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El médico neuquino que hace historia con las cirugías con realidad aumentada

Juan Cruz Liyo integra el equipo de urología del Hospital Italiano y utiliza gafas de realidad aumentada para hacer cirugías de alta precisión. Su historia.

Juan Cruz Liyo nació y creció en Neuquén capital. Cuando terminó los estudios en el Colegio Don Bosco, se mudó a Buenos Aires para seguir la carrera de Medicina y así empezó una exitosa trayectoria profesional que lo llevó a ser uno de los urólogos más vanguardistas del país. Hoy, opera en el Hospital Italiano con gafas de realidad aumentada que permiten extraer tumores de riñón con una precisión milimétrica y recibe consultas de especialistas de todo el mundo que quieren impulsar esa práctica.

"Cuando terminé en el Don Bosco, en 1994, todavía no estaba la carrera de Medicina en la zona", dijo el profesional en diálogo con LMNeuquén. Como esta disciplina todavía no estaba disponible en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), se mudó a Buenos Aires para seguir la carrera en la UBA. Pronto, eligió la urología como especialidad y al Hospital Italiano como su alma máter.

"Terminé la carrera y ya entré en el Hospital Italiano a hacer la residencia", relató. "En 2008 terminé la residencia en urología y seguí un año más para hacer la jefatura de residentes", dijo y aclaró que, desde entonces, ya se quedó en ese reconocido centro de salud como médico de planta.

Liyo conoció y aplicó las distintas tecnologías médicas casi como un pionero en el Italiano, una clínica que siempre estuvo a la vanguardia en la implementación de nuevas técnicas y equipamiento para la salud. "Además del alto volumen de pacientes que tiene, el Hospital Italiano se destaca porque siempre apostó al avance tecnológico", relató el profesional.

El neuquino también abrió sus horizontes en innovación a partir de distintas conferencias, cursos y congresos. Durante su formación, hizo una rotación de tres meses en España, en donde descubrió la aplicación de robots para realizar cirugías de alta precisión. "Ahora el robot está en Argentina, esa era la gran tecnología que nos faltaba. Ahora ya está en el Italiano y no hay nada en el mundo más avanzado", relató.

Desde 2008, los médicos de ese centro de salud porteño operan con la ayuda de un robot, que es manejado por el cirujano. Así, ganan mayor precisión y evitar daños colaterales en los pacientes. "Ya hemos realizado más de 2400 cirugías y se demostró que es una técnica totalmente segura", afirmó.

"El urólogo mira a través de una consola y obtiene una visión tridimensional del cuerpo con una ampliación de hasta 10 o 12 veces", dijo y agregó: "Los movimientos de la mano y los dedos del cirujano se traducen a los movimiento que hace el robot dentro del cuerpo, y es muchísimo más preciso".

Con casi veinte años de experiencias, este tipo de tecnologías ya tienen buena aceptación entre los pacientes, que buscan utilizar la tecnología médica de guardia para reducir riesgos o daños colaterales de cada operación. "La limitante hoy es económica. Si se pudiera, todos utilizarían este robot porque es el que ofrece mejores resultados a largo plazo, es una técnica totalmente segura y los movimientos de pinzas son más precisos, más dúctiles, y así generan menos efectos adversos", afirmó.

Un paso más allá: las cirugías con lentes de realidad aumentada

Además de aplicar tecnología de punta que ya existen en otros países, como la operación con asistencia robótica, desde el Hospital Italiano siempre persiguen la implementación de métodos y dispositivos de vanguardia aplicados a la práctica médica.

Así, el Hospital Italiano tiene su propia Sección de Cirugía Asistida por Computadora (CAS) del Departamento de Informática en Salud y el Departamento de Cirugía, que apunta a aplicar nuevas técnicas como la realidad aumentada, una práctica que se implementó con éxito en 10 cirugías de urología y que ahora es demandada por médicos de otros países.

"Con esto se abrió una puerta y lo están consultando de otras especialidades y de otras nacionalidades", dijo Liyo, que integró junto a Sebastián Tirapegui, otro urólogo de planta del Hospital Italiano, las primeras operaciones utilizando gafas de realidad aumentada.

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Pero, ¿en qué consiste esta tecnología? El neuquino lo explicó así: "Son las mismas imágenes que ya tomábamos de los pacientes, a través de resonancias y tomografías, que ahora se generan en un holograma tridimensional y se pueden ver a través de las gafas".

De esta manera, los médicos que operan ven no sólo el cuerpo del paciente en el quirófano sino un holograma tridimensional proyectado que les permite observar con precisión toda su anatomía, incluso antes de realizar cualquier tipo de incisión.

"Podés proyectarlo sobre el cuerpo y ver con exactitud dónde está el órgano que vas a tratar, dónde está el tumor y la anatomía precisa de las arterias", relató. Así, los profesionales tienen toda la información, milímetro a milímetro, antes de realizar cualquier corte. "Eso nos permite sacar sólo el pedacito del tumor sin dañar ningún tejido sano", aclaró.

