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La Mañana Franco Colapinto

La emotiva historia familiar detrás del 43 de Franco Colapinto

Es el número que lo acompañó en gran parte de su carrera, desde el karting. Por primera vez lo lucirá en Montecarlo, con una emoción que viene de lejos.

En las curvas de Montecarlo volverá a rugir este fin de semana el Alpine de Franco Colapinto, que protagonizará una de las citas más emblemáticas de cada temporada de la Fórmula 1, el Gran Premio de Mónaco. Tras su regreso a la Máxima el domingo pasado, en Imola, el argentino de 21 años saldrá a girar por el principado una vez más con el número 43, ese que lo acompaña desde siempre y que representa para él un legado, una historia que se remonta a los autódromos que forjaron su pasión.

Es que en los años 90, su papá, Aníbal, corría en la Clase 2 del Turismo Nacional con un Volkswagen Gacel que lucía en su carrocería, justamente, el 43. Un detalle menor, pero que marcaría a fuego a su hijo, que creció admirando esa pasión por la velocidad.

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Franco Colapinto con el Williams con el que disputó sus primeras nueve carreras en la Fórmula 1.

Franco Colapinto con el Williams con el que disputó sus primeras nueve carreras en la Fórmula 1.

Por eso, a los 9 años, cuando se subió por primera vez a un karting, no dudó en elegir el 43 en homenaje a su padre. Y lo siguió haciendo toda la vida: lo acompañó en cada etapa de su carrera, incluyendo su debut en la F1 el año pasado, con Williams, y hoy está grabado también en el Alpine A525 con el que sueña alcanzar la gloria.

Franco Colapinto y el 32: un número, un sueño compartido

La relación de Aníbal Colapinto con el automovilismo no quedó solo con esa experiencia en el Turismo Nacional; de hecho, tras colgar el casco, compró JC Competición, un equipo icónico del Turismo Carretera fundado en los ‘80. Así, con su Chevrolet rugiendo en los autódromos, guió a pilotos como Lucas Benamo –más tarde devenido en coach de Franco– mientras su hijo, a su lado, crecía absorbiendo la magia de las pistas, soñando con su propio destino.

Franco Colapinto en Karting.mp4

Pero a la gloria no se llega por un camino de rosas, y eso la familia Colapinto lo sabe. Nacido en Bahía Blanca, técnico agrónomo y abogado, Aníbal dejó todo por el objetivo de Franco, y hasta tuvo que vender una casa para llevar a su hijo a las pistas europeas, donde el pibe respondió con creces y, entre otros logros, se coronó campeón de Fórmula 4 española en 2019.

Por eso, aquel 43 del humilde Gacel, que su papá buscó en Daireaux y cargó en un tráiler hasta su taller en Buenos Aires, no es solo un número: es el lazo entre un padre que puso hasta lo que no tenía y un hijo que persigue la gloria. Representa, en definitiva, un agradecimiento eterno, y lleva el peso de un sueño compartido que este domingo saldrá con toda su fuerza por las calles del Principado.

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El Volkswagen Gacel con el que corría Aníbal Colapinto, y con el número 43.

El Volkswagen Gacel con el que corría Aníbal Colapinto, y con el número 43.

Porque para Franco Colapinto, quien este 27 de mayo cumplirá 22 años, la familia es un sostén fundamental. La extrañó en sus tiempos de soledad adolescente en Europa, cuando sólo con 14 años les dijo a sus padres que debía quedarse en el Viejo Mundo para perseguir su sueño de llegar a la Fórmula 1. Así, durmió en una fábrica en Italia porque el dinero no le alcanzaba para alquilar un departamento.

Hijo de Aníbal y de Andrea Trofimczuk (sus padres están separados) y hermano de Martina (es menor que el piloto), Franco sufrió mucho cuando el año pasado, en la antesala del Gran Premio de Brasil, falleció su abuelo Leónidas Colapinto. Lo supo justo antes de la clasificación. Ese fin de semana, en Interlagos,. tuvo su primer gran choque en la F1.

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Franco Colapinto y su papá Aníbal, en una foto que el padre compartió en sus redes en 2018.

Franco Colapinto y su papá Aníbal, en una foto que el padre compartió en sus redes en 2018.

Franco pudo recuperar el número 43 en forma definitiva con su desembarco en la escudería Williams de Fórmula 1, ya que en sus pasos previos en Europa (en Fórmula 4 de España, en Fórmula Renault, en Fórmula 3 y en Fórmula 2) había deambulado por otras cifras: el 10, el 12, el 17 y el 29, entre otros. El 43 también había estado presente, pero salteado.

Franco Colapinto de cara a Mónaco: "No hay margen de error"

Franco conoce muy bien las curvas de Mónaco: en 2019 triunfó en Fórmula Renault y luego logró un segundo puesto. Más acá en el tiempo, en 2023, rozó el podio con MP Motorsport en F3, obteniendo un cuarto lugar en la sprint y la mención honorífica de haber sido el único que consiguió un adelantamiento en la carrera –pasó a Taylor Bernard en la famosa curva del hotel–. Y en 2024, con el mismo equipo pero en F2, brilló con un quinto puesto. Pero eso no es todo: en un circuito siempre implacable, nunca tuvo un accidente.

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Franco Colapinto correrá por primera vez con un Fórmula 1 en Montecarlo.

Franco Colapinto correrá por primera vez con un Fórmula 1 en Montecarlo.

La de Mónaco es una de las pistas más difíciles para adelantar, que no concede márgenes de error", analizó en ese sentido Colapinto luego de Imola. "Tengo ganas de salir de nuevo a girar cuanto antes, para sumar confianza y seguir creciendo junto al equipo”, completó.

Así las cosas, está todo dato para que este domingo el 43 brille como nunca, y que cada giro a bordo del Alpine A525 sea, indirectamente, un tributo a su padre, cuya pasión encendió un sueño que hoy contagia y emociona a toda la Argentina.

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