Carlos Delfino puso fin a una gran trayectoria que, además de la selección, incluyó ocho temporadas en la NBA.
El punto final de la carrera de Carlos Delfino representa también el fin de una era en el básquet argentino. El último jugador de la Generación Dorada que quedaba en actividad informó que se retiró este martes a los 43 años.
No se trata de un integrante más, sino que fue clave en aquel logro histórico para el deporte argentino y se erigió como uno de los mejores anotadores de la historia de la disciplina en nuestro país.
El santafesino, nacido el 29 de agosto de 1982, comenzó a jugar en primera división cuando todavía era menor de edad. Luego de hacer las formativas en el Círculo Israelita Macabi, pasó a Unión de Santa Fe, club del cual es hincha. Llegó a jugar la Liga Nacional en Libertad de Sunchales, pero su talento lo llevó rápidamente a dar el salto a Europa a los 17 años.
Carlos la rompió en el Viola Reggio Calabria y el DT de la selección, Rubén Magnano, lo tuvo en cuenta sin dudarlo para la órbita del combinado albiceleste. Tenía apenas 21 años cuando Detroit Pistons lo seleccionó en el draft y todavía estaba Italia.
Un partido bisagra en la historia del básquet argentino
Su gran momento llegaría al sumarse a la selección, que ya tenía una base muy sólida. Él y Walter Herrmann fueron los dos factores diferenciales que no habían estado en el subcampeonato de Indianapolis 2002, pero aparecieron en Atenas 2004 con un desparpajo sorprendente que le dio frescura al equipo de Magnano.
Justamente, contra Grecia en cuartos de final de esos Juegos Olímpicos, Herrmann y Delfino resultaron decisivos. El Lancha llegó a convertir 18 puntos consecutivos, con anotaciones de todos los colores.
Después llegaría el histórico triunfo sobre Estados Unidos en semifinales y la victoria ante Italia en el partido decisivo, que le valió la medalla de Oro al que para muchos es el mejor equipo argentino de la historia.
Como si eso fuera poco, cuatro años después fue medalla de Bronce en los Juegos de Beijing 2008 con casi el mismo grupo de compañeros.
Ocho años en la NBA
Tras colgarse la medalla en Atenas, Delfino demostró que lo suyo no era casualidad, porque estuvo ocho temporadas en la NBA, de las cuales en dos disputó todos los partidos de la fase regular (82) con las franquicias de Detroit y Toronto.
Milwaukee Bucks lo tuvo del 2009 al 2012 y la última temporada fue en Houston Rockets.
Eran tiempos donde sus compañeros de selección como Manu Ginóbili, Fabricio Oberto, Andrés Nocioni y Luis Scola también estaban afirmados como jugadores de NBA, algo imposible de pensar para estos tiempos y los anteriores.
Por su forma de juego, Delfino protagonizó algunas jugadas espectaculares como cuando le volcó la pelota en la cara a Kevin Durant en un partido ante Oklahoma.
Entre su vida personal, donde fue padre, y algunas lesiones, estuvo un tiempo fuera de las canchas. Regresó para jugar en Europa y en Boca, donde también mostró su talento más allá del paso de los años.
De hecho, llegó a ponerse de vuelta la camiseta de la selección con 41 años, algo que pasa muy poco en el deporte profesional.
Delfino tuvo tres hijos con la deportista italiana Martina Cortese. Ellos son Milagros, Carlos y Cecilia, a quienes seguramente les dedicará más tiempo, ya fuera del básquet profesional.
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