostener la calidad de atención que él promovió durante más de dos décadas.
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