El trágico accidente de Sebastián Estevanez: 17 días en coma y 4% de probabilidades de vivir
El actor recordó el momento en el que casi se termina su vida a los 27 años de edad en Punta del Este.
En diálogo con la revista Caras, el actor Sebastián Estevanez recordó uno de los peores y más preocupantes momentos de su vida: el accidente automovilístico que casi lo dejó sin futuro a los 27 años.
Héctor Maugeri, quién lo entrevistó, lo escuchó con atención mientras el actor reconstruía, paso a paso, aquella madrugada de Punta del Este. Nada tuvo que ver el alcohol ni las imprudencias típicas de la edad; solo el cansancio extremo de una noche larga sumada a días de deporte intenso. “Venía un poquito rápido y estaba muy cansado”, confesó el intérprete.
El episodio ocurrió el 30 de diciembre, cuando debía regresar a Buenos Aires para el Año Nuevo. Su hermano le pidió que lo acompañara a la discoteca La Morocha, en la localidad de La Barra, y él accedió para asegurarse de no dormirse y perder el Buquebus. “Estaba liquidado”, recordó, y aun así tomó el volante creyendo que podía controlarlo. En el trayecto empezó a cabecear y el sueño lo venció por segundos decisivos.
La curva fue el punto de quiebre. Sebastián contó que el auto empezó a girar y él perdió totalmente la noción de lo que ocurrió después. El vehículo dio cinco vueltas y él salió despedido por la ventanilla, quedando a más de 25 metros del auto. “Mi hermano y dos amigos quedaron adentro… por suerte no les pasó nada”, relató, todavía con alivio tras aquel dramático momento que le toco vivir a sus 27 años.
El difícil proceso de recuperación
La escena podría haber sido el final, no solo de su carrera, sino de su vida, pero el destino intervino. A los pocos minutos pasó una ambulancia que lo trasladó al sanatorio Cantegril. Entró con solo 4% de probabilidades de seguir con vida, en un coma 4, un estado de extrema gravedad que, en términos médicos, equivale a un coma profundo con mínima respuesta neurológica.
Es el nivel más crítico de la escala clínica: el cuerpo no reacciona, los reflejos casi no aparecen y el pronóstico suele ser reservado. Los médicos hicieron su parte; su familia, la otra.
Sebastián estuvo entre 15 y 17 días en coma farmacológico, suspendido en una dimensión entre la vida y la muerte. Aun así, asegura que nunca dejó de luchar internamente. “Sabía que quería vivir. No me quería morir”, repitió, como una frase que lo acompañó en ese estado profundo. Era una pelea íntima, silenciosa, pero constante. Mientras tanto, su familia vivió una espera desesperante y los médicos no daban pronósticos alentadores. Pero algo en él insistía en quedarse. Y un día, después de más de dos semanas, abrió los ojos. “Estaba en una habitación toda blanca”, recordó, como si esa imagen hubiera quedado fijada para siempre.
Con el paso del tiempo, el actor logró rehabilitarse. Recuperó su cuerpo lo más que pudo. Pasó de estar al borde la muerte en un coma 4 a volver a valerse por sí mismo. Años después, explotaría en la televisión argentina cómo galán de telenovelas, protagonizando así una historia de superación y resiliencia.
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