Tras el violento ataque que lo dejó invalido en 2019, la Provincia le acondicionó su vivienda pero nunca le aclaró que se lo cobrarían. No puede pagarlo.
El taxista Pablo Sánchez, quien en 2019 fue baleado por delincuentes mientras trabajaba en el bajo capitalino, se encuentra más que preocupado con la situación de su vivienda. Se trata de una casa de plan del IPVU por la que ya pagó 61 cuotas. Hace dos meses que ya no pudo pagar por un aumento del 8.000 % en su valor, ya que le aseguran que deberá pagar los arreglos que le hicieron desde la Provincia.
Luego de aquel brutal ataque que movilizó a todos los taxistas neuquinos en un reclamo de mayor seguridad en las calles, y tras varios meses de reclamos, Sánchez logró que la Provincia y el Municipio se hicieran cargo de acondicionar su casa para que él pueda circular en sillas de ruedas.
"Lo mío pasó el 13 de julio del 2019 y estuve internado hasta el 5 de noviembre. Después conseguimos que el Municipio me de una licencia de taxi y que la Provincia se haga cargo de los arreglos que le hacían falta a mi casa para que yo pueda volver", recordó Sánchez a LMNeuquén.
Así se encuentra Pablo Sánchez, el taxista baleado en 2019.
El hombre que tiene 47 años recordó que en aquel momento nadie le dijo que él debería pagar esos arreglos, sino que los entendió como una respuesta del Estado a la situación que debía atravesar.
La casa en la que Sánchez vive era un plan de vivienda del IPVU otorgado en primera instancia a su padre y que tras su fallecimiento él continuó pagando y realizó los trámites pertinentes, incluso antes de la balacera.
Hasta hace dos meses el valor de la cuota que pagaba por mes era de 1.830 pesos, pero recibió una actualización y pasó a valer 150.000 pesos. Cuando se acercó a reclamar, le dijeron que el aumento se debía a la incorporación en su cuota del valor de los arreglos que le hicieron tras el accidente.
Si bien Sánchez comentó que entiende que su cuota había quedado muy baja, explicó que como él es discapacitado no le cobran impuestos y que además su único ingreso es la pensión por discapacidad de 300.000 pesos por lo que si paga la mitad no podría comer.
Esta es la casa de Pablo Sánchez, el taxista baleado en 2019.
Además, Sánchez es padre de tres niñas con las que convive, y también con la madre de ellas, a pesar de que están separados. "Yo siempre viví con mi hija menor, y ahora hace rato que también se vinieron las otras dos y su mamá porque no les alcanzaba para un alquiler", explicó el damnificado.
Deuda
La preocupación del taxista baleado no para de crecer. Es que la deuda que le atribuyen es de 360 cuotas de 150.000 pesos, por lo que ascendería a 54 millones de pesos.
Sin poder trabajar, postrado en una silla de ruedas, y con sus hijas a cargo, el hombre quiere una solución que le permita poder continuar con su vida a pesar del gran cambio que ya tuvo que atravesar luego de que dos delincuentes lo balearan dentro de su propio auto.
"En aquel momento fue un arreglo que tuvo Municipio y el Gobierno para mi comodidad, como yo trabajaba en taxi y para evitar problemas con todos mis compañeros que salieron a la calle para reclamar seguridad se llegó a ese arreglo, pero nunca me dijeron que me iban a cobrar. Además, ya pasaron seis años y saltó todo esto ahora", insistió.
La vivienda está ubicada en el barrio Villa Ceferino, sobre la calle doctor Ramón y ahí espera una respuesta favorable a su reclamo.
Balacera
Fue el 13 de julio del 2019 cuando Sánchez fue baleado durante la madrugada tras ser asaltado en el Bajo. A modo de protesta, sus compañeros salieron a las calles con los vehículos y cortan a lo largo de la Avenida Argentina y Olascoaga.
Los taxistas indignados con la inseguridad sitiaron la ciudad a la espera del avance en la salud de su compañero y para reclamar mayor seguridad en las calles por las que trabajan día a día.
El robo fue alrededor de las 3.30 de aquella madrugada en La Pampa y Guiñazú. Dos maleantes le dispararon y le perforaron varios órganos.
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