"A veces al hacer la incisión se ve una especie de 'chichón' dentro del riñón y uno lo puede localizar, pero eso no ocurre siempre", dijo y agregó que observar estas imágenes permite que el cirujano tenga un mapa preciso del cuerpo del paciente, incluso de los aspectos que no se notan a simple vista.

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Para el paciente, es pura ganancia. "Los pacientes no tienen que realizar ningún tratamiento adicional, ningún otro estudio prequirúrgico además de los que ya se realizaban, y hasta pueden usar ellos las gafas en la planificación de la cirugía para entender mejor cómo se va a realizar la práctica", dijo Liyo y agregó que, así, mejora la recepción de los pacientes que van a someterse a estos procedimientos.

"Hasta ahora lo hemos usado en el equipo de urología para cirugías de riñón. También se usó en cirugía pediátrica, en traumatología y en la unidad maxilofacial", aclaró el profesional. Por el momento, todas las prácticas fueron positivas, por lo que el interés de otros médicos empezó a crecer.

Las ventajas están claras: además de la mayor precisión y la participación activa del paciente, que entiende su propia cirugía, también ofrecen la posibilidad de que los cirujanos que están en el quirófano se comuniquen en tiempo real con un especialista que puede estar a miles de kilómetros pero que observa el mismo holograma y puede brindar sus aportes multidisciplinarios a través de una interconsulta de alta precisión.

Una tecnología de punta que otros quieren aplicar

La tecnología que ya aplicaron con éxito en Buenos Aires se basó en el desarrollo de la Sección de Cirugía Asistida por Computadora (CAS) que dirige Lucas Ritacco en el Hospital Italiano. Se basó en la adaptación de gafas que ya existían y que eran de uso comercial porque se suelen utilizar en el universo de los videojuegos.

"Son las mismas gafas que se usan para videojuegos inmersivos, pero adaptadas al uso médico", indicó Liyo. Según explicó, estos lentes se consiguen en el mercado por unos mil dólares. Sin embargo, el principal trabajo de ingenieros y médicos del Italiano fue desarrollar el software para adaptarlas a los quirófanos a través de la implementación de estos hologramas tridimensionales.

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El profesional aclaró que este tipo de dispositivos ya se aplican de manera contemporánea en otros países de Europa, y así, en Argentina se realizó este desarrollo de forma casi simultánea. "En el país somos los primeros y ya nos están consultando desde otros lugares", detalló.

Lucas Ritacco conoció las gafas en un congreso en Groningen, Holanda, y se formó en un curso específico en Hong Kong. A partir de esas experiencias, se mantiene en diálogo permanente con profesionales de Europa y Asia, que ya ponen a prueba tecnologías similares.

Después de su formación en Asia, el traumatólogo que ahora coordina la aplicación de tecnología médica en el Hospital Italiano aprovechó otra estancia formativa en Suiza para indagar sobre los mejores modelos de gafas, hasta dar con la versión más económica, de unos mil dólares por unidad, que podía adaptarse a un software médico que ya tenían desarrollado.

"Esta tecnología le da la ilusión al cirujano de que tiene un paciente transparente, que está viendo a través de la piel", dijo Ritacco, que aclaró que se trata de un sistema de menor costo comparado a otros equipamientos médicos y que podría implementarse en centros de salud más pequeños o del interior del país.

Con 10 experiencias exitosas en su haber, el neuquino señaló que van a trabajar para publicar los primeros resultados y presentarlos en julio ante la comunidad urológica. "No es que haga falta tener un número mínimo de cirugías, pero con estas 10 tenemos la experiencia suficiente para relevar algunos resultados y mostrarlos. Suele pasar que se muestran tanto resultados negativos como positivos, pero en este caso fueron todas cirugías exitosas", aclaró Liyo.

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Lejos de relajarse con los resultados positivos, el equipo de urología ya apuesta a sumar nuevas tecnologías a sus prácticas. Liyo señaló que buscan sumar una navegación similar a un GPS para poder operar. "Ya hay neuronavegadores que usan los neurocirujanos cuando operan el cerebro, pero la idea es aplicarlo también a la urología", declaró.

En ese sentido, Ritacco aclaró que buscan complementar las diferentes tecnologías médicas para potenciar el poder de visualización de las gafas con el potencial de precisión quirúrgica que tienen otros sistemas, como el robot o la navegación que ya se implementa en otras prácticas.

Para el médico neuquino, la importancia de esta tecnología es su posibilidad de implementarse en otras provincias o centros de salud que no tienen el equipamiento médico del Hospital Italiano. "El robot cuesta millones de dólares, pero las gafas son accesibles para otros centros de salud", detalló.

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