La planificación financiera representa valores, expectativas y la construcción de un futuro compartido.
El dinero es un tema que a menudo suscita tensiones y desigualdades, suele considerarse un tema de conversación delicado y muchas veces tabú dentro de las relaciones interpersonales. Hablar de dinero nos incomoda, no sabemos como hablar de él. Cuando nos sentamos a la mesa a comer, se repite la frase, “a la hora de comer no se habla de dinero ni de trabajo” y tampoco de habla de política ni de religión. Entonces en muchas mesas de familia se habla de los demás, se mira televisión o se sumergen las redes sociales y vamos así se evita hablar de uno mismo y tomar responsabilidad de nuestras vidas y en este caso hablar en familia sobre la economía familiar, la responsabilidad y planificación financiera.
Hablar de dinero, también es hablar de amor, es un reflejo de la salud emocional de la pareja y de la familia. El uso o mal uso del dinero es una extensión de nuestras emociones, expectativas y valores de vida.
Como familia, primero debemos los adultos tomar la responsabilidad de ser honestos con nuestra pareja. Una buena planificación financiera será el reflejo de una sana y armónica relación.
Cuando las parejas abordan juntos sus finanzas, hablan de la economía individual de cada uno de ellos para convertirla en una economía familiar y colaborativa, están construyendo un espacio de confianza, crecimiento y consolidación que acompaña al crecimiento del amor. Este diálogo puede llevar a cada miembro a comprometerse no solo con las metas económicas, sino también con el bienestar emocional del otro y los proyectos en común, porque sin proyectos en común la pareja no subsiste y se termina.
¿Qué sucede si no nos comunicamos? La falta de comunicación sobre dinero, proyectos e inversiones en la familia puede dar lugar a malentendidos, resentimientos y desconfianza. Estos conflictos pueden desestabilizar la unión de la pareja; por lo cual una conversación honesta y transparente sobre presupuestos, deudas, ahorros y metas, es una oportunidad para fortalecer la relación y construir un vínculo estrecho que promueva la empatía y la comprensión mutua.
La educación financiera en la familia es un pilar fundamental en la formación de los hijos. Hablar sobre dinero en el contexto familiar es imprescindible y esencial para formar a los niños de las habilidades y conocimiento necesario para enfrentar el mundo. Hablar de dinero en familia crea puentes entre padres e hijos para enseñar no sólo sobre cómo ganar y administrar el dinero, sino también transmitir valores como la responsabilidad, la gratitud y la planificación.
Hacer partícipes a los hijos en conversaciones sobre el dinero, según su nivel de comprensión, fomenta la colaboración y pertenencia. Estas charlas pueden incluir presupuesto familiar, las decisiones sobre gastos, ahorros e inversión. Incluso la importancia de la generosidad. Comprender la importancia de dar dinero y apoyar tanto causas sociales como el emprendedurismo en otros pares.
Hablar de dinero en familia, es hablar de valores, expectativas y la construcción de un futuro compartido. Esta comunicación no solo refuerza la unión entre las parejas, sino que también forma la base de las enseñanzas financieras que se transmiten a las próximas generaciones, lo que nos permitirá sanar transgeneracionalmente problemas financieros.
Abordar el tema del dinero con sinceridad y respeto, es un componente fundamental del amor y la responsabilidad, fundamental para fortalecer la relación; ya que la forma en que manejamos nuestras finanzas en familia refleja el amor que sentimos por aquellos que nos rodean.
El contexto social y cultural en el que se encuentra la familia o pareja influye significativamente en su relación con el dinero. Las creencias y actitudes sobre el dinero son diferentes de una cultura a otra, y esto impacta sobre la percepción del dinero. Hablar de dinero promueve una conexión más profunda y significativa en la familia y la pareja.
Para que una relación sea exitosa es fundamental abordar de manera constructiva este diálogo. Establecer metas financieras conjuntas y tener proyectos a futuro, como la compra de una vivienda, la planificación de unas vacaciones, las inversiones o la creación de emprendimientos individuales o en conjunto fortalece la unión.
Entender además que cada individuo tiene una historia propia sobre el dinero, influye en su percepción y manejo del mismo. En esta encrucijada, la empatía y la paciencia son clave para unir las diferencias y entenderse desde las diferentes miradas.
Prof. Bibiana Sagripanti
@finanzasparajovenesyninos
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