Emoción absoluta: el hijo de Miguel Ángel Russo anotó ante Newell's
Ignacio Russo decidió jugar, a pesar del fallecimiento de su padre el miércoles pasado, para honrarlo dentro de la cancha.
En una tarde marcada por la emoción en Rosario, Ignacio Russo fue protagonista absoluto en el partido entre Tigre y Newell’s. No solo por haber anotado el primer gol del encuentro, sino por todo lo que representó ese tanto: fue su primer partido tras el fallecimiento de su padre, Miguel Ángel Russo, y eligió homenajearlo como mejor sabía hacerlo, dentro de una cancha de fútbol.
Desde la previa se sintió el clima especial. Antes del inicio del partido, se realizó un respetuoso minuto de silencio en memoria del histórico entrenador, ídolo de Rosario Central y figura muy querida en el fútbol argentino. En ese momento, “Nacho” Russo no pudo contener las lágrimas y se quebró junto a sus compañeros, que lo rodearon para contenerlo.
Además, en un gesto que cruzó la rivalidad deportiva, todo el plantel de Newell’s se acercó al delantero para abrazarlo y brindarle sus condolencias. El gesto fue tan sincero como conmovedor, dejando en claro que, por encima de cualquier camiseta, está el respeto humano.
A los 21 minutos del primer tiempo, llegó el momento más emotivo de la noche. Tras una corrida de David Romero por la banda derecha, Russo entró por el centro y se arrojó de cabeza para empujar la pelota y marcar el 1-0 para Tigre. Apenas la pelota cruzó la línea, se tiró al suelo, se cubrió el rostro con la camiseta del Matador y estalló en llanto. Miró al cielo y dedicó el gol a su padre, desatando una imagen que conmovió a todo el fútbol argentino.
Tras el festejo, Ignacio se levantó del césped y, frente a las cámaras de televisión, mostró un tatuaje que lleva una de las frases más significativas que le dejó su padre: “Todo se cura con amor”. Fue una dedicatoria simple, pero cargada de significado, que rápidamente se viralizó en redes sociales.
El delantero de 24 años, ex Instituto, decidió estar presente pese al inmenso dolor personal. Su actuación fue un ejemplo de entereza y amor por el deporte. Y si bien el gol fue importante en lo deportivo, fue mucho más trascendente por lo simbólico: una despedida en movimiento, una forma de estar cerca de su padre incluso en la ausencia.
Ignacio Russo honró a Miguel Ángel Russo con un gol que quedará en la memoria del fútbol argentino. Lo hizo en Rosario, su ciudad, y ante Newell’s, uno de los clubes más emblemáticos. En la cancha, en el silencio, en el abrazo rival, en el llanto y en el tatuaje, todo fue homenaje. Todo fue amor.
¿Por qué Ignacio Russo decidió jugar igual ante Newell's?
En diálogo con el programa Ni más ni menos de Radio La Red, explicó con una mezcla de dolor y ternura el motivo de su elección: “Si no juego, se levanta y me caga a puteadas. Mañana al mediodía salgo”, expresó entre lágrimas, dejando en claro la pasión que compartía con su padre por este deporte.
Russo también habló del cariño recibido y de lo que significó Miguel en su vida: “Para mí era simplemente Miguel, era mi papá. Es una pérdida física, espiritualmente va a estar siempre”, sostuvo, visiblemente conmovido. Durante el velatorio en la Bombonera, el atacante estuvo acompañado por su familia y se lo vio profundamente emocionado al observar las flores, las banderas y el respeto de los hinchas que se acercaron a despedir al histórico entrenador. Fue el último adiós antes de volver a hacer lo que su padre más amaba: jugar al fútbol.
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