Me refiero a la anuencia de las autoridades e incluso la última actividad de Bernardo Olmos, huyendo luego como una rata que abandona el barco, pero sancionando antes de su partida la resolución 1844 que amedrentaba a las escuelas de gestión social.
Declaración que fue rechazada por el Obispado y los representantes de todos los establecimientos que incluyen a muchos estudiantes que van quedando fuera del sistema o que prefieren este tipo de educación a la tradicional que lleva adelante ATEN: con paros y auxiliares de servicios que quieren mandar más que los mismos docentes. Desde el ministerio del área se tomó la determinación de derogarla por resolución 2013.
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