Adiós al escurridor de platos: este es el invento tendencia para aprovechar toda la mesada
Este producto permite mantener la cocina más ordenada, a favor de las tendencias minimalistas. Uno por uno, sus beneficios.
Con el paso de los años, el estilo y diseño de la cocina fue variando considerablemente, con artículos a la moda que anteriormente no eran muy populares, y viceversa. En el caso del escurridor de platos, hay un nuevo invento que permite aprovechar toda la mesada.
El clásico escurridor de platos, una herramienta grande que suele ocupar mucho espacio en la cocina y que no es muy fácil de guardar para aprovechar al máximo el ambiente, tiene un fuerte competidor que promete desplazar en los diseños del año siguiente.
Cómo funciona la alfombra para secar platos
En lugar del tradicional escurridor de platos aparecen las alfombras absorbentes para secar la vajilla. Se trata de un invento práctico, sencillo de utilizar y económico.
Es una alternativa menos costosa que la herramienta clásica, que se puede conseguir en cualquier bazar, o bien a través de tiendas online. Su popularidad se difundió rápidamente a través de influencers en las redes sociales y ya se posiciona como uno de los productos más elegidos para la cocina en 2026.
El precio de las alfombras absorbentes para secar platos rondan los $17.000 y se posicionan como una opción que permite tener mayor espacio en la mesada.
Siguiendo esa línea, el producto se debe colocar directamente sobre la mesada y, gracias a su tejido absorbente de microfibra, retiene el agua de platos, vasos y cubiertos recién lavados.
Uno de los mayores beneficios de este método es evitar la acumulación de agua que habitualmente queda en la superficie del escurridor de platos.
Cómo utilizar la alfombra para secar platos
Luego de utilizarla y guardar todos los utensilios de cocina en su debido lugar, basta con doblarla y guardarla en cualquier cajón de la cocina. Algunos aconsejan limpiarla previamente con agua y un poco de jabón, dejarla secar al aire libre y ahí guardarla para preservar todavía más su tiempo útil de uso.
Al poder quitarlas de la vista del ambiente, se suma a las tendencias modernas de cocinas minimalistas. Además, su practicidad le permitió desplazar al clásico escurridor de platos y posicionarse como una de las tendencias de cocina hacia el año que viene.
Su tamaño estándar ronda los treinta por cuarenta y cinco centímetros, aunque existen versiones más grandes para quienes cocinan con frecuencia o necesitan mayor capacidad.
Escurridor tradicional y alfombra absorbente: diferencias clave
El escurridor tradicional y la alfombra de secado presentan diferencias claras. Una de las principales radica en el espacio que ocupa cada una en la cocina. Mientras la primera ocupa un lugar fijo en la mesada y no suele moverse del lugar donde está, el segundo se dobla fácilmente y entra en cualquier cajón, lo que facilita el orden del ambiente.
En cuanto al diseño y las alternativas para decorar la cocina, los escurridores varían, principalmente, en el material con el que está hecho cada uno, mientras que las alfombras cuentan con una amplia variedad de colores y estampados.
A su vez, para el mantenimiento, los escurridores necesitan limpieza manual frecuente para evitar óxido o sarro, teniendo que utilizar algunos productos químicos o mezclas caseras especializadas para estos problemas. En cambio, las alfombras pueden lavarse a mano con agua y jabón, o bien sumarlas directamente al lavarropas junto al resto de la ropa sucia.
Esto también ayuda al momento de secarlo y volver a utilizarlo. El escurridor suele acumular agua en su superficie luego de cada uso, lo que requiere una limpieza diaria para que no se transforme en un problema. La alternativa ecológica absorbe la humedad y mantiene la mesada seca.
Sin embargo, uno de los puntos a tener en cuenta con las alfombras absorbentes es la cantidad de días que pueden utilizarse sin tener que lavarlas. Al ser un método más práctico, muchas personas lo dejan sobre la mesada hasta que se encuentre completamente sucio, lo que puede generar moho o malos olores. Por ello, es imprescindible tener una regularidad en su lavado.
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