Los restos fueron hallados en dos lugares diferentes. Había desaparecido hace más de 15 días.
La ciudad de Córdoba atraviesa horas de conmoción, tras la confirmación de que los restos humanos encontrados en distintos puntos del barrio General Urquiza pertenecen a Camila “China” Merlo, una joven de 26 años.
Su muerte expuso una trama de vulnerabilidad extrema, abandono y violencia que impactó de lleno en la comunidad. Mientras la investigación avanza, familiares y amistades reclaman justicia y piden que su historia no quede sumergida en el silencio.
Camila Merlo no tenía un domicilio fijo, era madre de una nena pequeña y según contaron allegados, realizaba trabajos informales y ejercía la prostitución para sobrevivir. Sus amistades afirmaron que , lo que generó preocupación inmediata. Para quienes la conocían, esa ausencia prolongada fue un indicio claro de que algo grave podía haber ocurrido.
Una de sus amigas más cercanas, visiblemente angustiada durante una marcha improvisada para pedir justicia, expresó: “Era una persona hermosa y mi mejor amiga, y ahora me entero por la Policía que no la voy a volver a ver”. También contó que Camila soñaba con reconstruir el vínculo con su hija y con seguir viajando por distintos puntos del país, una forma de escape y búsqueda personal que marcó sus últimos años.
Los hallazgos que revelaron el horror
El caso tomó estado público a partir de un episodio ocurrido el domingo en una vivienda de la calle Andalucía al 3100. Una vecina relató que su perro, acostumbrado a recorrer descampados de la zona, ingresó a la casa con una bolsa cuyo contenido tenía un tamaño y aspecto extraño. Al revisarla, notó que no se parecía a ningún hueso de carnicería. Ese detalle fue suficiente para llamar al 911.
La inspección inicial, realizada por la mujer y su pareja —miembro de la Policía—, confirmó que en la bolsa había un muslo y una pierna humanos. Desde ese momento, distintas divisiones policiales iniciaron un operativo de rastrillaje en el barrio para localizar más restos.
Horas más tarde, integrantes de la Brigada de Investigaciones, la Policía Judicial, la División Canes y el DUAR encontraron una bolsa de consorcio con más partes del cuerpo, a pocos metros de un descampado. La escena reforzó la sospecha de que los restos habían sido trasladados y descartados en distintos momentos.
Según informó El Doce, un tatuaje en la pierna fue la clave para identificar a Camila. A partir de esa confirmación, la fiscal Eugenia Pérez Moreno ordenó profundizar la reconstrucción de los movimientos de la víctima y de las personas con las que tuvo contacto durante las últimas semanas.
Una investigación que enfrenta múltiples hipótesis
La causa está a cargo de la Fiscalía del Distrito 2, Turno 6. Los equipos trabajan para determinar dónde estuvo Camila en sus últimos días, quiénes la vieron con vida por última vez y cuáles fueron los lugares donde pudo permanecer antes de ser asesinada. También se intenta establecer si la mujer había recibido amenazas o enfrentaba situaciones de riesgo previas.
Fuentes judiciales señalaron que se evalúa la posible participación de más de una persona, debido al modo en que fueron trasladados y dispersados los restos. No se descarta ninguna línea de investigación.
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