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La Mañana

Atrapados en un vuelto chino

Dejar el auto en el centro neuquino es un trauma. No sólo por el tiempo que demanda conseguir lugar y el nuevo precio que se cobra por hora, sino por las peleas que uno debe tener con muchos de los kiosqueros que venden las tarjetas del SEIN, quienes intentan a cada paso sacar tajada a costa del usuario.

Dejar el auto en el centro neuquino es un trauma. No sólo por el tiempo que demanda conseguir lugar y el nuevo precio que se cobra por hora, sino por las peleas que uno debe tener con muchos de los kiosqueros que venden las tarjetas del SEIN, quienes intentan a cada paso sacar tajada a costa del usuario. En fin, usufructuar con la excusa de la falta de monedas. Sí, esto ocurre en varios puntos de la ciudad. Aprovechando que la tarjeta cuesta 9 pesos, una porción importante de ellos entrega dos y hasta un caramelo por el peso restante. Y muchos lo hacen sin consultar, al mejor estilo comerciante chino.

Algunos kiosqueros que venden la tarjeta SEIN te cobran $9 y el vuelto va en caramelos.

Esta situación genera bronca en los automovilistas, que muchas veces aceptan porque no quieren perder más tiempo deambulando de kiosco en kiosco ni correr el riesgo de llegar al auto y ver la multa estampada en el parabrisas. Pero a la tercera o cuarta consecutiva, la bronca no permite masticar ni chupar nada que venga de una viveza kiosquera.
Alertados de este enojo generalizado y para evitar el insulto de los clientes, algunos comerciantes se han tomado el trabajo de colocar un cartel con tres palabras: "Pague con cambio". La aclaración no significa otra cosa que abone justo para no ser retribuido con una de esas golosinas pequeñas de colores que se deshacen luego de varios lengüetazos y que entretienen pero no llenan.
Los neuquinos ya están hartos de estas actitudes. Si no son las cajas de los grandes supermercados las que le meten la mano en el bolsillo, excusándose en la falta de cambio o en donaciones que luego harán bajo su sello, son los kiosqueros. Esta situación no se tolera más. Por eso, el mejor remedio es no volverse loco, aceptar el vuelto en caramelos, acumularlos y cuando se junten los $9, pagarles por la tarjeta para estacionar con la misma moneda. ¿O acaso nuestros caramelos no valen?

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