Vecinos contaron que antes del crimen escucharon gritos y pedidos de ayuda, pero la policía no quiso entrar a la casa.
Otro femicidio generó conmoción, indignación y cuestionamientos a los mecanismos de respuesta frente a episodios de violencia extrema. Daniela Araceli Mamani, una enfermera de 31 años, fue encontrada sin vida en su vivienda. Su expareja se presentó ante la Policía al día siguiente y reconoció el crimen.
La secuencia dejó interrogantes sobre la actuación de los agentes que llegaron al domicilio tras llamados de los vecinos. El hecho ocurrió el lunes por la noche en una casa ubicada en Campero al 400 del barrio Gorriti, en la ciudad de San Salvador de Jujuy.
De acuerdo con las primeras informaciones, los vecinos escucharon una discusión fuerte seguida de pedidos desesperados de auxilio. El temor por lo que podía estar ocurriendo llevó a varios a llamar al 911, convencidos de que se trataba de un episodio de violencia de género. Pero los efectivos policiales no ingresaron a la casa y se fueron.
Durante la mañana del martes, Matías Manuel Tinte, de 36 años, ingresó voluntariamente a la Seccional 1° y allí hizo una confesión que dejó conmocionados a todos. Frente a los agentes afirmó: “Cometí un error, maté a mi ex”, una frase que quedó asentada en el acta policial.
El hombre quedó detenido de inmediato y un equipo se trasladó a la vivienda señalada. Dentro del domicilio encontraron el cuerpo de la joven con múltiples heridas de arma blanca en el tórax, vientre y otras partes del cuerpo.
Vecinos alertaron, pero la Policía no ingresó
Uno de los puntos más discutidos desde que el caso se hizo público, es la actuación de los dos efectivos que acudieron al llamado del 911 el lunes por la noche.
Según el libro de novedades de la comisaría, los agentes llegaron al domicilio, pero no ingresaron al interior de la vivienda. Argumentaron que necesitaban autorización del fiscal especializado en violencia de género, lo que generó bronca entre quienes habían pedido auxilio para la víctima.
La enfermera fue encontrada sin vida en su vivienda tras una noche marcada por gritos y pedidos de auxilio.
Para las familias del barrio, esa decisión dejó una sombra difícil de disipar. “Escuchamos los gritos, llamamos para que vinieran rápido, pero después nos enteramos de que nadie entró”, comentó un vecino a los medios locales. El debate sobre los protocolos policiales volvió al centro, con reclamos para revisar criterios de intervención cuando una vida puede estar en riesgo.
Avances judiciales y el adiós a la víctima
El miércoles, la fiscalía imputó formalmente a Tinte por “homicidio doblemente agravado por la relación de pareja preexistente y por mediar violencia de género”. También se dispuso su prisión preventiva mientras avanza la investigación.
En paralelo, se realizó la autopsia del cuerpo de Mamani en la morgue del Poder Judicial del barrio Alto Comedero con el fin de precisar las causas de la muerte y ordenar las pericias complementarias.
El impacto emocional del caso se sintió fuerte entre los allegados de la víctima. Las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida. Una de sus familiares escribió: “Cómo te vamos a extrañar primita mía, que Dios te tenga en su gloria y que brille la luz que no tiene fin”. Otros recordaron su vocación por la enfermería, su compromiso laboral y su rol en la comunidad.
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